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Entrevista a Inés Arrimadas: 'A Sánchez se le ha caído la careta, es el 'Doctor No' en busca de elecciones'

22-09-2019 | El Español

'El problema para el constitucionalismo es Sánchez, y no la socialdemocracia'

 

* Lee la entrevista en El Español

 

Al otro lado de la ventana, en la corteza del edificio frente a esta sala, cuelgan unas figuras de piedra. Antiguas. De templo lejano. Lucen con las manos en la cabeza, como si se hubieran enterado de que este país afronta sus cuartas elecciones generales en cuatro años. Inés Arrimadas (Jerez, 1981) tiene claro quién es el protagonista principal de la tragicomedia: Pedro Sánchez.

 

Le apoda "Doctor No"; el mismo nombre que calzó, allá por los sesenta, el primer villano de las películas de James Bond. "Entiéndase la ironía con lo de 'doctor'...", apostilla Arrimadas trayendo la tesis de Sánchez a la bibliografía de esta entrevista.

 

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso recalca que su campaña electoral situará al líder socialista como "gran culpable del bloqueo y la inestabilidad". La abstención condicionada fue "una solución de Estado" y el PP sigue siendo el "socio preferente".

 

Enamorada de la arqueología, Arrimadas ya excava para encontrar razones que amortigüen la abstención: "Vayamos a las urnas, no está escrito que Sánchez deba seguir en Moncloa". Lo dice en un alegato de "ilusión". Sonrisa y puño cerrado.

 

¿Ciudadanos mantendrá su cordón sanitario a Pedro Sánchez de cara al 10-N? ¿Podría aclararlo con un “sí” o un “no”?

 

Ciudadanos va a darlo todo para que la pregunta tras las elecciones no sea ésa, sino cuándo y cómo vamos a pactar con el PP para echar a Pedro Sánchez. No está escrito que Sánchez tenga que seguir en Moncloa. Me hacían una pregunta similar con Susana Díaz en Andalucía. La gente daba por hecho que iba a ganar el PSOE. El 10-N tenemos una oportunidad, de verdad. El problema no es la socialdemocracia, sino Sánchez. Él es el bloqueo y la inestabilidad.

 

Pero, ¿y si el bloqueo permanece tras el 10-N? No sería ciencia ficción.

 

Sí, sí, entiendo la pregunta, pero no quiero asumir que eso es lo que va a pasar. No quiero dar por hecho que la pregunta tras el 10-N sea quién va a hacer presidente a Sánchez. ¿Y si podemos lograr lo que ocurrió en Andalucía? Vamos a trabajar para ello. El fracaso de Sánchez no tiene por qué ser el fracaso de España. No sería el primero que convoca elecciones para subir y se pega el batacazo. Mire Artur Mas o Theresa May.

 

Se lo pregunto de otra manera. ¿La oferta de la abstención a cambio de Navarra, no subir los impuestos y planificar el 155 seguirá en pie tras las elecciones?

 

Eso era una solución de Estado, que tenía sentido porque Sánchez nos quería llevar a elecciones. Realmente, Sánchez ha demostrado que no quiere comprometerse contra los indultos a los golpistas, no quiere un gobierno constitucionalista en Navarra y tampoco quiere garantizar que no habrá una subida de impuestos. ¡Son tres condiciones tan básicas…! Cualquier constitucionalista que no quiere elecciones dice: “Venga, vamos a hablarlo”. La soberbia ha llevado a Sánchez a ser muy descarado en sus ganas de elecciones. Creo que lo va a pagar en las urnas.

 

Argumente con hechos concretos por qué considera a Sánchez “anticonstitucionalista”.

 

No he puesto esa etiqueta, pero sí le digo que Sánchez no cumple las cosas básicas para cualquier constitucionalista. No es un problema del partido socialdemócrata en general, sino muy concreto: el sanchismo. Hay voces muy claras en el PSOE que no quieren ver a su partido donde lo sitúa Sánchez.

 

Desde la última propuesta de Ciudadanos, ustedes ya no emplean términos como “banda” para referirse al Gobierno. ¿Es deliberado? 

