Como todos los ciudadanos saben, en la trama urbana de Terrassa ya se han instalados radares, sin tener en cuenta alternativas que hubieran mejorado la seguridad sin amedrentar continuamente a los conductores, Ciutadans las hizo públicas en su momento. A la vuelta de las vacaciones nos hemos encontrado con un montón de semáforos nuevos en sitios donde tradicionalmente no los había y no parecía su presencia necesaria; sin embargo, en muchos accesos a nuestros colegios se han hecho esperar lustros. Y ahora, gracias al Pla Territorial Metropolità de Barcelona (PTMB) de la Generalitat, vamos a mejorar sin duda nuestra conexión con la capital catalana. Y la guinda, vamos a ser obsequiados con un fabuloso tranvía, lo cual satisface el anhelo de cualquier ciudad europea que se valore como moderna "de la muerte".
Se expuso el trazado en el pasado pleno municipal y a nadie pareció disgustarle, nadie planteó una objeción a semejante barbaridad urbanística, semejante atentado a la movilidad, semejante despilfarro, siendo ya una apuesta desfasada que solo complace a las multinacionales ferroviarias, y a los que tienen una concepción estética de la ciudad barroca y poco sostenible. El tranvía tiene una alternativa tan eficiente a medio plazo como son los autobuses de altas prestaciones que funcionan sin combustibles fósiles o los híbridos. Es una alternativa probada que cada vez resulta más económica y que además sintoniza con ese cambio mental que a nivel mundial se está produciendo y que conlleva un alejamiento del petróleo por ser un activo estratégico en manos de intereses hostiles. El tranvía encorseta, compromete el futuro y no favorece la movilidad, es una alternativa cara que ha dejado de ser 'guay' frente a alternativas más flexibles y económicas.
Esa supuesta futura línea parece que vendrá a resolver un problema de movilidad tremendo que tiene nuestra ciudad, sólo indicar que no hay ni una sola línea de autobús que imite ese trazado, ni se espera que sea así.
(y II)
Es bien sabido que el Ayuntamiento de Terrassa menudo copia las decisiones del Ayuntamiento de BCN, pero con varios años de retraso. Tarde o temprano, pues, tenía que llegar el tranvía.
La experiencia hasta ahora nos demuestra:
El tranvía no satisface ninguna de estas condiciones. Esta constatación es lo que provocó su desaparición en favor de los autobuses, más flexibles, menos peligrosos y más compatibles con los coches. Y este criterio, a pesar del tiempo y las modas urbanísticas, es lo que razonablemente pide buena parte de la sociedad.
¿Por qué, pues, vuelve el tranvía? Hay dos razones:
Seamos claros, no se trata tanto de mejorar la movilidad, sino de estimular la creación de trabajo para evitar que el paro deje en ridículo el estímulo necesario de las instituciones para crear economía sostenible y de auténtico valor añadido, y al mismo tiempo, ir encaminando el próximo ciclo electoral a base de proyectos faraónicos.
Nuestro ayuntamiento descarrila porque la solución al problema de la movilidad no pasa por el tranvía en nuestra ciudad, sino por:
Javier González, Comissió d'Acció política de C's Terrassa, y presidente del Consejo General de C's.
PUBLICADO EN: Terrassa.net (I) y Terrassa.net (II)