Notas de Prensa

En tierra hostil

09-12-2013 | Blog C's Sant Cugat del Vallès

Los intolerantes pretenden una Cataluña irreal, pura, romántica, levantada sobre una Historia que nunca fue

La fractura social catalana, jaleada irresponsablemente desde la Generalitat, los partidos nacionalistas, y los medios de comunicación serviles y subvencionados, es ya una triste realidad. Podemos contemplar con horror cómo el discurso del odio, prebélico y grotescamente épico, vinculado a la fecha mítica de 1714, va ganando adeptos entre la parroquia nacionalista. Si finalmente se hace evidente el fiasco del referéndum, una gran frustración colectiva, difícil de canalizar, se instalará entre independentistas y nacionalistas...
 
En lo que llevamos de año se contabilizan ya doscientos ataques a sedes de partidos políticos no nacionalistas en Cataluña. Cristales rotos, pintadas, amenazas de muerte, veneno de lo más diverso. Pero lo más lamentable son las numerosas agresiones físicas de independentistas exaltados a militantes de C's, y de otros partidos no nacionalistas, con su correspondiente denuncia ante los Mossos, por el mero hecho de pensar diferente. Y los medios de comunicación catalanes, en un ejercicio patético de sectarismo y cobardía, apenas mencionan estos ataques.
 
Asistimos, atónitos, a bochornosos espectáculos en las Universidades y otros foros públicos, donde jaurías de jóvenes airados impiden la palabra a quien no piensa como ellos. Este es un comportamiento claramente totalitario, paradójicamente justificado por sus autores en nombre del antifascismo, y como defensa de una concepción sectaria de Cataluña. Se insulta, se limita la libertad de expresión, se agrede y se declaran "personas non gratas"... Y también, ¡qué tristeza! gente mayor, que ha destilado en su interior un profundo y oscuro rencor, descarga ese odio visceral a todo lo español en cuanto toma la palabra algún miembro de un partido no nacionalista. Que se lo digan a nuestro diputado, Jordi Cañas, que últimamente es foco de atención privilegiado de todo tipo de descerebrados.
 
Y todo esto ocurre en nombre de Cataluña. Los intolerantes pretenden una Cataluña irreal, pura, romántica, levantada sobre una Historia que nunca fue. Una Cataluña tan acostumbrada al discurso público único, que ya casi no sabe reaccionar sin hostilidad, escandalizada, cuando escucha ideas diferentes a las suyas. Una Cataluña que reparte carnets de catalanidad y que hace listas de catalanes buenos y malos. Una Cataluña sectaria, en realidad tan débil y acomplejada, que necesita exorcizar todo mestizaje, todo rastro de españolidad, para reafirmarse cada día. Y así, afirmando exclusivamente sólo una parte de ella, amputándose a sí misma, pierde su vitalidad, gran parte de su esencia y muchas de sus mejores características.
 
Frente a esta Cataluña narcisista y cerrada, donde triunfa el discurso del odio, nosotros, desde C's, trabajamos por una Cataluña plural, abierta y solidaria. Una Cataluña donde se respete la ley, donde se acaten las sentencias de los tribunales, y donde el estado de derecho no sea papel mojado. Una Cataluña que hable y viva sin complejos en cualquiera de sus dos lenguas, en total libertad, en todos los ámbitos públicos y privados. Por una Cataluña que se sienta cómoda en una España transformada, atractiva para todos. Una Cataluña, en fin, donde tengan preeminencia los derechos de los ciudadanos y los valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad por encima de los derechos de los territorios...
 

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