Opinión

Un modelo de calidad para la educación infantil

26-11-2015 | El Confidencial

Algunas escuelas se están viendo obligadas a recortar en el servicio de comedor mientras otras, la mayoría, languidecen con proyectos educativos obsoletos y con el personal mínimo

 

En el Pleno Municipal de ayer presentamos una proposición para que el proyecto pedagógico sea el principal criterio a la hora de valorar la adjudicación de las escuelas infantiles públicas de gestión indirecta. A nuestra llegada al Ayuntamiento nos hemos encontrado con que muchos de estos centros, adjudicados sistemáticamente a la oferta económica más baja, han entrado en una senda peligrosa que, incluso, hipoteca el futuro de los más pequeños. Algunas escuelas se están viendo obligadas a recortar en el servicio de comedor mientras otras, la mayoría, languidecen con proyectos educativos obsoletos y con el personal mínimo que exige la Ley.
 

Paradójicamente, esto sucede en un momento en que la educación infantil temprana está avanzando a gran velocidad en el mundo. Cada vez conocemos más del funcionamiento de la mente humana, de cómo aprendemos, de cómo hay determinadas capacidades que si no se estimulan en el momento justo se pierden para siempre y no pueden adquirirse ya en el futuro.


Además, buena parte de las investigaciones que han permitido ese avance y de los pedagogos que las están poniendo en práctica están en España. Y son muchas las escuelas infantiles privadas -y también algunas públicas- que las han incorporado a su proyecto educativo. Una disparidad inadmisible que está ya generando diferencias y desigualdades entre los niños de 0 a 3 años.


Los profesionales coinciden en que la capacidad de aprender contenidos complejos en la infancia, la adolescencia y la juventud depende del estímulo adecuado en los primeros años, que genera las conexiones neuronales de las que vamos a depender toda la vida. La plasticidad que alcanza el cerebro humano a los dos años de edad no regresa jamás.


El ejemplo más claro lo tenemos en el aprendizaje de la lengua o lenguas maternas. Introducir el inglés en las escuelas infantiles públicas es urgente, y además daría un importante espaldarazo al programa bilingüe que se desarrolla en la enseñanza primaria. Lo contrario es dejar a muchos niños atrás.


Una educadora me comentaba recientemente que la falta de personal de apoyo les obliga a tener a los niños recostados en hamacas durante mucho tiempo, en lugar de estar ensayando los giros y el gateo que les permitirán andar en el futuro. Y me indicaba que la consecuencia no es solamente un retraso en el momento de los sus primeros pasos, sino que de esos movimientos necesarios en un momento determinado depende el desarrollo de los hemisferios cerebrales, de modo que el pensamiento racional y creativo esté correctamente equilibrado.


Haber tenido la oportunidad de jugar, de socializar y de compartir en un entorno adecuado durante la etapa en que se forma la inteligencia emocional del niño da como resultado jóvenes y adultos con más autoestima, más capacidad de concentración y mayor tolerancia a la frustración, conceptos que se repiten cuando se analiza el fracaso escolar en la sociedad española.


Son demasiadas las escuelas de titularidad pública que no cuentan con profesionales de apoyo como neuropedagogos, psicólogos, médicos o nutricionistas, por la sencilla razón de que el precio de adjudicación contratado no les da margen para contratar siquiera una hora de trabajo semanal más allá del mínimo legal. No es aceptable. Nuestras escuelas municipales necesitan poder contar con especialistas cualificados que están ya presentes de forma habitual en la enseñanza privada y que son además una guía para los padres.


Una educación infantil en la que esté presente el bilingüismo, el desarrollo motórico adecuado o la música que es tan importante para activar áreas del cerebro como la lógico-matemática. Escuelas en las que se detecte rápidamente cualquier problema y pueda remediarse antes de abocar a un alumno al fracaso escolar. Proyectos educativos desarrollados por profesionales, adaptados a la realidad social de cada zona, estables en el tiempo y cuya principal característica sea su calidad y no su coste.


Este es el fondo de la proposición que Ciudadanos ha presentado ayer en el Pleno y que quería contarles en detalle. Vamos a estar muy atentos a su implantación efectiva. Se lo debemos a ellos, a los más pequeños y no podemos fallarles.

 

* Lee el artículo en El Confidencial

 

 

 

 

 

 

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