Notas de Prensa

Detectado un caso de mal de las 'vacas locas' en un bovino en Llobera (Lleida)

14-05-2008 | El Mundo

Rivera acusa al Gobierno de ocultar el dato en el Parlament la semana anterior, durante la interpelación parlamentaria que A.Robles llevó al pasado pleno en nombre de Ciudadanos

La noticia en El Mundo:

La conselleria de Agricultura, Alimentación y Acción Rural de la Generalitat (DAR) publicó el martes una orden en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) en el que declara un foto de encefalopatía espongiforme bovina (EBB) -enfermedad más conocida como el mal de las 'vacas locas'- en una explotación ganadera situada en el término municipal de Llobera (Lleida).

La orden del DAR, fechada el 23 de abril, se emitió después de que dieran positivo las pruebas de detección de EEB a un animal que fue sacrificado. Se trataba de un ternero, según datos de la web del DAR recogidos.

Es el primer caso de 2008, según los registros del Gobierno catalán, que en 2007 detectó otro foco. En aquella ocasión se sacrificaron once animales de una explotación de la Vall d'en Bas (Girona), tras confirmar la enfermedad el 31 de enero de dicho año. La Generalitat dispone de un registro específico para el mal de las vacas locas desde 2001.

Desde las filas de Ciutadans, el diputado Albert Rivera ha recordado que en el pleno de la semana pasada, su grupo presentó una pregunta al conseller de Agricultura, Alimentación y Acción Rural, Joaquim Llena, sobre esta cuestión, y dijo que no había ningún brote detectado. La orden de la Generalitat, del 23 de abril, anterior al pleno del Parlament de la semana pasada, con lo que Rivera afirmó que Llena ocultó datos a la cámara autonómica.
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TODA LA INFORMACIÓN DE CS SOBRE ESTE CASO:

El grupo parlamentario de Ciudadanos, presentará una moción para pedir cuentas y responsabilidades al Conseller, Joaquín Llena e instará a través del Parlamento a que el Gobierno tome las medidas necesarias para solucionar el grave riesgo para la salud de los ciudadanos a causa del mal de las vacas locas y la desidia de la Administración.
 
Es el típico caso donde la desidia de la Administración y los responsables políticos han puesto en grave riesgo la salud y la vida de las personas ocultándonos la información imprescindible para tomar las medidas preventivas lógicas. Y lo que es peor, las consecuencias de esa mala gestión política, ya no tienen solución para muchos ciudadanos. Tres personas han muerto ya, y es a partir de ahora donde muchos más casos podrían presentarse sin que nadie pueda prever ni dónde ni cuándo aparecerán.
 
Sólo una cosa positiva, desde el año 2.000, los materiales específicos de riesgo (MER) que dieron lugar a los casos que ahora están apareciendo, han sido retirados de la cadena alimentaria. Todas las explotaciones ganaderas con riesgo de encefalopatías espongiformes bovina (EEB) están controladas (Al menos hasta el 23 de abril de este año 2008, donde se ha descubierto un foco) El riesgo no está por tanto en comer carne de vacuno ahora, sino hacerse cargo de todas aquellas personas que se infectaron antes del 2000 y es ahora, después de haber incubado la enfermedad entre 8 y 15 años, cuando aparecen los primeros síntomas, posiblemente irreversibles.
 
¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?
 
La historia empieza en Inglaterra. Corría el año 1986. Por primera vez, se detectan extraños comportamientos en vacas que nos advertirían de una nueva patología en bovinos: la encelopatía espongiforme transmisible (EET). Es lo que conocemos vulgarmente como el mal de las vacas locas. Las personas adquieren la enfermedad (Creutzfedlt-Jakob – C-CJ: Vacas locas en humanos) por comer tejidos nerviosos de vacas enfermas (sesos, ojos, amígdalas y médula espinal de los bovinos y ovinos mayores de 12 meses y el bazo de ovinos y caprinos de cualquier edad. A partir del 2000 se añadió el intestino de los bóvidos de todas las edades).
 
