Notas de Prensa

Tienen prisa

06-07-2013 | Diálogo Libre

Sin la profunda crisis económica utilizada desde la propaganda y la demagogia, las tesis separatistas caerían como lo que son, un simple castillo de naipes

Este fin de semana, primero de los de julio de 2013, se ha reunido el consejo de ERC para debatir sobre su Arcadia feliz, la futura república catalana. Como es habitual en la formación capitaneada por Oriol Junqueras, ensalzarán las bondades de mirarse el ombligo y concluirán, por amplísima mayoría, que tienen prisa y que todos los males se desvanecerán tras conseguir su tan ansiada ruptura con España.

 
Marta Rovira, el nuevo azote de herejes de la formación, ya ha dado varias muestras de la determinación de ERC en correr por la senda de la separación al tiempo que sienta cátedra con su visión del marco de convivencia, es decir, del Estado de derecho. Para la cúpula separatista hay tantos marcos de estado de derecho como sean necesarios para cargarse de razón, dando muestra de ignorancia supina sobre lo que son los estados democráticos contemporáneos.
 
Cualquier estado de derecho democrático homologable en pleno siglo XXI tiene un único marco jurídico, pese a que pueda beber de varias fuentes. Nuestro Estado de derecho, regido principalmente por la Constitución Española de 1978, bebe también de fuentes del derecho internacional, especialmente en el marco de la Unión Europea, cuyas directivas inciden sustancialmente en nuestro ordenamiento jurídico. Y contempla mecanismos para el cambio, por vía parlamentaria y por vía de la participación ciudadana en el ejercicio de la soberanía que, mal que les pese a algunos, sigue residiendo en el conjunto de los españoles.
 
No queda tan lejos -sólo dos siglos- la proclamación de la soberanía nacional, por primera vez en España, radicándola en el conjunto de los españoles. Fueron aquellos los primeros pasos realmente democráticos en la España contemporánea. Nunca antes había existido un régimen verdaderamente democrático en España y nació pocas décadas después de la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos de América. Una constitución, la española, que vio la luz en unas Cortes de Cádiz impulsadas y también dirigidas por destacados ciudadanos catalanes, como es el caso de su primer presidente, Ramón Lázaro de Dou y de Bassols.
 
Pero es desde finales de 1978, con la proclamación de la vigente CE, que venimos disfrutando del período más amplio de paz y de prosperidad, sólo empañado por los reiterados zarpazos del terrorismo que, durante décadas, han nublado en buena medida el logro institucional y de todos que ha significado la Transición.
 
Son ahora los separatistas catalanes los que pretenden arrojar sombra sobre nuestra democracia, la que entre todos hemos construido. Lo hacen llenándose la boca con la palabra democracia al tiempo que la desprecian con los hechos. Porque es el estado de derecho el verdadero garante de la libertad. Porque sin el Estado de derecho no hay ni puede haber democracia.
 
Pero basan sus proclamas en el capítulo de urgencia. No en la urgencia de ocuparse de lo verdaderamente urgente. Su urgencia es aprovechar la ola favorable de la crisis económica y de la profunda crisis institucional que vienen forzando en losúltimos tres años. Porque sin la deslealtad institucional que practican y, sobre todo, sin la profunda crisis económica que no dejan de utilizar desde la propaganda y la demagogia, sus tesis separatistas caerían como lo que son, un simple castillo de naipes.
 
Por eso, y no por otra cosa, es por lo que tienen prisa.

Volver