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Entrevista a Inés Arrimadas: "El ritmo de Moncloa no tiene nada que ver con la urgencia de la calle"

18-04-2020 | Libertad Digital

La presidenta de Ciudadanos califica de "bochornoso" el choque entre Iglesias y Escrivá por la renta minima.

Inés Arrimadas (Jerez de la Frontera, 1981) vive en los primeros meses de 2020 dos hechos cruciales en su vida personal y política, ambos marcados ya indeleblemente por la guerra contra el Covid-19 y el histórico confinamiento en España. Espera a su primer hijo y desde el 9 de marzo, apenas cinco días antes de que se decretase el estado de alarma, ejerce ya plenamente como presidenta de Ciudadanos, cuyas ejecutivas preside telemáticamente, procedimiento por el que, de manera pionera, realiza también sus comparecencias ante la prensa, incluida esta entrevista a Libertad Digital, apenas veinticuatro horas después de reunirse con Pedro Sánchez.

Usted se queja de que el presidente del Gobierno no le ha dado detalles sobre los pactos de la reconstrucción, como los ha definido Ciudadanos.

Lo fundamental es definir para qué vamos a esos pactos. Porque si es para que Pablo Iglesias hable mal del Rey o ataque la propiedad privada, no va a ir nadie. Lo importante es que definamos el objeto de los pactos. Nosotros hemos hecho una propuesta, que es definir de manera consensuada el plan de contingencia sanitaria para enfrentarnos a esta pandemia. Cuántos test hay que hacer, cuantos EPIS [equipos de protección individual] tenemos que tener, cómo se garantiza el suministro, cómo se hace el desconfinamiento. En segundo lugar un plan de reactivación económica, cómo protegemos a los autónomos, a los trabajadores, a las pymes, etc. Cómo les damos liquidez, cómo establecemos mecanismos para que muchos negocios no cierren y aguanten este envite. Y el tercer aspecto es el plan de protección social. Si circunscribimos el pacto a estas tres cosas, eso sería el antídoto ante la improvisación y las medidas ideológicas de Podemos que están triunfando en el Gobierno.

Yo le dije al presidente que había que concretar el objetivo y que tenemos prisa. Desde que que yo le hice esta propuesta y nos vamos a sentar han pasado veinte días. ¿Cuántas vidas y cuántos empleos se pueden perder en ese tiempo? El ritmo de Moncloa no tiene nada que ver con la urgencia de la calle.

Pablo Casado es reticente a los pactos y Santiago Abascal directamente los rechaza. ¿Es posible un gran acuerdo como el de 1977 sin los dos principales partidos de la oposición?

No estamos en los años setenta ni tenemos que hacer el cambio de una dictadura a una democracia. Las comparaciones con los pactos de La Moncloa solo se pueden hacer en el ámbito del consenso y de diálogo, pero no de la transformación que hay que hacer. Esto es más concreto. Son pactos para tres cosas, como le digo, las medidas sanitarias, las de reactivación económica y las de protección social. Si el Gobierno hace una propuesta concreta en este sentido yo creo que sí se pueden sumar más partidos.

Si seguimos en la indefinición y en los plazos larguísimos mientras el Gobierno sigue aprobando decretos sin consensuar con nadie, pues se dificultarán los pactos. El Gobierno es el que más responsabilidad tiene. Nosotros propusimos desde el principio, que se llamasen de la reconstrucción, porque creo que se ajustan mas a la realidad, no se trata de un cambio de régimen, aquí ni Iglesias ni los separatistas pueden salirse con la suya.

Reconstrucción significa muchas cosas. A corto plazo el foco está puesto en quienes más sufren económicamente por el confinamiento. Ustedes han insistido en moratorias fiscales que alivien a los autónomos, y ahora se plantea el debate sobre la renta mínima. Un debate que como ha quedado de manifiesto esta semana con el enfrentamiento entre el vicepresidente Iglesias y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se da en el seno del Gobierno, pero al que se han sumado, planteando su aplicación al menos parcial, personas tan significadas como el ministro y vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, o el ex portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán.

Las medidas de protección social tienen que ir vinculadas a las de reactivación económica. No se puede hablar sólo de qué rentas se le da a la gente sin hablar de cómo mantener los empleos y cómo ayudar a los autónomos a mantener sus negocios. Además tienen que ser consensuadas, y lo que hemos visto esa semana ha sido bochornoso. Que un ministro [Escrivá] diga enterarse por la prensa de que el vicepresidente quería hacer una rueda de prensa con él sobre la renta mínima es bastante bochornoso. Y de nuevo, no hay definición por parte del Gobierno, no ha dado ningún detalle ni de cómo se va a gestionar, ni de en cuanto consiste ni cómo se va a pagar. Es muy difícil así posicionarse sobre una medida.