A su vez, las vacas enferman por comer piensos portadores de priones, piensos que han sido elaborados con harinas provenientes de desechos animales enfermos de encelopatías espongiformes transmisibles (EET) que han muerto en la explotación o son productos decomisados en el matadero y que han sido trasladados a industrias de transformación de cadáveres y subsproductos con priones, Pero los rumiantes enfermos no manifiestan síntomas patológicos hasta los 4 ó 5 años después de haber contraído la patología, por lo cual, muchos de ellos pasan a la cadena alimenticia de los humanos sin detectarse.
 
Por su parte, la enfermedad en los humanos tarda en incubarse y manifestarse entre 8 y 15 años de promedio, por lo cual se podrían acumular posibles patologías enfermos tanto en animales como en personas durante años y para cuando se manifestara la enfermedad, la contaminación se habría podido generalizar.
 
En Inglaterra enseguida se tomaron medidas drásticas y a partir de 1994 se puede afirmar que controlan la enfermedad, pero en España no. De hecho, habríamos de esperar hasta 1997 para que España contara con un plan de vigilancia pasiva (ganaderos o veterinarios que alertan de posibles casos) que, como veremos, no resultó eficaz. A finales de noviembre de 2000 se declara el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en España (Galicia: Vaca Perrula). Inmediatamente, una catarata de nuevos focos alcanza el 31 de enero de 2001 la cifra de 12 casos.
 
 
 
Una aparición tan repentina sorprende a la sociedad española, acostumbrada a escuchar durante años de las autoridades sanitarias de las diferentes administraciones nacionales y autonómicas que el riesgo de la existencia de encefolopatías transmisibles en la ganadería española era despreciable, incluso instancias gubernamentales rechazaban tajantemente en el 2000 las sospechas de la Comisión Europea que situaban a España como un país con alto riesgo de padecer encefalopatías en su cabaña ganadera.
 
Durante todo el 2001 se contabilizaron 82 focos de encefalopatía espongiforme bovina en España. De ellos, 73 son en el marco de la monitorización activa (son los casos de animales muertos en la explotación, sacrificios de urgencia en el matadero, antemortem y animales sacrificados para el consumo humano). Sólo 9 de los casos pertenecen a la vigilancia pasiva.
 
Estos datos del informe del 2001 sobre Encefalopatías espongiformes Bovina (EEB) acaecidos en la Unión Europea, de la Dirección General de Sanidad y Protección de los Consumidores de la Comisión Europea demuestran el fracaso absoluto de las Administraciones españolas en la vigilancia y control de las encefalopatías en rumiantes. Según las autoridades sanitarias españolas, España ha contado con un plan de vigilancia pasiva desde 1997 que en 1998 se adaptó a la Decisión 98/272/CE, y precisamente el control de las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) bovina y el scrapie, tembladera o prurigo lumbar de los ovinos se basaba en un número mínimo de exámenes histológicos anuales de bovinos y ovinos adultos que presentaran signos de patologías neurológicas, animales moribundos en la explotación, animales con patologías progresivas que se sacrificaban de urgencias y animales de explotaciones que hubieran consumido pienso con harinas de origen animal.
 
En 1999 los Ministerios de Agricultura y Sanidad elaboraron un programa de prevención y vigilancia de las EET que pretendían evitar las encefalopatías en animales y la entrada en la cadena alimentaria animal y humana de productos contaminados con priones. Consistía en la vigilancia epidemiológica de la enfermedad, control de los piensos, intervención de los mataderos para la toma de muestras de animales adultos enfermos o sospechosos e inspección de las industrias dedicadas a la transformación de cadáveres de animales y subproductos. Este programa presentado por España a la Comisión Europea era la prueba, a decir de las autoridades españolas, de que el control era real y eficaz, y si España no declaraba casos de EET es porque la cabaña española estaba libre de ellas.
 