 

Se han dicho cosas muy fuertes hacia nosotros. Sobre todo el presidente y su equipo, que llaman fachas a quienes llevan una bandera de España. También definen como extrema derecha al que no es del PSOE o Podemos. Hemos sido muy suaves.

 

¿"Banda" es un término suave?

 

Hombre, si lo comparas con lo que ellos han dicho de los españoles que nos votan, con el facha o extrema derecha que dedican a todo el que lleva una bandera de España… Desde luego que hemos sido comedidos.

 

Si el inconveniente se limita a Sánchez, ¿por qué nunca han ofrecido al PSOE resucitar el Pacto del Abrazo a cambio de que pongan a otro candidato?

 

La ideología socialdemócrata no es un problema para el constitucionalismo, a eso me refería. Es que el PSOE ahora mismo es Sánchez, aunque haya muchos socialistas a los que les gustaría tener un líder distinto. Lo que él defiende saca al PSOE de un ámbito muy claro del constitucionalismo. Las condiciones que pusimos las puede cumplir cualquier demócrata que no quiera ir a elecciones. Más fácil no se lo pudimos poner a Sánchez. ¿Que dejen de gobernar con Geroa Bai en Navarra dependiendo de Bildu? ¿Que se empiece a planificar la respuesta del Estado si la lían estos señores tras la sentencia?

 

Entonces, ¿por qué no exigen públicamente al PSOE que cambie de candidato para empezar una negociación? Aunque sea como mera presión política.

 

Esa iniciativa debe salir del propio PSOE. Tienen un problema interno de liderazgo, muchas voces autorizadas harían las cosas de forma muy distinta a Sánchez. Pero debe partir desde dentro. No nos solemos meter en los partidos de los demás. Pero ahora se ha visto que el problema se concentra en Sánchez. Se dice que la nueva política bloquea: es mentira. En Madrid hay gobierno.

 

Cuando Sánchez no esté, ¿volverán a negociar con el PSOE sin ningún tipo de veto? 

 

Un acuerdo constitucionalista para facilitar la gobernabilidad de Navarra sería mucho más fácil sin Sánchez. Lo mismo ocurre con el 155. Pero eso es una utopía porque Sánchez es el PSOE y el PSOE es Sánchez. No sólo eso: las purgas que ha estado haciendo han colocado a líderes territoriales -salvo excepciones- muy sanchistas que tiran hacia los pactos con el nacionalismo. Mire a Chivite en Navarra.

 

Ustedes se quejan de un “establishment empresarial y mediático” que quiere forzarles a pactar con el PSOE. ¿A qué se refieren exactamente? 

 

Miramos a los ojos a los ciudadanos que nos han votado. A nadie más. Hemos cumplido nuestra palabra de campaña. Algunos decían que Rivera iba a intentar ser el vicepresidente de Sánchez o que íbamos a negociar un acuerdo de investidura. Al mismo tiempo, ofrecimos una solución de Estado al desbloqueo. Nos debemos a nuestros votantes, no a las presiones.

 

¿Usted, en concreto, ha recibido esas presiones?

 

La gente que presiona sabe a quién presionar. Nosotros somos bastante firmes. La presión hace diamantes, te torna duro y resistente. Tenemos que hacer lo que pensemos que, en cada momento, es mejor para España, y no dejarnos llevar por las influencias. Uno no puede tomar una decisión política por las llamadas que recibe.

 

Antes de que propusieran esa solución in extremis, ¿nunca hubo posibilidades reales de negociar con el PSOE?

 

Lo ha visto toda España. Sánchez no ha querido pactar nada con nadie. Se cree tan bueno y querido por la humanidad que no se ha dado cuenta de que tiene los diputados que tiene. No ha cedido con sus socios, Podemos y los nacionalistas, porque quería elecciones. Tampoco ha abierto la puerta a la solución de Estado que proponíamos. La gran pregunta es: ¿con quién podría pactar Sánchez? Con nadie. Él es bloqueo y estabilidad. Nosotros hemos llegado a acuerdos en Andalucía, Madrid, Murcia…

 

¿Le decepcionó que Pablo Casado no quisiera ofrecer a Sánchez el mismo plan -la abstención- junto a Rivera y así garantizar el desbloqueo?

