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Jordi Cañas: «Pedro Sánchez es un hombre sin atributos morales y éticos»

01-06-2024 | The Objective

El candidato de Cs a las elecciones europeas habla de la situación política española.

Para Jordi Cañas (Barcelona, 1969) la recién aprobada Ley de Amnistía no desgasta a Sánchez, sino que, más bien al contrario, le ha permitido ser presidente del Gobierno, a cambio de siete votos. El cabeza de lista de Cs pide al electorado que no se deje engañar por la polarización, que a su juicio nos ha llevado a una especie de círculo vicioso que te lleva a elegir entre Sánchez y Feijóo. Aunque se confiesa escéptico de la demoscopia, tiene la esperanza, apoyada en algunas de las encuestas publicadas, de obtener entre uno y dos diputados en la Eurocámara. En todo caso, está convencido de que Cs tiene que abrir un periodo de reflexión tras el 9-J, «pase lo que pase».

 

PREGUNTA.- La última encuesta del CIS les daba representación en el Parlamento Europeo y situaba al PSOE cinco puntos por encima del PP. ¿Se la creen?

RESPUESTA.- Soy escéptico con respecto a las encuestas, pero no solo ésta nos da representación… Lo que sí que se ve en las encuestas es que tienen una doble función: reflejar la realidad y crear opinión. Estamos en torno a un 1,5 y un 2%. Y a partir del 1,7, tienes diputado, y cerca del dos, consigues un segundo diputado. Ese es el espacio que tenemos y espero que esta campaña sirva para reforzarlo.

P.- ¿A pesar de la polarización?

R.- Yo soy realista, pero ambicioso. Nosotros hablamos de lo que se juega realmente en Europa. Espero que el electorado no se deje engañar, se movilice y entienda que, a pesar de lo que dicen unos y otros, lo importante no es Pedro Sánchez o Feijóo. Ya sé que esto puede parecer un poco ingenuo, porque es cierto que el ruido mediático en general y la potencia de emisión de mensajes políticos de los grandes partidos es total. Y si hacen esto, es porque les funciona. Pero yo sigo apelando esa a España que entiende que hay otra forma de entender la política, que es una política para resolver problemas, no crearlos para autojustificarse. Y Europa es una parte muy relevante de lo que vamos a hacer en el futuro como personas, derechos, libertades, oportunidades y en cuanto a lo que puede ser nuestro país en el contexto internacional.

P.- ¿Cómo pretenden conseguirlo? No se presentaron a las generales, no han obtenido representación en las catalanas…

R.- La dirección decidió no presentarse, porque en el contexto de polarización y con los cortes de entrada que se tienen en la mayoría de las circunscripciones, la realidad es que no teníamos posibilidades. Quizás en Barcelona o en Madrid, pero poco más. Somos un partido que ha hecho del no deber dinero una una forma de entender la política y no íbamos a arriesgarnos a descapitalizar el partido con unas pequeñas posibilidades de representación en un contexto tan absolutamente polarizado como el que había creado Pedro Sánchez: o Sánchez o Feijóo. Decidimos presentarnos a las catalanas y, cuando las encuestas empezaron a publicarse y no nos daban representación, detectamos la fuga de votos y la desmovilización de nuestro electorado. Pero el sistema de las elecciones europeas nos permite entrar en el Parlamento Europeo. Y tras las elecciones europeas, Cs tiene que volver a empezar. Cs necesita tener un éxito electoral, romper esa curva de malos resultados del año 2019 y volver a repetir presencia en el Parlamento Europeo, que llevamos diez años haciendo un trabajo muy bueno. Estamos ante un frentismo realmente peligroso, en la trinchera que divide, que empezó por la narrativa del presidente del Gobierno, el muro. No vamos a construir un muro entre españoles donde polarizar a favor de uno y contra el otro. Sigue siendo necesario un espacio político que tenga como objetivo construir mayorías, sin que los extremos decidan, y que anteponga los intereses del país. Estamos en la obligación de intentar reconstruir ese espacio. Y el inicio puede ser las elecciones europeas.

P.- ¿Y cómo explican que quien ha sido secretario general de Cs y la cara visible de Cs en Europa, Adrián Vázquez, se haya pasado al PP en sus listas, mientras que nombres como Maite Pagazaurtundúa o José Ramón Bauzá se vayan a su casa y no aspiren a repetir?

