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Entrevista a Albert Rivera: 'No habrá referéndum ilegal el 1 de octubre'

10-09-2017 | El Norte de Castilla

El presidente de Ciudadanos cree que los sucesivos gobiernos han infravalorado lo que ocurría en Cataluña

Se le nota cómodo en las entrevistas. Es un buen conversador y le apasiona la política. No lo puede disimular. Albert Rivera ha aprovechado la reunión de su directiva nacional para entrevistarse con El Norte de Castilla y analizar lo que ha ocurrido en el Parlamento catalán a finales de la semana y para interpretar los que deberán ser los próximos movimientos políticos. En el Parador Nacional de Gredos, escenario en el que los Padres de la Constitución analizaron las miles de enmiendas presentadas a la Carta Magna, recordaba la generosidad de los ponentes catalanes (Jordi Solé Tura y Miguel Roca) y sobre todo su respeto por la ley, algo que ahora no ocurre. «El nacionalismo catalán se ha echado al monte y ha pedido romper con la legalidad y dar un golpe a la democracia». Se refiere a los capítulos vividos esta semana en el Parlament en el que «unos señores» quieren declarar la independencia con 71 diputados y se olvidan, por ejemplo, de que para cambiar la ley electoral catalana (que por cierto, no existe), serían necesarios 90. «Es surrealista, pero está pasando», advierte antes de recetar «ley y determinación» para erradicarlo.

- ¿Cuándo va a llegar la hora de la política para salir del atolladero catalán? Porque hasta ahora la respuesta política que ha habido es recurrir a los tribunales...

La política se hará cuando tengas interlocutores delante que quieran hacer política. El problema es que con gente que da golpes a la democracia, que se salta las leyes, el Estatuto de Autonomía, el reglamento de la Cámara incluso. En fin, el atropello que hemos visto ha sido tremendo e incluso vergonzoso, así que, yo espero de verdad que algún día incluso el nacionalismo catalán tenga de nuevo interlocutores como había en los Padres de la Constitución.

- ¿La situación que vive España no es lo suficientemente grave como para que ustedes aparquen sus diferencias y se pongan a trabajar en conjunto?

Sí, la situación es muy complicada y a los que vivimos en Cataluña y estamos allí mucho tiempo nos duele doblemente, política y personalmente, porque hay una fractura social evidente. Me consta que la situación es tensa y está todo a flor de pieL. 'Estás conmigo o contra mí...' eso se está pensando tanto que genera una fractura social más allá de la política. La imagen del parlamento catalán medio vacío es tremenda, sin olvidar además que esa mitad representa más votos que la gente que gobierna. Nosotros hemos intentado tirar puentes y crear diálogo pero siempre me he encontrado con un nacionalismo catalán más radicalizado, con las CUP mandando, que eso es un drama porque es un partido antisistema, y diciendo que «o referéndum antisistema o no hay nada que hablar». Ningún candidato a presidir el Gobierno vamos a aceptar que se rompa nuestro país. Ni al señor Rajoy, ni al señor Sánchez ni a mí -Pablo Iglesias parece que le da igual- nos da igual que la unión del país se ponga en jaque.

- ¿Qué hubiera hecho usted si al final de la semana pasada usted hubiera sido el presidente del Gobierno?

Yo creo que hay que juzgar los tiempos para ver como actúas. Antes del 9 de noviembre yo lo hubiera hecho distinto. He sido muy crítico con lo que no hicieron el Gobierno y la Fiscalía, que lo permitieron todo, y siempre he dicho que había que evitar el 9-N. Si yo ahora me aterrizo de golpe en La Moncloa y me encuentro con esta semana que tenemos por delante, tampoco hubiera hecho cosas tan distintas, tienes el margen que tienes: acudir al Tribunal Constitucional, la Fiscalía activa los mecanismos penales que creo que son importantes en este proceso y luego impedir logísticamente que haya dinero público, que haya papeletas, que Hacienda preste dinero para ir en contra de la ley. Y luego está el después. Seguramente que ahí no coincidiremos tampoco con el Gobierno. Nosotros creemos que España necesita, después de cuarenta años, una actualización, un refuerzo incluso, de nuestro marco constitucional (competencias, financiación autonómica, infraestructuras...) y el PP cree que no hay que tocar nada. El inmovilismo no es una buena receta. Yo creo que hay que ser reformistas.

