Ahora sabemos que si Tolerancia contrata más de un autobús, entonces nuestro Alcalde nacionalsocialista no rechazará un suculento contrato de 1.310,80 euros por cada bus. Por lo cual, desde este mismo artículo y en conformidad con Tolerancia, llamo en su nombre a una campaña de recogida de euros para lograr publicidad en muchos más autobuses. Llevará el lema siguiente: "Probablemente la censura existe, Colabora con Tolerancia y acaba con la censura nacionalista". El número de cuenta de Tolerancia habilitado es el siguiente:
Yo no sé si Dios existe o no. Pero de lo que no tengo duda alguna es que la censura pura y dura campa por sus respetos en Barcelona de la mano de esa nueva religión que la Iglesia nacionalsocialista ha impuesto en nombre de la lengua propia. Hace unas semanas dos autobuses de Trasportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) pasearon el slogan: "Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida". La ocurrencia le pareció modernísima al alcalde socialista, Jordi Hereu. Tanto, que el presidente de Ateneos de Cataluña, Joan Carlos Marset, confesó el apoyo del comité de empresa de TMB a la campaña. A los pocos días contraatacaron E-Cristians con esta otra: "Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo". La eterna disputa entre Razón y Fe que hizo correr ríos de tinta entre medievalistas y renacentistas. Vamos, una disputa antigua a favor de una reivindicación moderna, el trasporte público. Algo hemos ganado desde entonces: las dos campañas nos invitan a disfrutar. Bendito sea Dios o su ausencia.