Notas de Prensa

Eusko-Halloween

19-10-2011 | La Razón

Si de lo que se trataba era de reclutar a todos los zombis dispersos por el Globo para celebrar Halloween ha habido unos vacíos imperdonables

Confieso que me ha sabido a poco la Conferencia de Paz de San Sebastián, mi gran decepción por ausencias tan notables como Rigoberta Menchú, Pérez Esquivel o Herrero de Miñón. Si de lo que se trataba era de reclutar a todos los zombis dispersos por el Globo para celebrar un Halloween con dos semanas de adelanto, allí ha habido unos vacíos imperdonables. ¿Cómo no se ha sabido traer a esa noche de los muertos vivientes a gente tan solvente y en activo como Jimmy Carter, el Dalai Lama o los obispos Setién y Uriarte? Otro que también era muy bueno era Mayor Zaragoza. Me vienen, en fin, cantidad de fichajes que han faltado en la foto: Margarita Robles, Bermúdez y su mujer escritora, el mismo juez Garzón sin ir más lejos. ¿Qué clase de inconfesable ingratitud les ha llevado a los organizadores a no contar con toda esa peña? Estoy seguro de que los Bardem no habrían puesto ninguna pega. ¿Y a esa desoladora lista de ausencias le llaman «éxito»?
No voy a negar que Kofi Annan sea un buen fichaje. Lo es y lo habría sido mejor con treinta años más. El ex baranda de la ONU tiene, además, experiencia en casos de terrorismo independentista; en usar, para contentar al Frente Polisario, altisonantes expresiones –«paz justa», «autodeterminación», «solución de mutuo acuerdo» …– y en maniobrar por detrás para lo contrario, para integrar al Sáhara en Marruecos. ¿Quién le ha dicho a ETA que necesita un Kofi Annan? ¿No será el transparente Rubalcaba por casualidad?
La verdad es que con esa conferencia tengo la misma sensación que tendría si, después de comer, me traen de postre una fabada con compango. Todo lo que se ha dicho allí y lo que se ha dicho en contra, está ya escrito hace años. Pero, para empacharnos más, todavía ETA está a tiempo de montar otra superconferencia antes del 20-N, una cosa bien organizada donde estén Pérez Royo, María Antonia Iglesias y el cadáver hibernado de Walt Disney. A este último no le he preguntado lo que piensa,  pero me da que es de ese rollo.
 

Iñaki Ezkerra, Escritor

 

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