Notas de Prensa

Francesc de Carreras: 'Acabemos como sea'

18-07-2009 | La Vanguardia

El Govern y CiU están construyendo una nación, algo muy complejo: una gran obra de ingeniería social y mental. Ya pensarán nuestros políticos en algún nuevo entretenimiento, para no acabar nunca.

 

Tras un año de reales o fingidas angustias, y también de ridículo, el establishment catalán – Cámara de Comercio, Fomento, sindicatos y todo lo que representan - ha tirado de nuevo la toalla: acabemos ya, como sea, con la dichosa financiación autonómica. Digamos que sí. Lo mismo pasó con el Estatut: aprobemos cualquier texto, qué más da, pero pasemos página a este absurdo asunto en que nos han metido y que nos impide abordar tanto lo urgente como lo importante. En ambos casos no les ha faltado razón.

Pero la realidad es la realidad. Y lo cierto es que el sistema de financiación aprobado tiene poco que ver con lo dispuesto en el Estatut. Las leyes, por lo visto, están para incumplirlas. Sin embargo, las cifras que se manejan – siempre hipotéticas, ya que dependen de lo recaudado – parece ser que complacen a los gobiernos de las comunidades autónomas. Ya se sabe: Zapatero, de entrada, complace siempre. En conclusión, para este viaje no hacían falta tantas alforjas: sin el nuevo Estatut podríamos tener las mismas cifras que ahora se prometen. 

Cifras y letras o el fuero y el huevo. Ambos podrían ser el titular de esta columna. El tripartito se ha apuntado a las cifras y al huevo; PP y CiU a las letras – las letras del Estatut, en el caso de CiU – y al fuero. Curiosamente, ERC se ha vuelto pragmática y CiU fundamentalista. Los papeles, pues, se han invertido: cosas del poder político, ese instrumento corruptor, en especial de la inteligencia y de la coherencia. El PSC, entretanto, deslizándose como una sigilosa anguila  entre las rocas de las turbias y frías aguas de un profundo río.

Pero tras las bambalinas del teatro está la realidad, en nuestro caso están los catalanes, una sociedad desorientada, confusa, harta y apática por tanto ajetreo inútil. Y aún no hemos acabado. Falta la sentencia, la más esperada sentencia de la historia de España que, se supone, esclarecerá aquello que dice en realidad el Estatut: su letra y su espíritu, santo por supuesto. Nadie quedará contento, suele decirse. No es cierto: muchos pensarán, diga lo que diga la sentencia, que por lo menos ya hemos acabado con el asunto: ¡menos mal! Ara, anem per feina, dirá satisfecho el catalán medio.

Pues bien, se equivoca el catalán medio. Esto no va a parar: en realidad no para desde hace 30 años. El Govern y CiU están construyendo una nación, algo muy complejo: una gran obra de ingeniería social y mental. Ya pensarán nuestros políticos en algún nuevo entretenimiento. Pero de lo que se trata no es de lo que piensen nuestros políticos, de lo que se trata es de lo que piensen los  ciudadanos: sobre todo los que votan a desgana o se abstienen de votar, casi la mitad. Si el establishment catalán proclamara en público lo que dice en privado, la comedia se acabaría pronto. Mientras digan “acabemos como sea”, esto será el cuento de nunca acabar.

Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

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