El estallido de la enfermedad en 2001 demuestra que este Programa no se cumplió y que las autoridades sanitarias de ganadería y salud públicas falsearon desde 1999 los informes dirigidos a la Comisión Europea, y en 2001 ocultaron la información real a los ciudadanos españoles cuando dieron la versión de los casos de EEB en rumiantes y descartaron que los consumidores hubieran corrido riesgos sanitarios.
 
Si contabilizamos los tres casos de muerte por infección de vacas locas en España (uno en Madrid en 2006 y dos más en León en 2008) y deducimos el tiempo de incubación de la enfermedad en humanos que va de 8 a 15 años, llegamos a la conclusión de que estas personas debieron infectarse por comer carne de bovino a partir de mediados de los años 90, cuando los piensos de harinas animales ya estaban prohibidos por la Unión Europea (1996) y las autoridades sanitarias de Cataluña y del resto de España teóricamente habrían de haber velado para retirar del mercado piensos y animales de riesgo. Pues bien, no se hizo. O lo que es lo mismo, durante 5 años, del 1996 hasta el 2000, no hubo un sólo caso declarado y las autoridades sanitarias por negligencia, pasividad, ignorancia o simple complicidad con intereses económicos diversos, permitieron que miles de españoles pudieran estar comiendo tejidos nerviosos contaminados con priones con gravísimo riesgo para su salud.
 
Debo recordar, que una vez manifestada la enfermedad, hoy por hoy no tiene cura. O dicho de otro modo, ahora mismo, puede haber en España un número indeterminado de casos que inevitablemente se irán manifestando inmediatamente si nos atenemos al período de incubación de 8 a 15 años y a los 3 casos que acaban de aparecer y morir. A partir del 2001 las distintas administraciones comenzaron a tomar las medidas para retirar piensos priónicos y animales contaminados por ellos.
 
Por eso, es totalmente increíble que el Laboratorio Nacional de Referencia para el diagnóstico de las EET diagnosticara 82 casos en 2001 y ninguno entre 1997- noviembre del 2000. El Director del citado Laboratorio, el Doctor Juan José Badiola es un experto cualificado que ofrece todas las garantías en el diagnóstico de las EET. Por consiguiente, el misterio de que el Laboratorio de Referencia no haya detectado la presencia de EET en España es por la naturaleza de muestras que los responsables de las Comunidades Autónomas enviaron al Laboratorio. (Debo recordar que Las Autonomías tienen competencia exclusivas en sanidad animal y salud alimentaria – Estatuto de Autonomía art. 116 párrafo 1. “La competencia exclusiva en materia de agricultura y ganadería corresponde a la Generalitat de acuerdo con el despliegue del ejercicio de competencias que le atribuyen los artículos 149.1.13 y el art. 16 de la Constitución”). La homologación a mitad del 2000 de los test de diagnóstico rápido de las encefalopatías no cambia lo dicho anteriormente.
 
La epidemiología de las EET en España es fácil de suponer, en la década de los noventa se comercializan piensos con priones que los controles de la Administración española no atajan, quizás coincidan con animales enfermos de EET, los piensos contagian a los rumiantes, los animales muertos de EET se trasladan a las industrias de transformación y las harinas con priones se utilizan ilegalmente en los piensos para vacunos y ovinos. Es un proceso continuo que aumenta exponencialmente la presencia de priones en los piensos, facilitado por los nulos controles de los piensos y que al Laboratorio dirigido por el Doctor Badiola no llegan casos de animales enfermos o muertos porque no se toman muestras y se envían directamente los cadáveres a su transformación industrial.
 
El informe de la Misión que la Oficina Alimentaria y Veterinaria realizó entre el 10 y 14 de abril del 2000 en España para evaluar las medidas establecidas por España es concluyente: Muestra un catálogo de deficiencias que explican la irresponsabilidad de la Administración durante el período de 1996 que ya estaban prohibidos los piensos de origen animal y noviembre del 2000 cuando se empiezan a producir casos positivos de EET. Como veremos después, Cataluña en ese momento, en 2001, ya tenía la prevalencia de 32 por millón, una de las más alta de España.
 
