Notas de Prensa

Nacionalismo es crisis

17-02-2012 | La Voz de Bcn

#nacionalismoescrisis

Los presupuestos de la Generalitat para 2012 siguen primando la construcción nacional sobre la sanidad y la educación públicas, sobre el bienestar social, minando en la práctica los pilares de nuestro estado del bienestar.

España está inmersa en una profunda crisis económica, fruto tanto del efecto de arrastre de la crisis financiera estadounidense de 2007, la de las hipotecas subprime, como de la inmovilidad inicial del Gobierno de Rodríguez Zapatero, negando la mayor, y la nefasta gestión consiguiente.

La tardanza en la toma de decisiones y el entorno político europeo, nada favorable a dar respuestas coherentes y creíbles al mercado financiero, han agudizado la crisis económica en España y en otros países de la Unión Europea, al tiempo que han llevado a la bancarrota a Grecia y mantiene al borde del abismo a Portugal. España, en suma, padece una crisis generalizada que afecta a las economías occidentales y lo hace en inferioridad de condiciones, sin haber acometido los cambios estructurales necesarios para cortar la hemorragia que provoca la incesante pérdida de empleo.

Desde Ciudadanos venimos denunciando la incidencia negativa provocada en el desarrollo económico, social y político de España por las tres crisis que nos azotan: no solo la económica, sino también la institucional y la de regeneración de la política. Estas dos últimas, la crisis provocada por la deslealtad institucional impulsada principalmente por los nacionalismos y la ausencia de verdadera regeneración en la política y los partidos, impulsaron en gran medida la aparición en 2005 del movimiento cívico que dio origen a Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, en julio de 2006.

Han transcurrido casi seis años desde nuestra aparición en el panorama político y las cosas no han mejorado, antes al contrario, las causas precitadas siguen campando a sus anchas en España y, muy especialmente, en la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Ciudadanos es hoy la única fuerza política que lanza su voz discrepante sin tapujos ante la ola de separatismo que se promueve y jalea desde buena parte de la Cataluña oficial. Hace algo más de dos años lanzamos una campaña que hacía hincapié en la realidad social de Cataluña y se reafirmaba en lo que es una verdad irrefutable: Cataluña somos todos. Transcurrido más de un año desde el inicio de la IX Legislatura del Parlamento autonómico de Cataluña y del gobierno nacionalista de CiU encabezado por Artur Mas, Ciudadanos es la única oposición real en Cataluña, la única oposición intelectual a lo que en esta Comunidad Autónoma se ha convertido en un verdadero régimen, que lleva más de tres décadas utilizando todos los resortes de poder a su alcance para inocular el virus separatista en nuestra sociedad, en aras a lo que el actual presidente autonómico ha dado en llamar transición nacional.

Estamos firmemente decididos a enfrentarnos a esta ola separatista con todos los resortes que pone a nuestro alcance el Estado de derecho. El escenario de ruptura con España promovido por el nacionalismo separador se basa en el mantra ‘España nos roba’. Pero hemos de tener claro, muy claro, quién roba en Cataluña a los ciudadanos catalanes. Y los que lo han venido haciendo, sin rubor y en ocasiones con aparente impunidad, tienen nombre y apellidos y, con demasiada frecuencia, carnet de partido. Los Alavedra, Prenafeta, Millet, Muñoz, Luigi y el largo etcétera que jalona la verdadera historia de la corrupción política y del despilfarro de fondos públicos en Cataluña tienen clara adscripción política y están fuertemente enraizados en los principales partidos políticos catalanes.

Los ciudadanos catalanes sufrimos el mayor tipo impositivo sobre nuestro rendimiento del trabajo, al estar sujetos al mayor tramo autonómico en el IRPF. Cataluña aplica un tipo marginal en este impuesto superior a cualquier otra Comunidad Autónoma española y solo superado por Suecia en el ámbito de la Unión Europea. Al mismo tiempo, mientras transcurren los días con el incesante coro reclamando el concierto económico o el pacto fiscal –bilateral se entiende, porque el verdadero pacto fiscal está contenido en la LOFCA– la realidad es que el Gobierno de la Generalidad de Cataluña dispone de una financiación por habitante y año superior a la de cualquier otra región española y muy superior a la disponible en cualquier estado federal norteamericano o cualquier land alemán.

La mala gestión, el despilfarro, el elevadísimo coste de la organización de un estado dentro de un Estado, el desfase presupuestario que implica el artificio de pasar de fer país a construir nación, hacen insuficiente los actuales niveles de financiación para Cataluña. Defendemos un justo reparto de la riqueza y exigimos, como no podía ser menos, una financiación justa y equilibrada para todas las CCAA que redunde en el bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos españoles. Cataluña, como cualquier otra región española, necesita recursos financieros bastantes para su desarrollo socioeconómico y para volver a ser, en lo posible, uno de los principales motores de la economía española, ahora tan maltrecha. Pero esa necesidad no nos debe ocultar la verdadera realidad. Los presupuestos de la Generalitat para 2012 siguen primando la construcción nacional sobre la sanidad y la educación públicas, sobre el bienestar social, minando en la práctica los pilares de nuestro estado del bienestar.

Hemos de ser conscientes, muy conscientes, de que estamos como estamos, en buena medida, porque el nacionalismo es crisis.
 

Matías Alonso es secretario general de Ciudadanos
 

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