- ¿Qué riesgo hay de que los grandes partidos que creen en la idea de España acaben dentro de poco pensando más en una estrategia electoral, en los votos que podrán ganar o perder, que en solucionar el problema de la forma más beneficiosa para esa idea de España unida?

Tendrán que demostrar los partidos qué interés tienen. Creo que si le preguntamos a cualquier catalán, que no es separatista, si quiere que se unan todos los partidos para intentar convocar elecciones para acabar con todo esto, estoy convencido de que están todos unidos. Da igual del partido que sea. La moción de censura que ha planteado Inés Arrimadas es el último cartucho que nos queda y creo que la muestra de unidad es importante. Creo que la líder de la oposición lo está haciendo bien y yo la apoyo y si en el PP hay alguien que tiene dudas personalistas o electoralistas. Confío en que en las próximas horas el PP nos preste los diputados necesarios -nos faltan dos solo- para tener un debate la semana que viene, en el Parlamento, censurando al presidente que se ha saltado la ley. Esperemos que se pueda presentar la moción esta semana.

- Ciudadanos nació en Cataluña; usted forjó en Cataluña la idea de Ciudadanos. ¿Pensó alguna vez que llegaría a ser posible este desafío institucional y político de convocar un referéndum para separarla de España?

Pues le confieso que sí. De hecho Ciudadanos nació en 2005 con un manifiesto que advertía de la deriva del nacionalismo catalán y en aquel momento nos decían que éramos unos locos. Desde entonces ha ido creciendo esa deriva. La realidad es que había un plan que cuando llega la crisis económica y política en España hay algunos que dicen “esta es la nuestra”. Sí, la verdad es que hace tiempo que lo veo venir.

- ¿Y por qué ha derivado en esta situación? ¿Cuál ha sido el error?

Desde mi punto de vista se han cometido dos. Uno, entregarle Cataluña a los Puyol y al nacionalismo catalán, que lo hizo el PSOE primero y luego el PP, que permitió que hicieran lo que les diera la gana en la educación, las subvenciones, la televisión pública, etc. Y en segundo lugar, cuando el PSC, en el que algunos confiábamos, resulta que forma un tripartito con Ezquerra Republicana (legitima a este partido radical y lo convierte en partido de gobierno) y se pone a hacer otro Estatuto que no había demanda y nadie lo demandaba. Llevan 35 años construyendo el plan. No hay casualidades. Se han hecho muchas cosas mal.

- Con ese diagnóstico tan grave, ¿cómo curar al enfermo? ¿Va a ser fácil?

No. Tú no paras una deriva de 35 años en un cuarto de hora y lo que pretenden algunos es parar el golpe a la democracia y a partir del 2 de octubre, nos vamos otra vez. Creo que ese es el error y eso es lo que le voy a pedir al Gobierno y al PSOE en la medida que pueda.

- ¿Ustedes tienen ya una estrategia para el día 2 de octubre?

Pensar en el largo plazo y no pensar que esto se acaba en un cuarto de hora. Todo el mundo nos reconoce que somos capaces de porponer un proyecto alternativo al agotamiento de los viejos partidos que han aprovechado los nacionalistas. Yo he visto anuncios en Cataluña de la ANC que dice que cuando sean independientes ya no habrá corrupción en Cataluña, tendremos más empleo, que habrá menos enfermedades y que todos los niños comerán postre en los colegios. Esto es impropio de un partido político. Es más bien de una confesión religiosa fundamentalista en la que tienes que creer.

- Visto desde fuera, es bastante increíble pensar que no se pueda minimizar ese mensaje...

Pues es así, porque el Estado no ha estado. Mientras decían «España nos roba», ni (Cristóbal) Montoro, ni (Pedro) Solbes, ni nadie dijo nada. Es mentira que España robe a los catalanes. Nos roban los Pujol, nos roba Rato, Matas, los de los ERE... pero no entre nosotros. La mayoría somos gente decente. Ese mensaje lo he escuchado en el parlamento trescientas veces y nadie decía nada. Yo creo que lo que ha habido ha sido una infravaloración por parte de los sucesivos gobiernos de España de lo que se estaba cociendo en Cataluña. Yo espero que si se impide finalmente el golpe a la democracia y el referéndum ilegal pensemos un plan estratégico de país y no una solución puramente judicial.

