Notas de Prensa

El musical independentista

02-07-2013 | La Voz Libre

En Cataluña cuando se produce un evento de estas características algunos nos preguntamos de dónde sale toda esa financiación

El Camp Nou hace tiempo que se convirtió en algo más que en un estadio para practicar el fútbol. Desde altavoz independentista en el que colgar pancartas y entonar cánticos a favor de una ideología, hasta un mitin musical disfrazado de acto cívico. Así es el particular Broadway del independentismo, donde a diferencia de la versión neoyorkina, en vez de Orson Welles, James Dean o Marlon Brando, aquí desfilan elefantes del espectáculo venidos a menos, demostrando una vez más el carácter romántico de un nacionalismo atrapado en el pasado.

 
Y es que los independentistas tienen una extraña aversión a llamar a las cosas por su nombre y utilizan términos como ‘libertad’ estirando su significado hasta el ridículo. Con el título 'Concierto por la libertad' se añade a la lista un nuevo término plagado de siglas y palabras entrelazadas -como los ya conocidos “Derecho a decidir” o “Consejo Asesor para la Transición”- que componen expresiones vacías y eufemismos políticos que aspiran a formar parte de un lenguaje democrático. Resulta de locos que el otro día en el Camp Nou se hablase de libertad cuando son ellos los que están convirtiendo a Cataluña en un territorio unánime donde pensar distinto te convierte en un apestado. Precisamente para hablar de libertad lo primero que hay que hacer es respetarla y predicar con el ejemplo.
 
Fíjense cómo corría la ‘libertad’ a borbotones que hasta al propio Ramoncín se le abucheó cuando se dirigió a las masas en castellano. Sinceramente, todavía no entiendo que hacía ‘el rey del pollo frito’ siendo profeta en tierra ajena. Lo considero un tipo válido cuando hemos coincidido, pero los artistas deberían entender que hay otras formas de aumentar sus agendas de conciertos y que hay otros modos de volver a sentirse estrellas de la música sin recurrir a las comparsas políticas. Me imagino que para Peret -que participó en Eurovisión representando a España- o para el propio Dyango -que empezó a ser conocido tras su debut en el Festival de Benidorm- tocar en un estadio lleno donde hace unos meses lo hizo U2 es un buen caramelo. Ya saben aquello de tengo unos principios pero si usted quiere…
 
En Cataluña cuando se produce un evento de estas características algunos nos preguntamos de dónde sale toda esa financiación. Llámenos desconfiados, pero los que nos hemos jugado nuestros ahorros en crear una empresa, a diferencia de los depredadores de subvenciones, sabemos que jugar a ser a funambulista con red es más fácil. Aunque la presidenta de la asociación organizadora (Òmnium Cultural) se está esmerando estos días en manifestar que nadie le ha prestado un centavo, pregunto yo: ¿Se pondrían las mismas facilidades en celebrar un concierto por la unión? Y si viniese, por ejemplo, la selección española, ¿habría el mismo despliegue mediático? No lo creo. Y es que TV3 una vez más le dedicó al concierto un despliegue digno de unos Juegos Olímpicos. Ni si quiera los Rolling Stone cuando vinieron a Barcelona soñaron con un montaje mediático tan escrupuloso. Sin embargo, me sorprende no ver a ningún periodista afectado por el reciente ERE de TV3 que le reproche públicamente a la cadena esta utilización de sus recursos para hacer propaganda y no para cumplir las obligaciones laborales con sus trabajadores. Supongo que el que tuvo retuvo.
 
“No han querido cobrar subvención y eso no lo hace mucha gente, es para quitarse el sombrero”, concluyó el conseller de Presidencia, Francesc Homs. En caso de que sea cierto, pregunto: ¿Debemos aplaudirles por no haber subvencionado el concierto? ¿Y si ÒmniumCultural la hubiesen solicitado? ¿Nos “quitamos el sombrero” porque se haya actuado como lo hacen muchas otras asociaciones que no son de la cuerda del nacionalismo? Por cierto, la suculenta subvención era de 500.000 euros para un concierto que finalmente ha costado 2 millones. La organización dice que se subsanarán con lo recaudado y que todo el mundo pagó su entrada ¿Políticos incluidos? Debe ser que cuando se trata de independentismo salen las cuentas e incluso sobra algo, en cambio para los problemas reales que tenemos los catalanes siempre falta. Ya lo dijo Benjamin Franklin: “Si quieres conocer el valor del dinero, trata de pedirlo prestado”.

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