Yo digo que evidentemente hay que poner en marcha mecanismos de protección social. Estamos ante una bajada drástica de la actividad, sin precedentes, con un confinamiento social que ha paralizado la economía y, por tanto, no se puede dejar a nadie atrás. Hay que mantener a flote el país, la economía y la paz social. Pero eso se puede hacer de muchas maneras. Hay que recordar que las comunidades autónomas tienen rentas de inserción. Si el concepto es reforzarlas vinculándolas a programas de inserción y de reactivación económica, pues se podrá debatir. Si lo que quiere Podemos es implantar el modelo que siempre ha querido de implantar rentas universales, que ya no se podían pagar ni en época de bonanza, no habrá consenso.

Trascendiendo la situación española, aunque desde luego sin dejarla de lado, estamos asistiendo a una dramática falta de material sanitario, no precisamente sofisticado. ¿Tiene sentido que ese mercado dependa de casi un único proveedor, se llame China o de otra forma? ¿Deberíamos ser más autosuficientes?

Hasta ahora, los países que han llegado tarde, que se han puesto a comprar tarde, pues no han tenido material, mientras que otros se han adelantado y sí han tenido un buen acopio de materiales. Hay que criticar al Gobierno por no haber hecho a tiempo ese acopio. Algo relativamente bueno, entiéndame, de esta pandemia, es que los materiales de protección individual son relativamente baratos y relativamente fáciles de producir. Me refiero a los EPIS, a lo que son mascarillas, guantes, gafas o soluciones hidroalcohólicas. Son cosas muy accesibles, por lo tanto es muy fácil que la economía española se pueda reformular en muchos sectores, en muchas empresas, para poder producir también nosotros.

Por otra parte, en el mercado internacional compra quien más facilidad tiene para manifestar solvencia o para pagar por adelantado, y eso hace que el saneamiento de las cuentas públicas y la credibilidad internacional de los países también va a ser un elemento para ese suministro. España ha llegado tarde, si se hubieran hecho pedidos de manera previsora no habríamos estado en esta situación y los sanitarios españoles no serían los sanitarios del mundo más contagiados, que me parece un elemento clave. Ha habido chapuzas por parte del Gobierno de España, les han tomado el pelo con algunos productos y se está ocultando información sobre algunas compras.

Parece claro que el teletrabajo es una revolución que se acelera, como prueba esta entrevista. Usted lleva un mes haciendo todo tipo de encuentros de manera telemática, pero no ha logrado que haya plenos del Congreso de los Diputados con ese procedimiento.

Esta semana en la Asamblea de Madrid, que la preside Juan Trinidad, de Ciudadanos, ha habido comisiones de manera telemática. Esta crisis ha demostrado que en España íbamos muy retrasados en teletrabajo. Teníamos mucho presencialismo. Se está demostrando que en muchos sectores se puede implantar y es más eficaz. Nosotros como partido político hemos sido siempre modernos en eso, con actos o ruedas de prensa retransmitidos por streaming. Me gustaría que el sector público se adaptara tan rápido a esta modalidad como lo ha hecho el sector privado. Lo del Congreso es bochornoso. Le pedimos a muchos empresarios, incluso pequeños, que apliquen el teletrabajo y en el Congreso, con muchos más medios, no predicamos con el ejemplo. Como usted sabe perfectamente, detrás de un pleno hay muchos escoltas y chóferes, iluminación, taquígrafos, ujieres, personal de limpieza… Es absurdo que no podamos hacer plenos y comisiones telemáticas. Eso permitiría mantener el mismo ritmo de control parlamentario, incluso incrementarlo en una pandemia como esta, pero sin poner en peligro a nadie.

Por no hablar de presidentes o vicepresidentes que no cumplen con la cuarentena, o hemos visto a la vicepresidenta Calvo [Carmen] en un pleno y luego resulta que a la semana siguiente estaba ingresada por coronavirus. Es un mal ejemplo, cuando hay gente que está confinada con niños en pisos pequeños, sin terraza ni balcón.

El PP dice que la manera de dar ejemplo es que haya plenos presenciales y que incluso vayan más diputados.

Yo creo que hay que aumentar el control al Gobierno, que a través de la señora Batet [Meritxell] y de manera torticera ha tratado de frenar la actividad parlamentaria. Comparto la crítica de que se nos ha impedido hacer nuestra labor de control durante muchas semanas, pero no comparto que tenga que ser de manera presencial. Los líderes europeos se están reuniendo para hablar planes de decenas de miles de millones por internet. ¿Cómo no vamos a poder reunirnos los diputados con un ministro de manera telemática? Es absurdo.

Ustedes han sido muy claros en defensa de la mutualización de la deuda europea, incluso con una carta muy dura a su correligionario el primer ministro holandés, Mark Rutte. ¿Se puede vencer la resistencia a lo que ahora se llama coronabonos, fundamentalmente de Alemania?

