Notas de Prensa

Angeles Ribes: 'Hablemos del canal Segarra-Garrigues'

13-07-2009 | C's

Y más vale que lo hagamos nosotros, porque el Gobierno de España parece que no está por la labor. Si intentan uds. entrar en la web del proyecto, www.casega.es, se la encontrarán 'fuera de servicio'.

 

Y más vale que lo hagamos nosotros, porque el Gobierno de España parece que no está por la labor. Si intentan uds. entrar en la web del proyecto, www.casega.es, se encontrarán con un letrerín de esos de "web temporalmente fuera de servicio" y una redirección a www.acuaebro.es, que les llevará a la... nada. Cuatro bonitas fotos de una rapaz, y unos campos sembrados pero lo que se dice información, ni media gota.

Es más explícita la web de la Generalitat, www.regsega.cat, donde se nos explica qué pinta la Generalitat en todo este tinglado y dónde, por fin, llegamos al quid de la cuestión.

El día 6 de julio nuestro Molt Honorable President, Sr. José Montilla, inauguraba el sector 1 de la obra después de 150 años de su concepción y siete desde el inicio de las obras. En esta inauguración se habló de los beneficios para los 16.000 regantes, de las 72.000 personas que recibirán agua de boca y, en general, de los "efectos beneficiosos que han de percibir los más de 7 millones de habitantes de Cataluña."

Y todo eso gracias a las 70.000 hectáreas del Canal, de las cuales 40.000 forman parte de la "Xarxa Natura"

¿Y eso qué quiere decir exactamente? Pues eso, que 70.000 menos 40.000, 30.000. No está mal. Un recorte de más de la mitad de lo proyectado, una comunidad de regantes en pie de guerra contra las Zepas, alegaciones, desconcierto y... paripé inaugurativo.

Paripé que ha destapado la caja de los truenos de la normalmente plácida Bruselas en dónde se nos ha puesto a escurrir porque según se nos dice desde el gabinete del Comisario Europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, el proyecto no cuenta con un estudio de impacto medioambiental. Con lo que les gustan esos estudios a los chicos "ecologistas i d'esquerres de debó" que mandan en el Departamento de Medi Ambient de la Generalitat, y con lo verde y sostenible que se declara nuestro Gobierno de España, parece increíble, ¿no?

La cuestión es que después de que la titular del Ministerio de Medio Ambiente, Sra. Espinosa, enviara en junio una carta a Bruselas solicitando la detención del procedimiento de infracción en curso, la susodicha inauguración ha olido a cuerno quemado y han repartido bofetadas dialécticas a diestro y siniestro. El caso es que seguro que caerá multa y puede que haya paralización de las obras.

De esas mismas obras que llevan siete años haciéndose y pagándose. Y no se piensen que todo este despropósito viene de hace dos días, que en 2007 ya nos cayó la sentencia por incumplimiento de la directiva de protección de aves y nuestros responsables públicos se la pasaron por el forro. Esos mismos responsable públicos que deberían dar explicaciones acerca de qué exactamente han estado haciendo en Bruselas todos estos años. Porque la excusa de que "esto viene de Bruselas" ya no cuela. Porque España es miembro de pleno derecho de la Unión Europea desde junio de 1985 y tiene eurodiputados desde 1987. Hagan números y verán cómo teníamos un buen puñado de cabecitas pensantes para pelear por estas obras en las diferentes comisiones europeas y para ejecutarlas sin contratiempos.

Y por cierto, hablemos de esa memoria histórica que tanto gusta por aquí y recordemos que en el no tan lejano año 2000 la entonces ministra de Medio Ambiente del gobierno de España, Sra. Isabel Tocino, firmó los preceptivos convenios con la Generalitat, los regantes y constituyó la sociedad que debía contratar, construir y explotar las obras. ¿Y qué dijo el PSC entonces? Pues que se temía que el acto fuera "a convertirse en otra pantomima electoralista que esconde las grandes carencias, la improvisación y la falta de voluntad del Gobierno y la Generalitat para construir el canal". El mismo PSC que ha jugado a las inauguraciones, con el mismo PSOE que ha jugado al despropósito con Bruselas.

Y a todo esto, me gustaría a mí oír lo que opinan en privado los agricultores que se comprometieron a pagar en 50 añazos la parte que les pertoca de las 70.000 hectáreas. ¿He dicho 70.000? Perdón, quería decir 30.000. Si es que no nos recortan más, que ya veremos.
 

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