Notas de Prensa

Feliciano Sánchez López: 'No estoy en contra del catalán, sólo si excluye al castellano'

10-03-2009 | ABC

'Los padres no podemos ni nos corresponde corregir los déficits de la escuela'. Entrevista a uno de los doce padres que han acudido al TSJC para pedir una enseñanza plenamente bilingüe para sus hijos

 
Feliciano Sánchez López es sólo uno de los doce padres que han acudido al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para pedir que sus hijos tengan acceso a una enseñanza «plenamente» bilingüe. Eso pasa, a su entender, «por cursar más de una tercera hora de castellano en los colegios». Casado con una catalana, aunque natural de Murcia, Feliciano se resiste a aparecer en los medios de comunicación. «No me gusta que me tachen de españolista, afirma en declaraciones a ABC.
 
«No estoy en contra del catalán; es más creo que es necesario que mis hijos lo aprendan, aunque sí estoy en contra de que el catalán excluya al castellano», denuncia Feliciano. Añade que «en estos momentos el castellano tiene el mismo peso que el inglés en las escuelas». A este padre sólo le preocupa que sus dos hijos, uno en sexto de Primaria y otro en Bachillerato, dominen igual el catalán y el castellano cuando acaben sus estudios, lo que, según afirma. «es un derecho constitucional que nadie cuestiona».
 
Feliciano cree que la escuela pública tiene déficits, lo que, según explica, le llevó en su día a trasladar a sus hijos a la concertada. «Me daba cuenta de que el nivel de la enseñanza no era el óptimo. Por eso me decidí a cambiarlos de colegio», explica. Este murciano afincado en Cataluña decidió actuar cuando sus hijos entraron en los ciclos de Primaria y Secundaria. «Pensé que allí habría más asignaturas en castellano, aunque la realidad que encontré fue muy diferente», apunta. Cuando vio que todas las materias que cursaban sus hijos se impartían en lengua catalana -a excepción de la de lengua castellana- se decidió a enviar una carta a la conselleria de Educación. La respuesta fue inmediata. Las altas instancias educativas le recordaron que sólo se puede escoger lengua en los primeros años de enseñanza, y que, a partir de los ocho años, la edad de su hijo (el pequeño) entonces, la lengua vehicular es el catalán. La réplica de la conselleria de Educación no sirve a Feliciano, quien apela a una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) -la número 337- de 1994 que negó a un padre la escolarización exclusiva en castellano para su hijo.
 
Conjunción lingüística

No obstante, el fallo introdujo un nuevo término, el de «conjunción lingüística», que significa que en una comunidad autónoma como Cataluña las dos lenguas oficiales (catalán y castellano) deben coexistir y ninguna puede ser excluida como lengua docente. «Cuatro años más tarde del pronunciamiento del Constitucional, la Generalitat se atrevió a aprobar la Ley de Política Lingüística, que establece el catalán como lengua vehicular exclusiva en la escuela. No me diga que no es un incumplimiento premeditado», apunta Feliciano Sánchez. «La Ley del 98 tiene muchas trampas. No es cierto que los niños aprenden igual las dos lenguas. Los niños se educan exclusivamente en catalán y el castellano está en clara desventaja», asevera. Feliciano confía en la resolución del TSJC. Si va en contra de sus intereses, no podría recurrir.
«Los padres no podemos ni nos corresponde corregir los déficits de la escuela»
Nadie logrará convencer a Feliciano López de que sus hijos acabarán dominando igual el catalán que el castellano. «Hay algo básico e irreplicable cuando alguien me dice lo contrario y es que el refuerzo de castellano que podemos hacer los padres al margen del horario lectivo no es suficiente ni cuantitativa ni cualitativamente», afirma López. «Muy pocos padres son capaces de explicar a sus hijos qué son las rocas magmáticas. A mí me gustaría, por ejempo, que a ellos se lo hubieran explicado en castellano», añade Feliciano. «La enseñanza pública la pagamos todos y no satisface a todo el mundo», concluye.

Volver