Nosotros somos decisivos en la familia liberal europea, pero le confieso que en esta cuestión pesan más los países que las ideologías. Tenemos que tener más poder de negociación en Europa, siendo más creíbles. Por eso son necesarios los pactos de la reconstrucción, que Sánchez vaya a Europa con eso bajo el brazo y no de la mano de Pablo Iglesias. Yo soy una europeísta convencida y creo que Europa en este momento no solo tiene que responder desde el punto de vista financiero, es decir, imprimiendo liquidez, sino también con dos cosas más: plantear un plan de inversiones conjunto y la emisión de deuda que no sea italiana, española o francesa, que sea europea, con el respaldo de toda la UE, que podrá competir mejor en los mercados y que sea un paraguas para todos. A Alemania u Holanda que Italia y España despeguemos antes también les va muy bien, porque estamos en un mercado único y sus productos se compran aquí. Me parece increíble tener que explicar algo tan obvio a estas alturas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, ha asegurado solemnemente que toda la UE debería pedir perdón a Italia por haberla desatendido. ¿Está de acuerdo?

Yo creo que en Europa hay dos tipos de países, los que son pequeños y los países que no saben todavía que somos pequeños por separados. Tenemos que estar unidos y todo lo que sea reforzar las respuestas europeas a los problemas compartidos es algo positivo. También creo que los gobiernos nacionales han tenido margen para decidir si actuaban antes o después y qué medidas tomaban. Tampoco creo que Europa sea siempre la culpable.

De vuelta a España. ¿Cómo se soluciona la situación de los estudiantes?

No me parece una solución decir que este curso está perdido o que este trimestre está perdido, y que no se va a valorar de ninguna forma el esfuerzo y el trabajo de los alumnos. Hay que valorar su trabajo este año, y este trimestre, de alguna forma. Teniendo en cuenta la dificultad de la situación, y que no todo el mundo tiene las mismas facilidades para estudiar o de acceso a internet. Pero no hay que tirar la toalla. Nosotros, en la propuesta que le hicimos llegar a Sánchez, ya hablábamos del plan de formación, porque no se puede perder este curso. Falta claridad en las explicaciones del ministerio.

Es obvio que hay un tono distinto entre el PP y Vox, por un lado, y Ciudadanos, por el otro, que son las tres principales fuerzas de la oposición. Y no solo el tono, porque Ciudadanos, a diferencia de los de Abascal, ha respaldado sin fisuras el estado de alarma y sus prórrogas, y a diferencia de los de Casado ha respaldado dos de los decretos económicos, a cambio de condiciones.

Sí, por ejemplo la moratoria fiscal de la que hablábamos antes, que se debería ampliar. Se ha hecho solamente un mes más, que esta muy bien y lo hemos conseguido, pero es insuficiente que sea hasta el 20 de mayo. Habría que ampliarla, como se ha hecho en otros países, que saben que si obligas ahora a pequeñas empresas y autónomos a tener que pagar impuestos lo que van a hacer es echar el cierre, y eso son muchos puestos de trabajos menos. El Gobierno tiene que abandonar esa ideología criminalizadora de las empresas.

Muchas veces dice usted que ya habrá tiempo de analizar la respuesta a la crisis. ¿Se muerde la lengua por el interés general?

Yo creo que no hemos dejado de criticar al Gobierno ni de poner de manifiesto sus errores. Eso es una cosa que estoy intentando hacer para ser útil, pero al mismo tiempo proponer, negociar e intentar enmendar esos errores. Yo no sería una oposición útil si blanqueara al Gobierno, eso se lo dejo a otros que ya lo hacen muy bien, pero tampoco lo sería si solo criticara al Gobierno. Yo tiendo la mano para corregir los errores, porque lo que me importa es salvar vidas y salvar empleos, no ganar votos.

Inés Arrimadas es una mujer joven, de una generación ya marcada para siempre por esta crisis, o guerra si lo prefiere, que va a ser madre dentro de poco. ¿Cómo ve el mundo y la España que nos esperan tras esta situación sin precedentes?

Depende de nosotros y de lo que hagamos. No hay un futuro escrito. Esta crisis puede ayudarnos a mejorar muchas cosas y a aprender de nuestros errores o lo contrario y llevarnos a una situación peor. Humildemente represento a un partido con un millón seiscientos mil votos, que no está en el Gobierno de España pero sí en cuatro comunidades autónomas, haciéndolo muy bien y demostrando que somos una fuerza de gobierno.

Sin nos centramos en lo que nos une y mejoramos nuestro tejido productivo, modernizamos la economía y nos preparamos para futuras pandemias tendremos un buen futuro, no soy determinista, para entendernos. Somos dueños de nuestro destino como país, pero nadie nos va a regalar nada. Si seguimos por un camino de cainismo y discursos populistas lo vamos a pasar mal, pero allí estará Ciudadanos para que no nos dejemos llevar por eso.

 

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