 

Coincidimos con el PP. Las tres condiciones les parecieron bien.

 

Pero el PP no aceptó ofrecer una solución conjunta.

 

Se tenía que mover Sánchez. La pelota estaba en su tejado.

 

Ustedes hicieron un movimiento que Casado no compartió. 

 

Nosotros tuvimos el liderazgo y la iniciativa, pero Sánchez no se movió. Coincidimos con el PP en que las condiciones eran razonables y merecían el desbloqueo. Este señor quería ir a elecciones de cabeza, lo ha visto toda España. Lo único bueno de todo esto es que se le ha caído la careta y creo que le va a salir muy mal.

 

A Casado le sentó fatal que Rivera le llamara con la oferta tan sólo unos minutos antes de contarlo en rueda de prensa.

 

La relación entre Pablo y Albert es muy buena, cordial. Gobernamos juntos en muchos sitios y hemos entendido que el futuro Ejecutivo debe salir de un acuerdo entre Rivera y Casado. Hay una esperanza para los ciudadanos: si sumamos, habrá gobierno en menos de un mes. En ningún sitio está escrito que Sánchez tenga que seguir en Moncloa. Le podemos echar a votos, sumando con el PP.

 

Y con Vox.

 

En los gobiernos autonómicos sólo estamos Ciudadanos y PP.

 

Pero las investiduras se lograron también con los votos de Vox.

 

Sumando fuerzas y gobernando PP y Cs. Ese es el mejor acuerdo, el que da más estabilidad.

 

Por cierto, ya que antes hablaba de la relación entre Rivera y Casado, ¿qué tal la suya con Cayetana Álvarez de Toledo?

 

Bien. No nos hemos conocido mucho. Me llevo bien con todo el mundo.

 

Con Sánchez, no…

 

No hemos tenido relación personal. Nunca he tenido interlocución directa con él. Me llevo bien con todas las portavoces.

 

¿Ciudadanos estaba abocado a un batacazo electoral si no hubiera ofrecido la abstención? 

 

Ofrecimos esa solución porque era nuestra obligación. Lo hicimos cumpliendo la palabra de campaña: no a un Gobierno con el PSOE ni a un pacto programático. Eso de decir que a Ciudadanos le va a ir muy mal el 10-N parece el hit del verano. Cuando empiece una campaña y no lo escuche, me preocuparé. La gente se cree que miramos más las encuestas de lo que lo hacemos. Miramos a España y a los españoles.

 

Pero, ¿este movimiento remedia lo que hubiera ocurrido si hubiesen concurrido el 10-N con el “no es no” más absoluto?

 

No lo sé. Nadie sabe lo que va a pasar el 10-N. La clave va a ser la movilización de un electorado con esperanzas de cambio. Si votamos todos los que pensamos que Sánchez es el culpable del bloqueo y un peligro para España, habrá un gobierno de Ciudadanos y PP. Ese gobierno tendería la mano a todos los constitucionalistas para los pactos de Estado, también al PSOE. La única manera de que haya puentes con el PSOE es que gobernemos nosotros con el PP. Si depende de ellos… no lo harán. Tenderán la mano a los nacionalistas. Sánchez sólo tiende puentes con Podemos, Bildu y Torra.

 

Pero si nos vamos a elecciones precisamente porque Sánchez ha volado esos puentes.

 

No estoy de acuerdo. Fíjate en Navarra, allí el puente es muy sólido. Lo que ha volado aquí ha sido el reparto de los sillones.

 

Aunque sea esa la causa, el puente ha volado.

 

Pero por eso.

 

A lo que me refiero es a que usted les llama "socios", pero no han alcanzado un acuerdo.

 

El socio del PSOE en Barcelona es Puigdemont; y en Navarra, Geroa Bai.

 

Pero vamos a elecciones. 

 

Porque no quiso repartir los sillones con Podemos. El PSOE ha pactado con ellos y los nacionalistas en todos los sitios en los que ha podido. El problema ha sido que su ego y sus ansias de poder le han impedido repartir el pastel. Los socios de Sánchez están claros, siguen siendo los mismos: Podemos y los nacionalistas.

