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Entrevista Albert Rivera: 'El miedo no basta, hace falta un relato común de ilusión'

25-09-2015 | El Mundo

El líder de Ciudadanos y su candidata a la Generalitat, Inés Arrimadas, han hecho una campaña moderada. No han bailado, ni han hablado en indio apache, ni han hecho cortes de mangas.

 

El líder de Ciudadanos y su candidata a la Generalitat, Inés Arrimadas, han hecho una campaña moderada. No han bailado, ni han hablado en indio apache, ni han hecho cortes de mangas. En un ambiente polarizado, han cuidado las formas y el fondo de su mensaje a la búsqueda de votos de todos los partidos, incluida Convergència.

 

¿Artur Mas ha conseguido llevar la campaña a su terreno de elecciones plebiscitarias?

De alguna manera, Mas ha logrado imponer la dialéctica sí o no, gracias a que hay una aceptación interesada de esa dialéctica por parte del Gobierno. Han preferido polarizar porque a Rajoy tampoco le interesa hablar de la corrupción, ni del paro ni de estructurar el país. Sinceramente, creo que Ciudadanos se ha salido de esa dialéctica. Tanto Inés como yo hemos hecho una campaña de proyecto alternativo para que los catalanes den la espalda a Mas el día 27.

 

Obama, Merkel, Cameron... ¿Cree que la ofensiva internacional del Gobierno contra Junts pel Sí servirá de algo?

Creo que las declaraciones de los líderes internacionales no moverán un voto. Otra cosa es el pronunciamiento de los bancos y la posibilidad de un corralito...

 

¿Eso sí ha preocupado a los catalanes?

Sí. He palpado en la calle preocupación por los ahorros, como es normal. Está muy reciente el caso del corralito en Grecia. Esto podría movilizar el voto, pero lo más importante es ganar en ilusión a la hoja de ruta que tienen Mas y sus socios para romper el país.

 

¿Es posible ilusionar con los mensajes que se han escuchado en campaña sobre lo que pasaría en caso de independencia?

La sensación que tengo como catalán es que no basta con hablar de lo que pasará si Cataluña se independiza. Hace falta explicar a la gente qué pasará si seguimos juntos. El miedo no basta, hace falta un relato común de ilusión. He repasado estos días el discurso de Gordon Brown a los escoceses, eso es lo que le ha faltado al Gobierno de España. El Estado ha permanecido ausente en Cataluña. El último pueblo de Girona es tan español como el Paseo de la Castellana. Hay que escuchar también a los que se han dejado seducir por el espejismo independentista.

 

Parece que el Gobierno ha intentado recuperar el tiempo perdido echando el resto en la campaña para advertir sobre las consecuencias de la independencia.

Tarde y mal. Tengo clarísimo que ni un solo independentista va a dejar de ir a votar por esas amenazas. Y si soy empático con ellos, lo entiendo. Si sólo estamos en el discurso del miedo no vamos a ningún lado. Rajoy ha abandonado Cataluña pensando que ya se solucionaría con el paso del tiempo. Por eso digo que Rajoy no puede representar el cambio porque le parece que todo va bien y no hay que hacer nada. Pero la Nación no es sólo una cuestión de contabilidad. Las naciones hay que cuidarlas, como a las familias, como a la pareja.

 

¿Cómo se cuida, según usted?

Primero, sin caer en el discurso de los bandos enfrentados. Ese enfoque es equivocado. Lo que pasa en Cataluña es consecuencia de los problemas de España, y no al revés. Si no damos respuesta a las demandas de los españoles, catalanes y no catalanes, los ciudadanos desconfiarán de las instituciones democráticas. Este es un debate que no estamos teniendo, hay un fallo en el proyecto común y por eso la gente puede deslumbrarse con proyectos tribales, identitarios o populistas.

 

¿Sitúa usted entonces la regeneración por delante del combate contra el independentismo?

Estoy convencido de que cambiando España el independentismo se frenará. Cuando España ha funcionado bien, sólo un 25% de los catalanes ha apoyado la independencia. Ese porcentaje ha aumentado porque España no funciona. Y para eso no basta con sacar la bandera de España. No puede haber España unida si no se regenera. Los españoles quieren unión, pero también quieren cambio. Se ha demostrado en el caso de la Monarquía. El nuevo Rey ha cambiado de actitudes y ha roto con el pasado, y ahora es muy bien valorado.

 

Más o menos lo mismo dice Pablo Iglesias.

