Notas de Prensa

La partida ha comenzado

27-09-2012 | La Vanguardia

No es infundir miedo, sino ser realista: con la posible secesión, el mal está hecho, porque el dinero es cobarde

Se había programado en el Parlament de Catalunya el debate de política general, como cada final de septiembre. Pero cuando al inicio de su intervención, Artur Mas anunció la inmediata disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones por motivos excepcionales, ya se vio claro que el carácter de la sesión parlamentaria había mutado. El President había ganado la primera mano de la partida: no se entraría a fondo en su acción de gobierno.

¿Qué harían los partidos al día siguiente? ¿Se centraría el debate sobre esta acción de gobierno o sobre la propuesta de Mas según la cual en la próxima legislatura Catalunya debe ejercer el derecho a la autodeterminación?

Estuvo claro que el PSC, el PP y C's escogieron tratar ambas materias, ERC y SI sólo trataron de la autodeterminación, alineándose con Mas, e ICV también apoyó a CiU en esta cuestión pero criticó la política económica y social del Govern. Por tanto, CiU tiene a su alrededor tres partidos que apoyan su plan separatista (ERC, ICV y SC) y tres que están en contra (PSC, PP y C's). Con matices distintos, que a veces son de brocha gorda, todos se han situado en el campo de juego sin sorpresas. Ha comenzado una partida cuya primera parte finalizará el 25 de noviembre.

¿Tendremos en esta fecha una radiografía sobre cuántos son los catalanes que desean separarse de España y que Catalunya sea un Estado soberano? Creo que todavía no. Seguro que muchos ciudadanos seguirán votando a CiU sin ser independentistas y que, en alguna medida, mucho menos que antes pero todavía en alguna medida, la coalición nacionalista no acabará de perfilar su posición y seguirá cultivando una cierta ambigüedad.

ERC y SI, en cambio, serán tan claros como lo han sido hasta ahora. Por tanto, para averiguar la voluntad de los catalanes, en algún momento habrá que acudir a un referéndum que, por supuesto, no puede convocar la Generalitat de Catalunya.

Artur Mas ha dado un paso muy importante sin posible vuelta atrás: se ha puesto al frente de la manifestación, ha tomado el mando de todas las fuerzas nacionalistas y, por esta razón, la independencia de Catalunya debe ser contemplada como algo posible. Ello ha causado un gran efecto, por distintas razones, sobre todo por aquellas que tan negativamente inciden en la crisis económica. Ciertamente, el momento escogido no puede ser peor. La posible secesión catalana tiene ya influencia en nuestra delicada credibilidad financiera y en las futuras inversiones. Como se sabe, el dinero es cobarde. Pero el mal ya está hecho. Esto no es infundir miedo, esto es ser realista.

 

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