R.- Cs ha trabajado siempre en equipo en el Parlamento Europeo. Maite o Bauzá han dejado la política activa. Pero José Ramón Bauzá ha dejado la política activa como lo ha hecho Margallo, del PP, y no he visto a nadie que pregunte por qué no está en la lista. Es una pérdida enorme, porque eran unos grandes diputados. Por otra parte, la política es un comportamiento ético, que se tiene que demostrar en la vida… El señor Adrián Vázquez dijo hace un año que el PP era un partido corrupto y el transfuguismo político era su forma política… Yo estoy con el mejor equipo de Cs, con Javier Nart y muchos otros profesionales, con un compromiso personal y político incuestionable. Cs es un estupendo equipo, que va a seguir trabajando por los intereses de los españoles y no por los personales.

P.- Con respecto a los intereses de los españoles, ¿cómo afecta a estos intereses la bronca convertida en crisis diplomática entre España y Argentina, Milei y Pedro Sánchez?

R.- La función de un gobierno es intentar resolver problemas, pero en España nos hemos acostumbrado a que tenemos un gobierno que crea problemas y después los resuelve para beneficiar al presidente del Gobierno. La crisis con Argentina la ha creado el Gobierno. En España. La crisis entre Pedro Sánchez y el señor Milei tiene una genealogía que empieza con el señor Óscar Puente, que es ministro del Gobierno de España, que insulta gravemente al presidente de la República Argentina llamándole «drogadicto» o  que «consume sustancias estupefacientes». Y cuando se le pide que rectifique, responde que «bueno, si alguien se ha sentido mal…». Esa es la manera cavernaria y macarra de Óscar Puente, que está ahí para eso. Y viene el señor Milei a la galería de los horrores, eso de «Europa Viva», y dice una cosa absolutamente reprobable: miente, porque una no es corrupta hasta que lo decide un juez. Y un presidente de la República, aunque venga en un viaje no oficial, tiene que respetar a todo el mundo, pero también a la mujer del presidente del Gobierno de España. A partir de ahí, el Gobierno de España sobreactúa voluntariamente, genera un casus belli y se apropia del conflicto. Y ahora mismo, tenemos que ya no solo el debate político es Feijóo-Sánchez, sino Milei-Begoña Gómez. Sinceramente, a todas las personas que están paseando por aquí les importa un pito Begoña Gómez o Milei.

P.- Pero el asunto es noticia de portada y puede tener repercusiones económicas…

R.- Porque el gobierno victimiza, sobreactúa y nos mete a todos en un lío monumental, para mayor gloria de su persona. Tenemos un conflicto diplomático serio, porque Pedro Sánchez quiere utilizar este elemento para ganar votos en las próximas elecciones europeas. Pero lo hace porque le funciona. Es una estrategia que interesa al Gobierno y a los partidos mayoritarios. Les interesa reducir el debate político público a una confrontación permanente. A nadie le importa que no tengamos presupuestos, o que no se puedan aprobar leyes y este gobierno no sea capaz de ganar ninguna iniciativa que no sea amnistiar a un delincuente a cambio de siete votos. Nos hemos acostumbrado a esa teoría del shock que lleva a Pedro Sánchez ejecutando metódicamente desde que entró a la presidencia del Gobierno, donde tapa un problema con otro. A mí no me gusta lo que ha hecho Milei, pero eso no merece que retiremos el embajador permanentemente.

P.- ¿Cree que el reconocimiento del Estado de Palestina es también parte de ese plan de Pedro Sánchez que denuncia, que consiste en abrir debates y confrontaciones que después revierten en su beneficio electoral?

R.- Eso también le va a dar votos. Porque le quita la bandera a Sumar y a Podemos y también parte de su argumentario. Y todo por interés no tanto de Palestina sino de los del propio Pedro Sánchez. Todas las decisiones que adopta este presidente tienen un único objetivo: él. Y el coste para el país da lo mismo. Sánchez se ha rodeado de un grupo de palmeros que amplifican. Colonizan instituciones, empresas privadas, públicas… La misma función que se aplica a países del Tercer Mundo está aplicada en España, que es el control de todos los sectores del poder.

P.- ¿La reciente aprobación de la Ley de Amnistía va a suponer un retroceso en las expectativas electorales del PSOE para las europeas?

R.- Pedro Sánchez no se desgasta con esto. Pedro Sánchez consiguió ser presidente gracias a eso. La amnistía no es más que el corolario de unas decisiones que adoptó, empezando por modificación del Código Penal, para eliminar los delitos por los que habrían sido condenados, los responsables del golpe. Ha comprado la amnistía por siete votos. Eso es corrupción política del más alto nivel. Si fuera por un maletín con 100 millones de euros, ¡qué estaríamos diciendo! Por dinero, es corrupción, pero para que sea presidente no es corrupción… ¡Es la misma, o peor! Porque el dinero, al final, se lo gastará, pero es que ser  presidente porque ha amnistiado a unos delincuentes es peor que eso. Con la amnistía, quieren evitar las investigaciones. Sinceramente, todo es posible. Es una forma de entender la política. ¿Qué desgaste ha tenido en Cataluña?

