Notas de Prensa

Albert Rivera: 'Informes sobre informadores'

30-09-2009 | ABC

Estamos conociendo estos días las noticias sobre los informes que Montilla encargó con dinero público para identificar a los periodistas 'pro-govern' y para controlar a los periodistas criticos.

 

Hace un par de semanas tuvimos en España la visita del presidente venezolano Hugo Chávez, el  gran maestro actual de la censura y el control a los medios de comunicación. Como bien es sabido, Chávez ha ido cerrando aquellos medios de comunicación que denuncian sus abusos en el poder y controlando a aquellos que discrepan de su ideología política o de sus métodos, es decir a los que hacen que peligre su perpetuidad en la poltrona.
 
Pues bien, estoy convencido de que la próxima vez que el mandatario populista visite España solicitará una reunión en el Palau de la Generalitat con los miembros del tripartito catalán. Porque estamos conociendo estos días las noticias sobre los informes que Montilla encargó con dinero público para identificar a los periodistas "pro-govern" y para controlar a los periodistas criticos con el Tripartito-bis. Otro ejemplo de la voluntad del control del gobierno catalán es el informe que Puigcercós solicitó siendo Conseller de Governació, donde se alertaba de  la imagen que perjudicaba al líder de ERC en el programa de sátira política "Polònia"; deben haber dejado a Chávez asombrado y preocupado. Por un lado, estará satisfecho porque está creando escuela al otro lado del Atlántico, pero por otro, debe tener la mosca detrás de la oreja al constatar el rival tan duro que le ha salido entre Montilla y “los suyos”.
 
El líder venezolano no puede obviar que sus competidores catalanes no son flor de un día, que vienen trabajando duramente desde hace tiempo. No hay que olvidar que el oasis catalán,  incluido el PPC con  Rodríguez Madero como ariete, ya demostró muy buenas maneras hace un año, a través de ese instrumento político llamado CAC, cuando dejaron sin algunas emisoras a Punto Radio y COPE, toda una lección de censura política con los medios críticos, de amiguismo y de reparto de licencias a cambio de silencio.
 
Pero Chávez,  Montilla y Puigcercós se tienen que rendir ante la evidencia:  Jordi Pujol no tenía rival a la hora de controlar férreamente todo el espacio mediático catalán. Aquellos informes que el Gobierno de CiU encargó para juzgar uno por uno a los medios de comunicación y concretamente a todos sus periodistas producían náuseas a cualquier demócrata. Ver como el Gobierno de Pujol analizaba a los periodistas, incluso a través de su acento o fonética en catalán y su posible adscripción ideológica recordaba demasiado a la Stasi y a aquella fantástica película alemana,  “La vida de los Otros” (2006), en la que la policía política de la RDA controlaba la vida de los ciudadanos que podían ser potencialmente críticos con el régimen.
 
Cataluña quizás no huele a azufre, como le gustaba decir a Chávez al pisar el atril de la ONU justo después de que lo abandonará George Bush, pero entre informes que no existen, informes que no deberían existir -como sobre los de control de los periodistas- y comisiones que sí existen como las del 3%, y dinero que existe pero desaparece como el del Palau de la Música, quizás sí podemos decir que Cataluña,  como Dinamarca en la obra de Shakespeare, con tanta corruptela cada vez huele más a podrido.

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos (C's) y portavoz del grupo parlamentario de Ciutadans en el Parlamento de Cataluña

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