Notas de Prensa

Operación salida en las urnas

28-07-2013 | El Mundo

Rajoy y Mas tienen esta semana la oportunidad de reconocer lo que todo el mundo sabe

 Esta semana comparece Mariano Rajoy en el Congreso de los diputados, y Artur Mas en el Parlamento autonómico catalán, ambos para dar explicaciones de las presuntas tramas corruptas de cobro de comisiones ilegales que afectan a sus partidos y a los gobiernos de los que han sido miembros.

 
Estas comparecencias, que han sido forzadas por la presión de la opinión pública ante el descredito de nuestros gobernantes y por la pérdida de apoyos electorales en los sondeos, podrían ser una oportunidad para comprobar si estos gobernantes son estadistas o simplemente políticos que miran más por el interés personal que por el interés general. 
 
La corrupción se ha convertido en la segunda preocupación de los españoles después del paro, y por encima incluso de la marcha de la economía, siendo a su vez el cuarto problema el sistema de partidos y los políticos. Llegados a este punto, y ante demasiados síntomas que evidencian que el actual sistema de partidos está obsoleto y que muchos ciudadanos desconfían de las instituciones democráticas sería necesario que los que presiden gobiernos pensaran más en el país que en su apego a la silla y en esas comparecencias pusieran fin a una etapa política que llega a su fin.
 
Rajoy y Mas tienen esta semana la oportunidad de reconocer lo que todo el mundo sabe, que la inmensa mayoría de partidos que han gobernado en las diferentes administraciones públicas en estas tres últimas décadas han creado tramas corruptas a través de  la contratación  pública para llevarse comisiones ilegales y enriquecerse personalmente o a sus partidos.
 
Y en esas comparecencias deberían reconocer asimismo que hay que hacer un plan de reformas políticas en nuestro país que haga democráticos y transparentes a los partidos políticos, que cambie el sistema electoral para darle el protagonismo al ciudadano y a su cargo electo y volver a dibujar las borradas líneas rojas entre los poderes político, judicial, financiero y mediático, además de una reforma integral de las administraciones públicas. 
 
Probablemente si Mas, y especialmente Rajoy que es quien preside el gobierno de la nación, reconocieran la verdad y aceptaran que hay que abrir una nueva etapa política y democrática en España la consecuencia inmediata es que deberían anunciar que no serán candidatos en próximas citas electorales y que en las próximas elecciones generales se brindará la oportunidad a los españoles para que puedan ratificar en las urnas ese plan de reformas profundas que necesitamos.
 
Pero hay demasiadas pistas que apuntan a que ni Rajoy ni Mas  vayan a entonar el mea culpa, ni mucho menos ser capaces de liderar una nueva era política, más bien justo lo contrario. De entrada porque han convocado sus comparecencias el día 31 de julio y 1 de agosto, en plena operación salida, para intentar de manera mediocre que la mayoría de ciudadanos no esté pendiente de esas sesiones parlamentaria, evitando además ambos dirigentes hacerlo en plenos monográficos en el hemiciclo de los respectivos parlamentos. Además tanto el líder del PP como el de CIU se han enrocado en una estrategia de pura defensa judicial sin que nadie en sus partidos asuma hasta la fecha las responsabilidades políticas que se derivan por la imputación de diferentes dirigentes en las tramas de cobro de comisiones ilegales.
 
Los ciudadanos tendremos  que conjurarnos y tomar las riendas de nuestro país, porque salvo grata sorpresa, ni Rajoy ni Mas ni Rubalcaba ni la mayoría de sus compañeros de filas están por la labor de rehacer el sueño de la democracia española, más bien están por mantenernos en la pesadilla. Si algunos no deciden voluntariamente hacerse el harakiri  tendremos que ser los ciudadanos quienes forcemos en las urnas la ‘operación salida’ de los que impiden sanear y reforzar nuestra democracia.
 

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