- La sociedad está viviendo con preocupación todo este proceso. ¿Qué le diría a un empresario de cualquier otro sitio que tiene intereses en Cataluña?

Le diría que, con la información que tengo en este momento, que es mucha, que sé que se va a impedir el 1 de octubre el referéndum ilegal, y que es probable que los días después la CUP y algunos radicales quieran impedir el curso diario en Cataluña. También le diría que, si bien es legítimo que los empresarios no se mojen políticamente, sí que creo que es necesario que los empresarios y sus patronales digan claramente que la seguridad jurídica de un país, tener euros y estar en Europa, tener un marco estable es fundamental. Las consecuencias de una secesión, que yo creo que no se va a producir nunca, son tremendas, económicamente inasumibles, y entiendo que los empresarios tengan temor pero también les diría que confíen en los que tenemos que actuar: fuerzas de seguridad, jueces y la política.

- Volviendo a la política, Ciudadanos es la primera fuerza de la oposición en Cataluña frente al bloque independentista. Esa responsabilidad ¿a dónde le lleva a su partido? ¿Es la alternativa real a ese bloque?

Yo no quiero arrogarme, como hacen algunos, que somos los únicos o los mejores. Pero sí que es verdad, todo el mundo nos lo ha reconocido, el papel que han hecho Inés Arrimadas, Carlos Carrizosa, José María Espejo, han liderado una alternativa sin complejos. A Cataluña le hace falta un gobierno de gente limpia de corrupción, por lo tanto ahí quedan invalidados bastantes partidos, y un gobierno que tenga un proyecto de suma. El mayor reto que tiene Arrimadas si es presidenta de la Generalitat algún día, es coser la fractura entre catalanes.

- ¿Y cómo se une a los catalanes?

Hablando de lo que les une. Seguramente quieren una economía fuerte, quieren participar de las decisiones importantes de España, quieren una financiación autonómica más adecuada a las necesidades que tenemos, unas infraestructuras que funcionen. Es compatible reivindicar cosas buenas para tu tierra y no romper España.

- Los socialistas han registrado en el Congreso la propuesta de crear una comisión de evaluación del Estado autonómico. ¿La apoyarán? ¿La ven práctica? ¿Es una escapatoria para alargar la situación ante la falta de soluciones?

Hablé con Pedro Sánchez hace dos meses y nos dimos la palabra de, en otoño, empezar a hablar de reforma de Constitución rigurosa, consensuada, etc. y de golpe, lo que ha presentado Pedro Sánchez es otra cosa. Creo que en este momento, con lo que hemos visto esta semana, con la que están liando y con lo que viene, sinceramente una subcomisión de estudio, ni va a contentar a los separatistas, ni el PP ni nosotros, consideramos que sea el momento ni la forma de plantearlo. No vamos a ir a una comisión para ir a hablar de la nación madrileña o del estado de Formentera, como plantean los socialistas. Eso es una frivolidad en un momento tan delicado.

- Ada Colau se está planteando no ceder instalaciones municipales para el 1-O. ¿Cómo lo interpreta?

Creo que está tan claro que no tiene que hacerlo que lo único que interpreto es que intenta jugar a todo: que me voten los independentistas, que no me voten los independentistas... pero tiene un riesgo eso en la vida, que a veces no les guste ni a unos ni a otros. Desde luego, a mí no me gusta. Tendrá que explicarle a sus votantes catalanes, que la mayoría no son separatistas, por qué colabora con ellos y por qué critica al Gobierno de España por impedir el referéndum. Creo que Barcelona es fundamental que cumpla la ley. Y punto, y ya no hay debate. El problema es que Ada Colau, y Pablo Iglesias también, quiere jugar a todo y está más preocupado por cómo quedar bien con los separatistas que cómo parar el golpe a la democracia.

- Mañana es la Diada. Después de esta semana, ¿será diferente?

Como se han cargado la Diada como día autonómico y lo han convertido en el día de la independencia pues claro, ya no participamos nadie. Lo único que espero es la enésima manifestación de gente independentista, que yo respeto que se manifiesten, que son muchos pero que no son mayoría.

 

* Lee la entrevista en El Norte de Castilla

 

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