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Entrevista a Luis Garicano: 'El pecado del PP es el de España: amiguismo y enchufes'

24-08-2017 | El Mundo

'Los que trabajamos, trabajamos más y otros muchos no pueden trabajar. Algo no encaja'

La cita es el 21 de junio, día de San Luis Gonzaga. 'Felicidades, tocayo'. '¿Hoy es SanLuis? No sabía. Es que yo celebro Luis Rey de Francia' (25 de agosto, mañana). ¡Qué sofiticado! 'Leí que Gonzaga era pobre' '¿Y el rey de Francia'. 'Pues... No creo'. 'Vaya'

 

P. Leí que pasar 12 horas en el despacho es un invento de los 80.Que antes nadie trabajaba así.

Keynes hizo dos predicciones para 100 años. Una, cuánto crecería la economía: acertó por completo.La otra, cuánto trabajaríamos: tres horas al día, dijo. Confusión total. Los que trabajamos, trabajamos más y otros muchos no pueden trabajar. Algo no encaja. Keynes no tuvo en cuenta que a la gente le importa el consumo relativo más que las necesidades básicas. No es suficiente el iPhone 5, queremos el iPhone 6 y cuando lo tenemos, el iPhone 7. Lo que queremos es estar mejor que antes, mejor que los demás. Y así estamos, como un ratón en la rueda.

P. Entonces, si trabajamos 12 horas es porque somos idiotas.

Somos humanos. Y yo, en esto, soy un pecador, trabajo muchísimas horas. No puedo tirar la primera piedra.

P. La 'broma' es que, a la vez, nos olemos que el trabajo desaparece.

Yo no creo que vaya a desaparecer el trabajo.Los humanos somos buenos en crear necesidades. Necesidades sociales, por ejemplo. Podríamos sacar el café de la máquina, pero preferimos bajar al bar porque queremos que nos escuchen. Hay muchos servicios que no queremos que haga una máquina. Consultores, coaches...

P. 'Coach', qué palabra.

Hay coaches para mil cosas. Lo importante es que siempre hacen cosas que las máquinas no hacen.

P. En 'Sumisión' de Houellebecq decían: 'El patriarcado es una porquería pero funcionaba. Había quien cuidara a los niños, tu pareja te acompañaba si tenías cáncer...'.

Era buenísima esa novela.

P. ¿Se puede decir 'la economía de nuestros padres era una porquería ineficiente pero funcionaba'?

Sumisión identificaba los sentimientos que han llevado al éxito de Donald Trump y al Brexit y yo no puedo estar más en desacuerdo con la realidad que describe. Estamos en una edad de oro, con menos violencia, más salud, más libertad, más riqueza, más igualdad... Pasa que, como todos estamos conectados, sentimos cada tragedia como cercana y pensamos que estamos peor.Los datos dicen lo contrario.

P. ¿Dicen muchas tonterías los economistas?

Como todo el mundo. O sea que sí, muchas.

P. ¿Y cuál es la gran tontería, así, en singular?

Creer que algo es gratis.No es cierto, todo tiene un coste.

P. ¿Quién es la persona que más sabe de economía en Podemos?

Nacho Álvarez.

P. ¿Y si compara su discurso con el de Nacho Álvarez, ¿cuánto hay en común y en qué punto se separan?

Hablamos el mismo idioma y vemos los mismos problemas.La diferencia es en Podemos, ante esos problemas, piensan 'que paren el mundo que me bajo'. Nosotros pensamos 'vamos a asumirlo y a prepararnos'.

P. Le puedo nombrar seis, siete películas que cuentan la crisis igual: el sistema tiene fisuras, llegan unos frescos, encuentran esas fisuras, hacen un destrozo y nos arruinan a todos. ¿Es una historia relevante?

Es relevante. Ha habido gente que jugó con el dinero de los demás, jugó al 'cruz, gano yo, cara pierdes tú'. O sea, estoy de acuerdo en que existen las fisuras y los frescos. Pero debemos identificarlos bien: en España tenemos las redes clientelares, el triángulo que forman los partidos políticos, las cajas de ahorros y los promotores inmobiliarios.

P. Verdadero o falso: El tío cabroncete de cada clase tiende a meterse en un partido político o en una escuela de negocios.

La gente que se mete en un partido político o en una escuela de negocios tiene ambición. Y la ambición puede ser para bien o para mal. Normalmente es para bien.

P. ¿A qué se dedica ahora el cabroncete de su clase?

No lo sé...Pero le prometo que no era yo. Yo era, más bien, el niño bueno, el empollón, la víctima del cabroncete de la clase.

P. ¿Usted también? Bueno, bienvenido al club.

Ya. Mire, lo pienso y supongo que el cabroncete de mi clase estará ahora vendiendo. Vendiendo cosas.

P. Otra de verdadero o falso: el PP, comparado con los conservadores del Reino Unido, está bastante bien. El tema del clasismo...

Son patologías distintas que retratan a dos países distintos. En Inglaterra está la obsesión por las clases sociales. Sólo con decir How are you?, un inglés proclama su gradación social entre 50 categorías. ¡50! Cuando vivía en Londres, conocía a alguien y comentaba 'Este suena pijo de verdad, ¿eh?'. Y me decían: 'No. Es un advenedizo. Y se le nota'. El subproducto de eso es el clasismo de los tories que ha llevado al ReinoUnido al desastre. El pecado del Partido Popular también es el pecado de los españoles llevado hasta el extremo: el amiguismo y el enchufismo.

P. Pero el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg sí que es mejor que Ciudadanos.

Somos parecidos y sentimos mucha afinidad pero no les estamos a la zaga. Ellos tienen más antigüedad pero nuestras campañas, por ejemplo, son mejores.

P. Y una más: España es un desastre pero cómo cualquier otro país.

España no es un desastre. Fíjese en a sanidad, por ejemplo. O en el entramado social.

P. La palabra 'pueblo'. ¿Le parece importante?

Yo no la he hecho mía nunca. No sé muy bien cómo usarla.

P. Pero si este año sube el Valladolid y hay una multitud en la plaza que sea donde celebren estas cosas...

Hombre, hombre...Eso sería...

P. Seguro que entonces le viene una emoción colectiva, un 'mira, mi pueblo, mi gente'.

Claro que existe esa emoción y está bien.Tú puedes pensar: hay que acabar con la pobreza.Es fácil. Pero sólo con la emoción, sólo cuando la pobreza te toca, actúas.

 

* Lee la entrevista en El Mundo

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