 

¿El gesto llega tarde? Corren el riesgo de que se perciba como oportunismo electoral.

 

La pregunta clave es: ¿daba tiempo? Sí. Era una solución factible. Aceptar esas condiciones se hace en treinta segundos. 

 

En Navarra habría que haber disuelto el Gobierno, nombrar nuevos consejeros, realizar un acuerdo de programa…

 

Navarra Suma y el PSN habrían garantizado la estabilidad. No habría costado mucho trabajo ni mucho tiempo. Lo que pedíamos era el compromiso firme de llevarlo a cabo. Sánchez quería elecciones, por mucho que nos hayamos esforzado los demás… Lo tiene que pagar en las urnas. Ese dinero que nos va a costar a todos los españoles le tiene que costar a él en votos.

 

La maniobra fue anunciada un lunes. El viernes anterior, los altos cargos de Ciudadanos seguían manteniendo el “no es no” al PSOE. ¿Qué pasó el fin de semana? Hablo en clave interna. 

 

En clave interna no pasó nada.

 

Debió de haber un debate...

 

Sí, un debate y una decisión. El viernes, el PSOE rompió sus negociaciones con Podemos. También ocurrieron cosas muy feas en Navarra: la negociación de la Mancomunidad entre los socialistas y Bildu, la dimisión de una concejal abertzale que admitió haber pertenecido a ETA, subió el tono de las protestas en Cataluña… Pusimos una solución factible sobre la mesa.

 

El movimiento -una abstención condicionada- es el mismo que pedían algunos de los críticos, como por ejemplo Luis Garicano, Javier Nart o Xavier Pericay. ¿No se podría haber evitado, entonces, la crisis de hace meses? 

 

Pedían pacto de gobierno o acuerdo programático.

 

No todos.

 

Bueno, de todas formas, hasta que no fracasaron las negociaciones de Sánchez con sus socios no se veía la necesidad de que Ciudadanos pusiera sentido común y una solución encima de la mesa. Las circunstancias importan.

 

A usted, en concreto, ¿siempre le pareció bien el “no” absoluto a Sánchez? ¿Qué matices le hubiera gustado incluir en el argumentario del partido a lo largo de estos meses?

 

El del “no es no” es Sánchez. Nosotros somos “sí” a la Constitución, “sí” a proteger los derechos en Cataluña, “sí” a proteger a la clase media de una subida de impuestos… El del “no es no” es Sánchez, que ha dicho “no” a Podemos y “no” a nuestra solución. Sánchez es el “Doctor No”, entiéndase la ironía.

 

Volviendo a la pregunta, ¿a usted le hubiera gustado incluir algún matiz en el argumentario de su partido?

 

Todos los partidos se pueden equivocar y nosotros no somos perfectos, pero…

 

¿Y ustedes se han equivocado?

 

Dadas las circunstancias, hemos hecho lo mejor que podíamos hacer en cada momento. Era imposible intuir que Sánchez iba a hacer lo que ha hecho, pero España entera ya ha visto que el problema es él. Los demás partidos podemos flagelarnos lo que queramos, pero cuando todas las grandes formaciones del arco parlamentario reconocen que el problema es Sánchez… ¿No será que el problema es él?

 

¿Cree que Sánchez es el principal hacedor de su estrategia o se deja susurrar?

 

No lo sé porque no le conozco. Si piensa otra cosa y se deja arrastrar, no tiene personalidad. Si quería elecciones, es un irresponsable. Por tanto, me da igual si la idea es suya o de sus asesores. Nos vamos a las cuartas generales en cuatro años. Dejemos de buscarle excusas a Sánchez. Él es el responsable. Fíjese, abordó los debates de TVE antes de disolverse las cámaras. Por cierto, quiere debatir con todos menos con Rivera porque es el único que le da miedo, la única alternativa. El bipartidismo se agarra con uñas y dientes, PP y PSOE buscan resucitarse el uno al otro. 

 

Por favor, explique su teoría freudiana según la cual “España Suma” es el “sueño húmedo” de Pedro Sánchez.

