Notas de Prensa

¿Quién paga la vuelta al cole en Cataluña?

02-09-2014 | C's

En Cataluña es imposible encontrar un colegio público donde estudiar en la lengua oficial del Estado, junto con la cooficial

Estos días las familias con hijos en edad escolar viven inmersas en una vorágine de preparativos para la vuelta al cole.... Libros, cuadernos, ropa, calzado.... Los gastos se multiplican y suponen un buen bocado al presupuesto familiar. 

 
En Cataluña además, las tribulaciones se multiplican para aquellas familias que desean que sus hijos tengan como lengua vehicular el castellano, y no pueden pagar por ello. El sistema educativo catalán público excluye la enseñanza en castellano. Practica la denominada inmersión lingüística, y pese a las numerosas sentencias judiciales que obligan a la oferta pública de enseñanza en castellano en una proporción razonable, en Cataluña es imposible encontrar un colegio público donde estudiar en la lengua oficial del Estado, junto con la cooficial. Como mucho, lo que se le ofrece a las familias que lo solicitan es la atención individualizada en el aula, lo que implica que se señale al escolar y su familia, estigmatizándolo delante del resto del alumnado. Las diferentes sentencias ya insisten en que esa práctica no es de recibo, y que se debe garantizar la enseñanza en castellano, no del castellano.
 
Hasta ahora, la única vía que tenían las familias que no deseaban que sus hijos fueran inmersionados (disculpen el palabro) en el colegio era la vía  judicial. Ya se pueden imaginar lo que eso conlleva... El coste, no ya económico, sino humano, del vía crucis legal, hacia que muchas familias que lo deseaban, desistieran de su derecho a que los niños recibieran enseñanza pública en castellano, optando bien por la resignación, bien por optar por los colegios privados.
 
Sin embargo, no todo el mundo puede pagar la enseñanza en un centro privado. Si el padre no es el MH presidente de la Generalitat, tiene que estar en una posición económica muy desahogada, sobre todo cuando se tiene más de un hijo...
 
¿Y qué ha hecho el gobierno del Partido Popular? Pues parir la llamada Ley Wert. En ella se reconoce el problema: "La disposición adicional trigésima octava de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, da estricto cumplimiento a la doctrina constitucional al garantizar la cooficialidad del castellano y las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas. Para lograr este objetivo, la regulación presenta las siguientes características: por un lado, parte del reconocimiento y respeto a las competencias de las comunidades autónomas, pues garantiza la enseñanza de todas las lenguas oficiales como vehiculares y otorga a las Administraciones educativas plena autonomía para configurar sus modelos lingüísticos; por otro lado, somete el ejercicio del derecho de opción a estrictos requisitos y cautelas, con objeto de garantizar su plena adecuación a la doctrina constitucional."
 
Y se aporta la solución: "La disposición adicional pretende garantizar la efectividad de este derecho mediante el establecimiento de un mecanismo subsidiario, que únicamente puede activarse en caso de que la Administración educativa incumpliese su deber constitucional de garantizar la presencia de ambas lenguas cooficiales como vehiculares en su programación." ¿Y cuál es la solución? pues pagar la enseñanza en centros privados a aquellos padres que demuestren que han solicitado la enseñanza en castellano y no han conseguido un colegio público donde se haga... ¿Igualdad? Para nada. O sea, que como el estado es incapaz de garantizar la igualdad de derechos lingüísticos en la enseñanza de los niños españoles en el sistema público, paga por niño en el sistema privado y aquí paz y después gloria...
 
Pues no. Ni paz, porque el gobierno catalán ya ha puesto el grito en el cielo, ni gloria, ya me explicarán... Aún obviando la extrema debilidad y desidia que supone esta dejación de funciones, lo que consigue la ley Wert es añadir más sal a la herida. Para que el ministerio de educación corra con los gastos, los padres han de solicitar primero que en el colegio donde estudian o vayan a estudiar sus niños se les garantice la enseñanza en castellano en una proporción razonable. Si no consiguen dichas garantías, presentan la solicitud al ministerio a través de la web, y entonces comienza un proceso de evaluación por parte de éste de la veracidad de lo que se solicita y la posterior aprobación del pago de los gastos del centro privado; matrícula, mensualidades, gastos de comedor y de transporte... Y se reserva un plazo de hasta seis mese para aprobar la solicitud y comenzar el reembolso.
 
Y aquí es donde radica el problema. En la práctica supone que las familias deben escoger entre tener a los niños en un centro público, en plena inmersión lingüística, o apoquinar por adelantado los costes del centro privado y esperar a que el ministerio resuelva. Ahora bien ¿quién puede permitirse pagar un mínimo de cuatrocientos euros al mes por niño? Hagan cuentas, todo un curso en un colegio privado cuesta un riñón. Si se tienen al menos un par de niños hablamos de un par de riñones. Sólo las familias con más recursos económicos pueden permitirse esos gastos... y según la ley Wert tienen derecho a compensación. Pero aquellas familias que están en una situación económica más desfavorecida bastante tienen con pasar la cuesta de septiembre y pagar cuadernos y zapatos como para plantearse adelantar un dinero que no tienen para pagar un centro privado. Con lo que se genera una paradoja intolerable, y es que la inmersión lingüística sigue siendo obligatoria para los pobres, mientras todos los contribuyentes reembolsamos el coste de un colegio privado a familias que no lo necesitan en absoluto. Vaya, que si el MHP de la Generalitat de Cataluña, D. Artur Mas, solicitara el abono de las cuotas del carísimo colegio privado donde lleva a sus hijos, en el que por supuesto lo de la inmersión en catalán ni se plantea, el ministerio debería resolver a su favor... Pero los niños del electricista en paro que se aguanten, que los derechos, la igualdad de todos los españoles ante la ley y demás bla, bla, bla, para el gobierno del Partido Popular son conceptos teóricos, que se pueden comprar con dinero, sobre todo cuando no es el propio. Es el suyo. De usted.

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