No sé si lo dice. Yo creo que si gobernara Pablo Iglesias España no funcionaría. En Cataluña ha puesto a un independentista como cabeza de lista y eso es un error histórico. Podemos tenía una expectativa en Cataluña hace algún tiempo que no se corresponde para nada con esa coalición independentista con la que se presenta.

 

El PP dice que usted también ha cometido un error no presentándose a estas elecciones.

Lástima que los sondeos que nos colocan como segunda fuerza política no cuadren con el relato del PP. Yo me considero una persona seria y una persona seria no se presenta a unas elecciones para no tomar ni siquiera posesión del cargo. Inés está siendo la sorpresa de esta campaña, ha hecho unos debates magníficos y es una gran candidata.

 

¿Cree posible suturar la fractura que se aprecia en la sociedad catalana?

Soy consciente de que rehacer los puentes es una tarea que va para largo. No basta un cambio de gobierno. Si Ciudadanos logra los votos suficientes para encabezar una alternativa al independentismo, hay que reconocer errores y ser empáticos. Inés dice una cosa que a mí me gusta: el 27-S no puede haber vencedores ni vencidos. No preguntaremos a nadie si ha ido a la manifestación de la Diada o si ha votado a Junts pel Sí. Habrá que sentarse con quienes quieren la independencia, como Suárez se sentó con Carrillo. Ciudadanos es el único partido que puede sentar en la mesa a todos los demás. Hace falta inteligencia, moderación y tranquilidad.

 

La posibilidad de una alternativa parece difícil a juzgar por los sondeos.

Yo he hecho muchas campañas y veo a nuestro electorado muy movilizado. En las áreas metropolitanas, que es donde está la abstención, he visto una gran movilización. Según algún estudio que se ha publicado, casi 100.000 votantes de CiU en 2012 están dispuestos a votarnos. Estamos logrando crecer también fuera del ámbito constitucionalista. El dilema del 27-S es si Artur Mas proclama la independencia rompiendo las reglas democráticas en compañía de un partido antisistema como la CUP, o Ciudadanos encabeza un Gobierno alternativo para el cambio y la regeneración.

 

¿Cree que si vuelve a ser presidente Mas consumará su desafío? Hay quien opina que es una presión para negociar.

Quien piense eso está muy equivocado. A Mas no le van a dejar negociar nada. Sus socios de la ANC y también la CUP lo han puesto por escrito. Pocas bromas porque van en serio.

 

¿Ese cambio que Ciudadanos quiere liderar puede pasar por una reforma de la Constitución que reconozca la singularidad de Cataluña? En esta campaña se ha planteado esa posibilidad.

Es necesario cambiar la Constitución para regenerar España. Pero no nos engañemos: a Mas y a Junqueras no los vamos a contentar nunca, no hay margen en la Constitución para contentarles. El debate sobre las singularidades, la nación o la identidad está equivocado. Lo importante es si vamos a tener un sistema de financiación para garantizar los servicios en todas las comunidades. Hay una parte de los catalanes que se considera agraviada con la financiación, y puedo entenderla, pero yo soy catalán y no quiero privilegios ni siquiera para mi tierra.

 

En la recta final de la campaña ha dado la sensación de que Junts pel Sí ha ido avanzando en las encuestas.

He apreciado un cierto derrotismo en algunos ámbitos. Me preocupa el ambiente político y mediático que observo a nivel nacional. En las entrevistas me preguntan si quiero que se suspenda la autonomía aplicando el artículo 155 o si hay que sacar al Ejército. Por favor, yo lo que quiero es ganarle las elecciones al independentismo. No hay forma de ilusionar a los catalanes hablando del Ejército o de suspender la autonomía. Parece que no hay nada que hacer y que lo único posible es que el Gobierno haga aplicar la ley. Tenemos que seguir jugando el partido. La final se juega el domingo.

 

¿Qué influencia cree que tendrá el 27-S en las elecciones generales?

Me temo que se están haciendo cálculos sobre esto y me parece muy grave que alguien pueda pensar que lo que pase en Cataluña dará o quitará votos en el resto de España. Igual me equivoco, pero en el momento en el que está España, el que vaya con la calculadora electoral puede llevarse una sorpresa y pagar su electoralismo en las urnas. Por mucho que insistan algunos en que el bipartidismo está sano, creo que el 27 por la noche el bipartidismo se hundirá en Cataluña.

 

* Lee la entrevista en El Mundo

 

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