 

Quizá hubiera funcionado igual el argumento si no hubiese dicho “húmedo”, pero me salió así. La única manera que tiene Sánchez de movilizar a los suyos es tener enfrente a una lista que pueda llamar derecha y resucitar los rojos y azules. España Suma es la campaña soñada de Sánchez y que nos llame a todos fachas y derecha. No se lo podemos poner tan fácil. Sumemos, pero con inteligencia. Que cada uno defienda su proyecto, luego ya nos pondremos de acuerdo.

 

Las encuestas diagnostican que, con España Suma, el bloque de PP, Cs y Vox perdería escaños por el camino. ¿Por qué?

 

La gente quiere votar a un partido que le represente, en nuestro caso un proyecto liberal, moderno, europeísta, sin mochilas de corrupción. Garantizamos eso a nuestros votantes, pero también que pactaremos con el PP después de las elecciones. Y en un mes, nos comprometemos a formar un gobierno, espero que liderado por Albert Rivera.

 

“La corrupción resta”, suelen decir. Pero, ¿qué otras diferencias hacen imposible la coalición? 

 

Muchas diferencias de programa. Somos de centro y liberales, ellos son conservadores. Nosotros queremos dar más libertad a los ciudadanos, no decirles con quién se tienen que casar, decimos que el matrimonio entre dos personas del mismo sexo también es matrimonio, no queremos repartirnos los jueces, la eutanasia… Pero a pesar de las diferencias, nos pondremos de acuerdo. Nosotros no nos pelearemos por las sillas. Ciudadanos sabe ceder, pactar y gobernar.

 

Los analistas de Cs han detectado que la mayoría de votos se la disputarán con el PP. ¿Eso confirma un viraje del proyecto hacia la derecha? 

 

Lo que más nos vamos a jugar es si la gente se queda en casa o vota. Debemos explicar a los ciudadanos que su voto va a importar mucho en estas elecciones. Nada está escrito. Hice mucha campaña en Andalucía, me preguntaron mil veces a ver si era frustrante ir a votar para que el PSOE siguiera gobernando… Es un ejemplo clarísimo. 

 

En la última entrevista que le hice ironizó acerca del gran número de preguntas que le lancé acerca de Vox. ¿Por qué cree que ya apenas les sacan este asunto?

 

Vox fue utilizado por el PSOE para movilizar a su electorado. Metieron mucho miedo. No creo que ese argumento les funcione esta campaña. También se pensaba que Vox iba a sacar muchos escaños y no fue así. Estas elecciones pueden depender de un puñado de votos. Pensemos en lo mejor para sacar a Sánchez de Moncloa. 

 

¿Les restará votos en noviembre haber negociado con ellos?

 

Le digo lo que veo en la calle: ningún votante me ha dicho que esté en contra de los acuerdos firmados con el PP. No hemos cedido en los puntos que consideramos fundamentales. Son Gobiernos liberales y reformistas. Nadie me ha echado en cara pactos con Vox, que son inexistentes.

 

Hay papeles firmados con Vox, por ejemplo el acuerdo de presupuestos de Andalucía.

 

Porque nos votaron los presupuestos. Pedían cosas que no tenían sentido en el siglo XXI y no se las dimos. ¿Han conseguido algo contra el colectivo LGTBI? Se sigue aplicando el pacto de Estado contra la violencia de género, se sigue defendiendo que dos personas del mismo sexo puedan formar una familia…

 

¿Cómo cree que influirá el juicio del procés en las elecciones del 10 de noviembre?

 

Los españoles han visto que el Gobierno central no ha previsto nada, no ha trabajado en los posibles escenarios. Esa era una de las tres condiciones que planteábamos. Los catalanes podemos sufrir las consecuencias de otro caos, de otro ataque totalitario del separatismo. Sánchez no ha querido dar tranquilidad. Viendo lo que han hecho Torra y la ANC… puede pasar cualquier cosa. Seguro que la lían después de la sentencia. Estar a expensas de lo que hacen los separatistas es una sensación que ningún ciudadano debería tener. Esa incertidumbre, esa inestabilidad… Es indigno. Lo provoca Sánchez con su blanqueo. El desamparo en el que nos tiene sumidos el Gobierno es increíble.

 

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