P.- ¿Es usted de los que piensan que Puigdemont no volverá a España, o que vendrá amnistiado tarde o temprano?

R.- Sinceramente, pensaba que iba a venir en la campaña catalana, porque hubiera sido disruptivo. Pero creo que lo conozco un poco y que no va a venir, porque estamos hablando de que tratan de subvertir el orden constitucional, y que, si se hace con violencia, eso es terrorismo. Eso es lo que está planeando sobre las decisiones políticas de estos señores. Y eso es lo que quiere amnistiar Pedro Sánchez.

P.- ¿Cree que lo conseguirá y pasará el filtro de los Tribunales Europeos?

R.- Estoy convencido de que los jueces españoles, ante ante la duda de la aplicación de la amnistía, van a presentar la cuestión prejudicial. Y eso supone una suspensión temporal. Desde Cs vamos a seguir insistiendo en elevarlo a debate europeo, porque del PSOE y el PP no te puedes fiar, porque el PP se reunió con él en Bruselas. Y los acercamientos de Feijóo a Junts son evidentes. Quieren buscar alternativas de gobernabilidad para el próximo ciclo electoral y eso empieza a trabajarse ya. En el fondo, muchos lo que anhelan es volver a aquella España, donde los gobiernos podían contar con PNV o con el superhéroe convergente, en su momento. Todo eso a costa de ceder competencias y privilegios, les conseguía mantener el poder. Ese es un modelo muy cómodo para ellos, para determinadas élites políticas nacionales y autonómicas. Eso no es bueno, porque nos rompen principios como el de igualdad. Es muy injusto, porque premia a aquellos que quieren ir contra el país y porque, en el fondo, instala una forma de entender la política, que es de chantaje, de cesión. Yo creo que algunos quieren volver a eso. Y el PP, también. El PP no es de fiar a la hora de mantener el tono y el pulso en Europa para exigir su mediación. Europa ya anuló una amnistía. Rumanía quería amnistiar corruptos. Y aquí se quiere administrar la corrupción política y aquí hablamos de presunto terrorismo y de presunta alta traición. Europa sí que tiene que decir cosas al respecto, pero para eso hay que presionar, como ha hecho Cs, que es el Grupo que ha dado más empuje para que la Comisión tome cartas en el asunto.

P.- ¿Se refiere a que el comisario de Justicia, Reynders, formaba parte de Renew, el Grupo de los Liberales al que pertenece Cs?

R.- El comisario Reynders estaba informado de todo lo que pasaba en España y pidió explicaciones al Gobierno español, porque nosotros, cada semana, le enviamos informes de qué estaba pasando en nuestro país. Es muy importante, porque estamos otra vez ante un riesgo que nosotros hemos señalado: en esta campaña el PSOE, entre Pedro Sánchez y España, siempre va a escoger Pedro Sánchez y el PP, entre Feijóo y España escogerá a Feijóo. Y en Europa tenemos que escoger España. Tanto PSOE como PP no son de fiar, porque siempre han demostrado anteponer los intereses de su partido y de su líder a los de España.

P.- ¿Qué les diferencia, por ejemplo, de Cree, que es una especie de escisión que surge desde Cs?

R.- Que somos un partido que lleva diez años en Bruselas, tenemos una red de contactos en Europa. Yo respeto todas las formaciones políticas, pero es evidente que si alguien quiere que el centro político liberal progresista esté representado en el Parlamento Europeo, la mejor opción sería Cs, que lleva diez años demostrando que sabemos hacer política europea para España.

P.- ¿Por qué es tan fácil fagocitar el centro político en España?

R.-Mire, por muchos motivos. Primero, porque España tiene una tradición democrática que cada vez se consolida más, pero que no representa el conjunto de espacios ideológicos. Tenemos una ley electoral horrible. Aquí es muy complicado, con el sistema de circunscripciones que tenemos, menos en Madrid y Barcelona necesitas un 4-5% para entrar. Con estos márgenes, en la mayoría de Europa no habría partidos liberales. Aquí vivimos en una sociedad en la que los grandes partidos, polarizan voluntariamente. Necesitan polarizarse para justificar que les voten. O sea, aquí es vota Feijóo, vota a Sánchez o vota contra Feijóo o contra Sánchez. Tenemos un gobierno que no atiende las necesidades de los ciudadanos, no puede invertir en las prioridades, no puede hacer frente a los cambios presupuestarios…Y aceptamos con total normalidad que no hay presupuestos, que no hay Gobierno… Porque lo que hay es un señor que quiere mantenerse en el poder y otro que quiere alcanzarlo. Y una parte importante de la sociedad orbita en torno a ese esquema. Necesitamos un Gobierno que se dedique a gobernar para los ciudadanos, no solo a crear broncas públicas para justificar un perfil político.