 En 2001, primer año de casos declarados, la prevalencia de la encefalopatía espongiforma bovina en España es de 83 casos/3,4 millones de vacuno adulto ( 24 casos/millón adultos) una cifra muy elevada, similar a la de Francia 277/ 11,2 millones de adultos ( 24 casos/millón) y sólo superada por G.Bretaña, Portugal e Irlanda. Otro dato importante para estudiar la incidencia de la enfermedad es el ratio un caso positivo/10000 análisis, la ratio de España era de 2,2 por 1,1 de Francia 
 
Ante la crisis del vacuno, la Unión Europea aprobó medidas de intervención de retirada y destrucción de canales que se retirarían del consumo. Con esta medida en España se sacrificaron unos 80.000 vacunos adultos, la mayor cifra de todos los países europeos, pero sin someterlos a los test de diagnósticos de encelopatías espongiforme bobinas (EEB). Algunos epidemiólogos pidieron al Gobierno que se analizaran esos animales para conocer la tasa real de la prevalencia de EEB en España, pero el Gobierno rechazó la propuesta. No es descabellado sospechar que se desviaran al sacrificio animales que los circuitos que comercializaron las harinas priónicas sabían que habían consumido piensos priónicos.
 
Cuando se declara la enfermedad se diagnostican durante 2001 un número muy significativo de casos en Galicia, Castilla León, Asturias, Navarra, Cataluña y Baleares, demostración de que los piensos con priones se utilizaban masivamente y en diferentes comunidades.
 
Hoy sabemos que el primer caso de encelopatía espongiforme Bovina (EEB) no fue la vaca Perrula aparecida en Galicia en noviembre del 2000, sino los focos de Scrapie, tembladera o prurigo lumbar en ovinolumbar declarados en Navarra en Agosto/Septiembre de ese mismo año 2000. Personas responsables del MAPA y de Comunidades autónomas conocían que el Prurigo lumbar estaba muy extendido por la ganadería de ovino de otras comunidades desde 1997, pero hubo un pacto de silencio para no declarar esta enfermedad en España. Es significativo que el primer caso de scrapie se declarase en agosto de 2000 y el primer caso de EEB se declare en noviembre de 2000. Las evidencias ya no se podían ocultar.
 
Si estos casos de scrapie hubieran sido declarados en 1997, los MER de los rumiantes criados en España hubieran sido retirados del consumo y se habría eliminado el riesgo de contagio humano.
 
Lo cierto es que el consumidor español ha comido durante años productos que son MER por la presencia de las EET en rumiantes. Ha estado sometido a un riesgo gravísimo del cual falta por conocer las consecuencias, porque es posible que haya enfermos de vacas locas que estén en fase de incubación de la enfermedad.
 
Los casos acumulados de EEB en España durante el período 2001-2006 son 701, un número de casos que indica una elevada prevalencia durante ese período de la enfermedad en la cabaña del vacuno en España 701casos/3,4 millones de cabezas.
 
CATALUÑA:
 
Por lo que respecta a las encefalopatías espongiformes bovinas en Cataluña los datos son inquietantes:
 
2001: 6 casos de EEB en un censo de vacuno adulto de 160.000 animales. Prevalencia de la EEB (nº casos/millón adultos) aproximadamente 32 casos/millón ADULTOS. (En este año el conjunto de España es 24 casos/millón).
2002: 10 casos . Prevalencia : 51casos/millón
 
2003: 19 casos. Prevalencia : 57 casos/millón
 
2004 : 10 casos. Prevalencia: 51 casos/millón
 
2005: 5 casos.   Prevalencia: 25 casos/millón
 
2006 3 casos.
 
