Opinión

Niños confinados

17-04-2020 | ABC

La inquietud y la incertidumbre empiezan a adueñarse de una parte importante de los hogares de nuestro país.

Cuando nos enfrentamos a un escenario desconocido, los científicos e investigadores son los que se encargan de analizar la situación, alertar de los riesgos y proponer actuaciones.

Y luego son las instituciones las que tenemos la obligación, formal y moral, de aplicar las soluciones de la forma más eficaz posible. Ese es, o debería ser, el cuadro de mando de la crisis del COVID-19.

Sin embargo, acudir a los expertos no puede convertirse en una suerte de ‘comodín de la llamada’ para usar de forma sesgada en función de los intereses políticos del momento.

 

Si apostamos por recurrir a los expertos, hagámoslo con el máximo rigor posible.

Los niños españoles están viviendo uno de los confinamientos más estrictos de nuestro entorno más próximo. Muchos de ellos, sin terrazas o jardines en sus viviendas, llevan desde el pasado 14 de marzo encerrados en sus casas.

Y es que esta crisis es, sin duda, una historia de héroes: nuestros sanitarios, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o los profesionales que siguen acudiendo a trabajar garantizan que el país se mantenga en marcha. Pero también la protagonizan nuestros pequeños, que están afrontando con entereza y coraje una pandemia que, en muchos casos, ni tan siquiera alcanzan a comprender.

Sin una fecha próxima para la desescalada y la vuelta progresiva a la normalidad, la inquietud y la incertidumbre empiezan a adueñarse de una parte importante de los hogares de nuestro país.

En este sentido, llevo días expresando mi profunda preocupación al respecto, tratando de conocer el mayor número de voces expertas, tanto nacionales como internacionales, muchas de las cuales nos están advirtiendo acerca de los riesgos que el confinamiento tiene para los más pequeños.

El pasado 8 de abril, el Comité de Derechos del Niño alertó del grave impacto físico, emocional y psicológico que la pandemia del está causando en los niños, sobre todo en aquellos países que han declarado estados de emergencia y órdenes de confinamiento, como es el caso de nuestro país.

En nuestro país, Javier Urra, psicólogo y ex defensor del menor de la Comunidad de Madrid, ha destacado en varias ocasiones la necesidad de que los niños puedan salir a la calle acompañados de un progenitor. Y en la misma línea, se expresan pediatras y el propio Colegio de Psicólogos de Madrid.

Siguiendo la experiencia de otros países, parece sensato permitir salir a los menores de 14 años, acompañados por un solo progenitor, una vez al día, durante máximo una hora y sin alejarse más allá de 1km del domicilio.

Hoy, aprovecho estas líneas para volver a pedir al Gobierno de España que actúe con urgencia y busque lo antes posible la manera de que los niños puedan dar pequeños paseos, tal y como ya sucede en la inmensa mayoría de nuestros nuestros países vecinos.

En esta Crisis está en juego la Salud de todo un país y en él también viven niños.

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