19-08-2009 | ABC

Las declaraciones públicas realizadas estos días por el Ministro de Justicia, el Presidente en funciones de la Generalitat Carod-Rovira, y el líder de CiU, me han recordado la película de Demi Moore.

Las declaraciones públicas realizadas estos últimos días por el Ministro de Justicia, el Presidente en funciones de la Generalitat, Carod-Rovira, y el líder de CiU Artur Mas me han recordado la película que protagonizó Demi Moore: Coacción a un jurado.

 

Sólo la falta de respeto al concepto de separación de poderes y la ausencia de un mínimo pudor democrático hacen posible que en nuestro país el Ministro de Justicia se permita el lujo de hacer de comentarista y tutor de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán. Caamaño, con sus declaraciones, juzga y pone directamente en cuestión los recursos que penden sobre la ley orgánica de naturaleza estatutaria y, además, lo hace de una manera insultante para la inteligencia de los ciudadanos, inspirado en el refrán "mal de muchos, consuelo de tontos". Es decir, para el Gobierno de España el estatuto que todos los diputados socialistas votaron a favor en las Cortes -Bono y un risueño Guerra incluidos- es constitucional por el hecho de que el PP no recurrió el Estatuto andaluz que tiene casi 60 artículos idénticos al catalán. O sea, que el oportunismo y la falta de rigor que Arenas y todo el PP acreditaron al votar a favor de aquel engendro de texto llamado Estatuto andaluz, el hecho de no recurrir aquel texto ante el TC, convierte el texto catalán en constitucional por arte de birlibirloque.

Por otro lado, nuestro flamante Presidente en funciones de la Generalitat, Carod-Rovira, dijo ayer que hay que convocar una manifestación el 11 de septiembre para presionar al Tribunal antes de que dicte sentencia. Carod, como buen nacionalista que es, ante la pregunta de si no sería mejor esperar a que haya sentencia, respondía con buena lógica camorrista que la manifestación tiene que ser previa, que después de conocerse la sentencia no servirá de nada. Efectivamente, al igual que en la película que protagonizó Demi Moore, en la que ejercía de jurado en un tribunal que juzgaba a un peligroso gánster, no hubiera tenido sentido que el gánster y los suyos hubieran coaccionado al jurado después de la sentencia, tampoco tiene sentido para el tripartito coaccionar después de que los tribunales deliberen libremente en un estado de derecho.

Y finalmente tenemos a Artur Mas solicitando que todos los partidos catalanes actuemos conjuntamente frente al TC, es decir, que todos los catalanes pensemos igual, y aceptando participar junto a Pujol, Maragall y ERC en una manifestación convocada por los guardianes de las esencias, Ómnium Cultural, esa entidad supuestamente cultural que recibió una subvención de tres millones de euros de manos de Montilla –que previamente mete en nuestros bolsillos- y que se dedica a denunciar a los empresarios catalanes que rotulan en castellano.

Habrá que esperar el final de esta película de terror interminable llamada Estatuto, pero por el bien de todos los catalanes espero que la coacción política del nacionalismo y sus cooperadores necesarios no consiga finalmente sus fines.

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos - Partido de la Ciudadanía.

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