2007: 1 caso
 
Número de casos acumulados período 2001-2007 : 57 casos en un censo de 160.000 vacunos mayores de 2 años. Estos casos pertenecen mayoritariamente a explotaciones lecheras
 
Cataluña presenta una gran prevalencia de esta enfermedad, como Baleares, Aragón , Navarra, Castilla- León, Asturias y Galicia. Como todas ellas por cada caso de EEB se han diagnosticado menos de 1000 animales.
 
Estas cifras muestran que en Cataluña se han hecho las cosas muy mal en lo referente a vigilancia y control de las EET en los rumiantes y en la protección del consumidor.
 
Actualmente, por el Reglamento 999/2001, se retiran los MER de todos los animales de los países comunitarios….
 
Pero anteriormente a este reglamento el consumidor español ha comido durante años productos catalogados como Materiales Específicos de Riesgo (MER) por la presencia de las EET en rumiantes. Por lo cual hemos estado sometidos a un riesgo gravísimo del cual falta por conocer las consecuencias, porque es posible que las tres personas muertas, la última hace unas semanas, sólo sean un goteo de casos con la enfermedad de Creutzfedlt-Jakob (vacas locas) que estén en fase de incubación de la enfermedad.
 
La importancia de retirar los MER del consumo en un país que ha declarado casos de EET en su cabaña resalta en la relación casos de EEB en algunos países y casos de la enfermedad de vacas locas en humanos
 
Para comprobar hasta que punto se ha actuado irresponsablemente en España, sólo hay que ver la relación entre infecciones y animales enfermos. Contra menos medidas se han tomado para frenar la enfermedad y alertar a la población, más casos por menos animales enfermos. Comparemos: Gran Bretaña 1 caso de infección en humanos por cada 1.134 vacas locas (1/1.134), Mientras España 1 caso por sólo 240 vacas enfermas (1/240). La relación mayor de Europa después de Francia.
 
Gran Bretaña 163 casos humanos, sobre 185.000 casos de EEB relación 163/185.000 ,1/ 1.134
 
Francia es un caso más complejo 23 casos en humanos sobre 1050 casos de EEB pero la mayor parte de los casos humanos se atribuyen a consumo de carne británica en los años 80.
 
Portugal 2 casos humana sobre 1100 en vacuno. Relación 2/1100   1/550
 
Irlanda 4 casos humana sobre 1700 casos de EEB en vacuno. Relación 4/1700 1/425.
 
España (país sospechoso de permitir consumo de MER con animales enfermos de EET en su cabaña) 3 casos en humanos , 720 casos EEB Relación 3/720 1/240, la más alta de la UE si exceptuamos Francia.
 
Esta cifra indica que estamos ante un grave problema de salud pública en Cataluña y en España, originado por la negligencia y posibles delitos relacionados con la salud pública de algún responsable de la sanidad animal.
 
En estos momentos no estamos ante un problema de sanidad animal o de seguridad alimentaria. Desde 2001 se aplica el programa de vigilancia y control de las EET, y la propia epidemiología de la enfermedad lo atestigua, hay un descenso anual paulatino de casos y no aparecen animales enfermos nacidos con posterioridad a febrero de 2001. (Al menos que se sepa) Los Materiales específicos de riesgo (MER) se retiran en el matadero u otros establecimientos. Por tanto, el consumo de vacuno u ovino no tiene riesgos para el consumidor (O al menos eso pensábamos hasta comprobar cómo aparecía un foco de encefalopatía espongiforme bovina en un granja de Lloveras (Solsonès- Lérida) según consta en el DOGC Num. 5129 del 13 de mayo de 2008, pero que había sido firmado el 23 de abril de 2008 por el Conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación, Joaquín Llena., el mismo que lo ocultaba ante la interpelación del Diputado de Ciudadanos, Antonio Robles, el 7 de mayo de 2008, a pesar de tener constancia de ello).
 
Estamos ante un problema de salud pública. Las personas que han muerto por la variante de las vacas locas han contraído la enfermedad en la situación ya descrita. Sus familiares merecen una satisfacción económica y que se abra una investigación.
 
