Notas de Prensa

Ángeles Ribes: 'Toda la vida juntos'

03-08-2009 | C's

Así que cincuenta años y ochocientos veintitrés muertos después, aquí estoy, aguantando las arcadas mientras veo a De Juana Chaos en Youtube.

Lo nuestro tiene nombre de bolero. Bolero de sangre. Lo compuso ETA hace cincuenta años, y hace cincuenta años que lo ejecuta. Nos obliga a los españoles a verlo, y no le importa lo más mínimo que no queramos. Toda mi vida con su miserable letra.

Cuando yo nací, mataron por primera vez, y a partir de ahí no tengo ni un sólo recuerdo sin que ellos estuvieran presentes. Unos años las matanzas han sido mayores, otras menores, pero siempre sangre y más sangre, dolor y más dolor. Momentos que jamás se pueden borrar de la memoria, como la masacre de Hipercor, que me pilló en Barcelona estudiando. O el horror de Vic, con mi primer trabajo serio. O el asesinato de Miguel Ángel Blanco, del cual me enteré en París, cuando salía de los archivos de la Biblioteca Nacional de Francia, investigando para mi primer libro... y suma y sigue.

Algunas alegrías, pocas en estos años, como cuando la Guardia Civil rescató a Ortega Lara. Imposible olvidar esa mirada suya, cuando salió del zulo inmundo, ni las riadas de gente poseídas por lo que se llamó “El espíritu de Ermua” y que me hacen preguntarme si sólo fue eso, un triste espectro, un fantasma de lo que pudo haber sido y no es.

Y tantos intérpretes involuntarios, mecánicos, amas de casa, políticos, músicos, médicos, policías, taxistas, panaderos, guardias civiles, camareros, empresarios, estudiantes, ertzainas, albañiles, carteros, mossos d'esquadra, niños, ay, los niños, cuantos niños.Sólo recuerdo tres años sin cadáveres. Hubo dos años más, pero yo era muy pequeña para saberlo y de eso hace mucho tiempo.

Y el escalofrío que me recorre el cuerpo cada vez que un político estúpido se piensa que puede hablar con la banda para que deje la nauseabunda música, sin darse cuenta que lo único que tiene el terrorista para ser reconocido en este mundo es la cantidad de muertos que puede arrojar encima del escenario, y que cuando le das un premio por no hacerlo, viene otro detrás a poner más muertos para poder conseguir que te pongas de rodillas y le aplaudas.

Y este verano han decidido dejar las madrigueras y salir de gira por España. Y otra vez a rechinar los dientes y a esconder la emoción en las concentraciones, y otra vez a esperar que los detengan y canten en prisión, cosa que también se les da muy bien.
¿Y saben lo peor de todo? Que encima les pago los gastos, gracias a que se les dejó entrar en los ayuntamientos, y se les dio vidilla.
Así que cincuenta años y ochocientos veintitrés muertos después, aquí estoy, aguantando las arcadas mientras veo a De Juana Chaos en Youtube. Y es que las sabandijas evolucionan y utilizan la red para promocionarse.

Maldito bolero.
 

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