Notas de Prensa

Hablar en español

08-10-2013 | La Voz Libre

Culpo con mayor intensidad a los gobernantes que, mientras declaran falsamente 'amar' y 'respetar' a España, con sus campañas políticas provocan actitudes como ésta

El pasado día 30 de septiembre se celebró en el Parlament de Catalunya el denominado 'Ple de l'experiència' o 'Pleno de la experiencia', en español.

La iniciativa, que se celebra cada año desde hace ya bastantes coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores, tiene como loable objetivo abrir el Parlament a las reivindicaciones del colectivo de personas mayores de la sociedad catalana, y acuden a ella multitud de ciudadanos de edad avanzada que ocupan los escaños durante el acto. Algunos de los representantes de los asistentes intervienen desde la tribuna exponiendo sus consideraciones sobre los temas que entienden de trascendencia para tal colectivo.

El acto estuvo presidido por la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y acudió también la consellera de Bienestar y Familia de la Generalitat, Neus Munté, quienes posteriormente dirigirían unas palabras a las personas allí reunidas tras las distintas intervenciones de asistentes y diputados.

Con posterioridad a los parlamentos de los asistentes, cada uno de los representantes de los grupos parlamentarios pasó a exponer su visión al respecto de las intervenciones y sus consideraciones sobre las políticas en relación a las personas mayores.

El que les escribe fue el representante en dicho acto del Grupo Parlamentario de Ciudadanos Partido de la Ciudadanía (C’s) y me tocó intervenir en último lugar.

Hasta aquí nada reseñable, dirán Uds. Y así es.

Pues bien, todos los intervinientes que me precedieron -público y diputados- realizaron legítimamente su exposición en catalán; pero un servidor, que sin desconocer la de Espriu se maneja mejor en la lengua de Cervantes, decidió hacerlo en castellano.

"Gracias Presidenta, y gracias también a todos los presentes...", fueron las únicas palabras que alcancé a pronunciar antes de comenzar a oír los silbidos que algunas personas del público -quiero pensar que una minoría- me dirigían por tal 'osadía': la de utilizar mi lengua materna y una de las dos oficiales en la institución de la que formo parte por deseo de casi 300.000 catalanes a los que me debo.

La Presidenta reprendió a los silbadores, indicándoles que no estaba permitido hacer muestras de aprobación o desaprobación (no dijo, sin embargo, que cada cual tiene el derecho a hablar en la lengua oficial que prefiera...), y pude continuar mi intervención sin problema hasta el final de la misma, que fue recibido con aplausos de la mayoría como el resto de las intervenciones.

Les cuento esta 'anécdota' porque la entiendo como un síntoma más de la división y fractura social que las políticas independentistas del gobierno de CiU y ERC están causando, que llevan a algunas personas a reprender con silbidos, en el mismísimo Parlamento, a un diputado por expresarse en la lengua que es normalmente usada por más de la mitad de la población de la sociedad que representa dicho Parlamento. Y esas personas que me silbaron eran, además, personas mayores. Aquéllas a las que yo les profeso sumo respeto por su edad y experiencia de la vida, aspectos ambos en los que me superan ampliamente, pero que con su actitud demostraron que no siempre la edad es sinónimo de buen juicio.

Sin embargo, culpo con mayor intensidad que a ellos, a los gobernantes que tenemos la desgracia de padecer en Cataluña y que, mientras por un lado declaran falsamente ‘amar’ y ‘respetar’ a España y lo español, con sus campañas políticas provocan actitudes como la que les cuento.

En cualquier caso, una alternativa a esos gobernantes es posible. Otras mayorías son posibles. Sucedió en el País Vasco y estoy seguro de que sucederá en Cataluña. Sólo hace falta que los que defendemos la unión y la convivencia nos pongamos de acuerdo aunque sólo sea en eso. Y entonces los ciudadanos que hoy no saben en quien confiar podrán contar con un proyecto de convivencia por encima de colores y matices políticos que podremos seguir defendiendo cada uno según nuestras convicciones. C’s estará ahí, no lo duden.

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