Notas de Prensa

Los ciudadanos pedimos paso

30-05-2014 | La Voz Libre

La gente vota a formaciones que proponen cosas nuevas que generan ilusión y que se comunican con formas nuevas

Los resultados de estas últimas elecciones europeas confirman la tendencia que se venía intuyendo desde hace tiempo: cada vez más los ciudadanos dan la espalda a los partidos que les dan la espalda y optan por formaciones cuyos mensajes y propuestas están orientados a conectar con la gente, por más que tales mensajes y propuestas sean de signo opuesto y agraden más o menos a según qué colectivo de electores.

Los ciudadanos están cansados de que tanto uno como otro partido mayoritario simplemente se diferencien solo en el color de sus papeletas y folletos, pero sean exactamente lo mismo en cuanto a sus propuestas para la sociedad, que son en realidad la falta de propuestas: ningún proyecto común de ilusión, cero regeneración democrática, falta de consensos amplios en cuestiones básicas… Votar a esos partidos es votar para que los políticos que ejercen en ellos su profesión puedan seguir cobrando su sueldo y administrando el país como si fuera una simple comunidad de vecinos.

Ante esta situación, la gente vota a formaciones que proponen cosas nuevas que generan ilusión y que se comunican con formas nuevas. Es significativo cómo muchos votos se han canalizado hacia opciones que propugnan medidas radicales de izquierda si nos atenemos al clásico espectro ideológico y cómo otros se han decantado por opciones que defienden principalmente medidas orientadas al ciudadano como el centro de la política, a consolidar una sociedad más justa y democrática ampliando el espectro social de las clases medias, y a la representación de los intereses de éstas, tan castigadas también por la crisis.

Más allá de estar de acuerdo con unos o con otros, estos resultados certifican el fin del bipartidismo en España, sistema al que en los últimos años se le puede atribuir la responsabilidad de la crisis que vive el país,  al menos de crisis ética e institucional, y seguramente también de la financiera. Sólo por esto, creo que lo que ha pasado es en todo caso positivo para España porque tiene que hacer reaccionar a los partidos mayoritarios y llevarles a cambiar sus políticas o bien hacer que éstos sean sustituidos a medio plazo por formaciones que -dentro de los límites del sistema- promuevan y lleven a cabo las reformas que este país necesita.

En efecto, las nuevas formaciones, por las buenas o por las urnas, traerán cambios a España. Esperemos que sean las formaciones que pretenden hacer cambios profundos  pero sin socavar los fundamentos del sistema democrático y constitucional, y que no lo sean otras formaciones de base más populista.

Mi partido, Ciudadanos (C’s), ha cosechado en estas elecciones un resultado esperanzador que nos pone en la deseada tesitura de contribuir decisivamente a esos cambios. A pesar de tener -hasta ahora- representación únicamente en Cataluña, C’s siempre ha sido un partido nacional. Ahora nos hemos consolidado como tal, obteniendo 2 eurodiputados en circunscripción única nacional.

Pueden estar seguros de que forzaremos los cambios que humildemente entendemos que necesita España para volver a ilusionar a la mayoría de la sociedad.

Se acabó el bipartidismo.

Los ciudadanos ya no pedimos permiso, pedimos paso.

Volver