Notas de Prensa

Silencio

07-09-2014 | Cugat.cat

Ausencia de ruido. Ese inevitable y cansino ruido que genera el nacionalismo y propagan incansables sus voceros

Silencio. Ausencia de ruido. Ese inevitable y cansino ruido que genera el nacionalismo y propagan incansables sus voceros. Como siempre que salgo fuera de Cataluña, enseguida percibo el silencio.

Dejas tu patria chica y te adentras en tierras hermanas donde los problemas son reales y tangibles: la corrupción, el paro, la educación de los hijos, el trabajo y todo lo que es normal en un país auténticamente normal. No es que no haya ruido en el resto de España, claro, pero es diferente. Se escucha el latir de una sociedad desencantada, pero que quiere salir de la crisis, acabar con la corrupción, y prosperar de nuevo. 

Un país imperfecto que también sucumbe parcialmente a los cantos de sirena del populismo, pero que generalmente no gasta sus energías y sus dineros en odiar y separar. Un populismo que, por cierto, es el aliado perfecto de nuestros nacionalistas: les une la pulsión liberticida, el totalitarismo y la intolerancia. Dios los cría...

Aun así, es una sociedad que se mueve generalmente en positivo y que no se agota ni tortura deshojando inútilmente la flor de su identidad todos los días. Y que, mal que les pese a muchos, no gasta un sólo minuto de su tiempo conspirando contra Cataluña.

Me apena profundamente dejar esta tierra luminosa y amable, libre de ruido, donde nadie cuestiona mi identidad. Pero también me alegra estar de vuelta y comprobar que el 'prusés' pierde apoyos y fieles. Tocado de muerte por los últimos escándalos político-financieros, y liderado por cínicos, cleptómanos y fanáticos, quema sus últimos cartuchos antes de la derrota final. Lo que nos vamos a reír.

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