Notas de Prensa

Vamos hacia la anarquía

15-04-2013 | Diálogo Libre

Con los políticos actuales no hubiese sido posible la Transición

El pasado miércoles 10 de abril, durante un acto organizado porla Asociación para la Defensa de la Transición, el expresidente del Gobierno Felipe González apuntó varios conceptos e ideas con los que estoy completamente de acuerdo. Y creo que la mayoría de votantes de centro-izquierda (y de centro-derecha) pueden estar de acuerdo.

La primera es la tentación de no escuchar los telediarios ni las noticias para no ponernos de mala gaita (por no decir otra cosa más fuerte).

La segunda es que sabemos que no debemos hacerlo, pues sin conocer la realidad es imposible cambiarla (los políticos vía hechos y los ciudadanos pensando muy bien a quién votan).

Tras la intervención hizo un diagnóstico de diferentes ámbitos con frases muy acertadas y con el que también coincido:

Crisis económica: Apuntó que saldremos de la crisis económica. Saldremos, pero que de la crisis política e institucional ya no está tan seguro, pues galopa hacia una “anarquía disolvente”.

El esfuerzo de la Transición: respecto de nuestra Transición, tantas veces puesta como modelo en otros países, se plantea si todo el esfuerzo hecho durante la misma no se estará “yendo por el desagüe”

Referencias sociales: plantea que es un problema muy serio que las elites de referencia estén desapareciendo en todos los ámbitos y que si a esto añadimos las crisis institucionales “podemos entrar en otro momento oscuro de nuestra historia”.

Finalmente, pronunció unas palabras que creo deberían hacerse llegar a todos los políticos, sindicatos, asociaciones de empresarios y a esa llamada “sociedad civil”: para capear el tsunami de la crisis unos levantan la bandera de la independencia, otros la de la república, pero nada de eso servirá ante una crisis institucional. Lo que se necesita es una segunda transición, y al igual que Adolfo Suárez pagó el precio de hacer la primera, creo que hoy no hay en los grandes partidos ningún político dispuesto a hacer esa segunda transición, que sabe será su desgaste político.

Con los políticos actuales no hubiese sido posible la Transición y ahora con los políticos de la Transición estaríamos ya viendo el final de la crisis, tanto de la económica como de la institucional y de valores.

¿Dónde están los políticos de verdad, los que tienen sentido de Estado y ansias de renovación democrática? En los grandes partidos sólo encontrarán a los que trabajan para la maquinaria de su partido; busquen en las nuevas formaciones políticas que han nacido de la propia necesidad de renovación de la democracia (listas abiertas, independencia de la justicia, doble vuelta electoral, transparencia real, prensa y sindicatos independientes, no a las subvenciones partidistas, no condonar las deudas de los bancos, etc.). En ellos pueden encontrar la voluntad y el sentido de Estado que se necesita para esta segunda transición, una transición ciudadana.

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