P.- ¿Las broncas que el presidente del Gobierno atribuye al «fango» que generan otros?

P.- En cualquier país, dar respuestas serias y lógicas ante informaciones que aparecen sobre la esposa del presidente del Gobierno sería la cosa más normal del mundo. No sería una afrenta contra el presidente, no saldría en plan galán de comedia turca. Oiga, esto es una democracia seria. Si hubiera publicaciones de la mujer del señor Macron o el esposo de la señora Meloni, diciendo que ha podido estar utilizando sus contactos para favorecer a determinadas sociedades… Es tan sencillo como decir: «No, por esto…». Pero lo que no se puede decir es: «No se puede preguntar porque es mi mujer…». Hemos llegado al punto de que un presidente se va cinco días a reflexionar porque no le gusta que un periódico publique informaciones sobre su mujer. Y hace una causa general contra los medios de comunicación. Y señalan a periodistas. Es un presidente en un Gobierno que está dando a la máquina del fango. Ellos viven en el fango. La máquina del fango son ellos. Yo no quiero vivir en un país así. De verdad, creo que este país no se merece esto. Espero que algún día esto se rompa, porque lo necesitamos.

P.- Si Cs, que viene de una serie de batacazos electorales, no obtiene representación en las elecciones europeas, tendrá que tomar una decisión política. ¿Usted es partidario de la disolución o de seguir adelante?

R.- La tiene que tomar igual, pase lo que pase este este 9 de junio. A partir del 10 de junio, si todo va bien, el partido tiene que iniciar un proceso de reflexión, de cómo afrontar el futuro. El espacio político de Cs tiene que reconstruirse. No hemos sido capaces de movilizarlo en Cataluña. Habría que iniciar un proceso de reconstrucción del espacio. Llámalo como quieras. Construcción o reforma.

P.- ¿Pero en ningún caso disolución?

R.- Eso es una decisión que tiene que tomar la Asamblea General del partido. Cs tiene 500 cargos electos. Tiene alcaldes en numerosos municipios españoles, tiene representación institucional y su objetivo es recuperarla donde la tuvo. Pero para eso, tiene que recuperar el tono y el espacio político, que eso va a significar recuperar gente que abandonó el proyecto, atraer gente nueva, pero gente que sea de Cs. Yo no quiero más fichajes. Las políticas de los fichajes, al final, te traen a los mercenarios. Todo el mundo tiene un precio. Yo quiero gente que crea en un proyecto político, que estén dispuestos a dar su tiempo. Ahora mismo, tenemos en todo el país personas que, voluntariamente, están trabajando por una campaña electoral, sin ser cargos públicos, sin tener ninguna expectativa. Tenemos más de 3.000 afiliados en España. Eso es un partido político, gente que cree y confía en un proyecto y da su tiempo, su ocio, su dinero, sus recursos, por una idea. Es la mejor base, el mejor cimiento para construir. Yo no quiero un partido que, cuando vuelva a ir bien, se olvide de quién estaba cuando las cosas no iban bien.

P.- En caso de ser eurodiputado, ¿cuál será su primera acción política?

R.- Pues si lo vuelvo a hacer, que sería un honor y un privilegio, pues trabajar muchísimo. La gente que me conoce sabe que trabajo muchísimo.

P.- ¿Para evitar la entrada en vigor de la Ley de Amnistía?

R.- La amnistía es la ruptura del principio de igualdad sobre el que se sustenta una sociedad democrática. En el fondo, casi es lo de menos si es a Puigdemont o a Perico de los palotes. El tema está en que alguien sea capaz de aprobar una Ley de Amnistía, camuflando el puro interés espurio, es de una magnitud moral, que retrata perfectamente a un personaje como Pedro Sánchez. Es un hombre sin atributos morales y éticos, capaz de modificar un Código Penal para que le sigan votando en el Congreso. Es un hombre capaz de hacer una Ley de Amnistía para gente que no se arrepiente de lo que hizo, convirtiendo a los verdugos en víctimas y a las víctimas en verdugos, insinuando lawfare en los jueces que mantuvieron la democracia española, la Policía, los servidores públicos. Además, permite que insulten al jefe del Estado.

P.- Y en caso de no serlo, ¿qué va a hacer?

R.-Si no salgo como eurodiputado… no tengo hijos. Llevo 18 años muy intensos. Entonces estaré unos meses un poco en barbecho, porque la vida política es muy intensa y es muy estresante. No es fácil y también necesito parar un poco. Pero como yo amo la política…

 

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