16-09-2009 | C's

Hay que plantar cara al nacionalismo, delimitar sus posibilidades dentro del terreno de juego democrático y decirle claramente que ni el terreno ni las reglas las vamos a cambiar a su capricho.

 

La Historia nos ha enseñado que ante una España y un Estado español débil, el  nacionalismo intenta su fragmentación. Los nacionalismos, catalán, vasco y gallego no han sido, ni serán, leales a España ni a su Estado, adopte éste la forma federal o confederal.
 
Quienes como el PSC, PSOE, o incluso el PP, estén dispuestos a negociar con ellos el modelo de Estado para facilitar “su encaje y no provocar su desafección” se equivocan una vez más. Su objetivo, ya sea mediante la táctica soberanista, ya sea mediante la demanda directa de la independencia, es la secesión y el posterior pannacionalismo catalán y vasco, es decir, la expansión territorial mediante la reivindicación de anexión de las demás Comunidades Autónomas que ellos llaman “els Països Catalans” o “Euskal Herria”.

Ante la deslealtad manifiesta y continuada no valen paños calientes, únicamente vale un estado fuerte  que cierre el modelo autonómico y provoque un cambio de la Ley electoral que permita que PP y PSOE puedan apoyarse en otros partidos, como C’s, sin tener que hacerlo en los nacionalistas.
 
Frente a quienes intentan romper y trocear el Estado, éste no tiene más remedio que defenderse aplicando la fuerza de la Ley democrática de la mayoría de españoles, es decir, la Constitución. El Estado debe cumplir y hacer cumplir la legalidad democrática simple y llanamente, sin complejos ni tibiezas.
 
Hay que plantar cara al  nacionalismo, delimitar sus posibilidades dentro del terreno de juego democrático y decirle claramente que ni el terreno ni las reglas las vamos a cambiar a su capricho. Que no vamos a permitir que una minoría imponga sus reglas a una mayoría.
 
Hay que decir, como hace C’s, basta ya a los desafíos constantes que el nacionalismo somete a nuestra democracia. Decirles que autonomía sí pero soberanía no, porque la soberanía reside en el conjunto de los españoles y no en una parte de ellos. Decirles que los catalanes solos y unilateralmente no van a decidir nada, ni autodeterminación, ni independencia, porque no hay Derecho interno ni internacional que fundamente esa reivindicación.
 
Antonio Espinosa, Secretario de Acción Política y miembro del Comité Ejecutivo de C's