Notas de Prensa

El estado del Estado

27-02-2014 | La Voz Libre

La puesta en marcha de reformas y medidas ambiciosas, devolverán a los ciudadanos de la Nación española la ilusión de formar parte de un proyecto común con futuro y esperanza

Titulo así mi artículo porque si titulase 'El estado de la Nación', los nacionalistas no sabrían -más bien no querrían saber- de lo que estoy hablando, ya que para ellos España es, simplemente, "el Estado".

Una fría entidad administrativa, un conjunto de organismos y centros de decisión, multitud de cuerpos de malvados funcionarios y muchas páginas del BOE. Para los nacionalistas, eso es España. Y lo cierto es que para difundir esa imagen les va muy bien la gestión que está haciendo el gobierno de Rajoy, porque esa es precisamente la imagen que proyecta.

Para los nacionalistas, la nación es únicamente Cataluña. Es una opinión legítima. Lo que preocupa, o al menos a mí, es el argumento a mi juicio totalitario y excluyente que guía su concepción de nación: “un solo pueblo” y que consecuentemente produce lemas tan absurdos e incongruentes como “por un país de todos la escuela solo en catalán”, que es lo mismo que decir “por un país de todos, la escuela sólo en la lengua de la mitad”. En fin…

Pero la Nación española, la constitucional, la de ciudadanos libres e iguales, la de catalanes, andaluces, gallegos, madrileños, murcianos y demás, ¿cómo está?

Según Rajoy, muy bien. Según Rubalcaba, fatal.

Uno y otro solo hablan desde la perspectiva económica, y posiblemente, en ese plano, las cosas no van ni mucho menos tan bien como Rajoy pretende (que se lo digan a la gente), ni tampoco los españoles se creen el mensaje apocalíptico de Rubalcaba, motivado más por su delicada situación interna dentro del PSOE y la presión electoral de la izquierda más radical.

Es cierto que las cosas van mal y que hay mucho por hacer, pero no solo en el plano económico, sino también en el institucional, en el ético, en el territorial y, sobre todo, en el educativo. Y todos estos ámbitos son igual de importantes que el económico. Mientras eso no esté claro, el estado de la Nación no será el que permita salir de la situación actual que perciben todos los ciudadanos.

La puesta en marcha de reformas y medidas ambiciosas, contundentes y arriesgadas en todos esos ámbitos, y no solo en el económico, devolverán a los ciudadanos de la Nación española la ilusión de formar parte de un proyecto común con futuro y esperanza, y no de un conjunto de órganos políticos y administrativos, de gestión, sin alma, que los nacionalistas denominan "estado español", y que nosotros, desde Ciudadanos, queremos llamar, con ilusión, España.

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