Además, las personas enfermas en fase de incubación se convierten en un riesgo para los usuarios de la sanidad. En efecto, pueden transmitir la enfermedad por transfusiones, intervenciones médicas quirúrgicas. Por ello es imprescindible que el Gobierno de la Generalitat tome en consideración esta situación y que la Consellería de Salud extreme las medidas ante los casos clínicos de encefalopatías en humanos a través de la vigilancia epidemiológica.
 
¿Es posible que el sistema de vigilancia de enfermedades por priones no haya detectado en Cataluña casos de variante de Creutzfedlt-Jakob fallecidos dada la tardia identificación de los tres conocidos? ¿Se someten en Cataluña todos los casos neurodegenerativos en humanos a la batería de pruebas, entre ellas la autopsia, para asegurar que queden sin diagnosticar casos de la variante?
 
Es preciso implicar aquí a la Consejería de Sanidad. ¿Qué organismo y de qué forma se lleva a cabo en Cataluña el control de la posible diseminación de la Creutzfedlt-Jakob (o enfermedad de las vacas locas en humanos) a partir de probables portadores nacionales o internacionales? ¿Existe alguna coordinación nacional o internacional a este efecto? ¿Se ha establecido un programa de vigilancia especial para la población de las zonas donde se hayan distribuido hasta 2001 piensos con harinas cárnicas? 
 
Por descontado que este problema se debe abordar conjuntamente en toda España. Las EET no distinguen entre divisiones geográficas o administrativas. La propia Comisión Europea las considera dentro de su política comunitaria, y sus normativas son de Rango, Decisión y Reglamento, de obligatorio cumplimiento para todos los Estados miembros.
 
La moción subsiguiente a la interpelación propuesta por el Diputado Antonio Robles del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña, insta al Gobierno de la Generalitat a:
 
1.   Elaborar un informe sobre las actuaciones que se están llevando a cabo desde 2001 para eliminar piensos priónicos y animales enfermos por EET por las Consellerías de Agricultura y Salud.
 
2.   Potenciar la función inspectora de la cadena de consumo y la seguridad alimentaria por parte de los Servicios Veterinarios Oficiales y utilizar la capacidad sancionadora de la Administración para perseguir las irregularidades en el ámbito de la protección de los consumidores.
 
3.   En el caso que apareciesen en Cataluña casos de esta enfermedad en humanos:
 
a.      Crear servicios de apoyo a afectados por enfermedades por priones y sus familias en el marco de las denominadas enfermedades raras y aprobar protocolos específicos de cuidados o medidas de información, apoyo y asesoría clínica, jurídica, genética etc. a los afectados y familiares.
 
b.      Fijar, en el ámbito de competencia de la Generalitat, indemnizaciones para los familiares por los casos de muerte por esta enfermedad.
 
4.   Instar al Gobierno Central para que cree una Comisión de Investigación sobre las responsabilidades e irregularidades contra la salud pública en la inspección y control de piensos priónicos y animales enfermos por parte de las diferentes Administraciones durante la crisis de las EET del año 1997 al 2001.
 
5.   Establecer una red de vigilancia epidemiológica de las poblaciones de riesgo (personas de edad mediana que viven en zonas con alta prevalencia de EEB y focos de scrapie y con hábitos alimentarios de consumo de tejidos que son productos MER) y efectuar un estudio de estimación de riesgo de la población catalana y predicciones de incidencia en Cataluña.
 
7.   Presentar un protocolo de actuación para sistematizar la realización de autopsias en personas que hayan muerto con síntomas neurodegenerativos para determinar con exactitud tipos de este cuadro de enfermedades.
 
8.   Realizar un protocolo preventivo que asegure las medidas necesarias que pudieran ser útiles para evitar el contagio por transfusiones de sangre de posibles personas enfermas que pudieran estar incubando la enfermedad y fueran inconscientes de padecerla, además de aquellas que la pudieran ya padecer.

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