Notas de Prensa

Félix de Azua: El pasado ya no es lo que era

27-12-2008 | El Periódico de Catalunya

Cuento de navidad para la víspera de los inocentes

 

A punto de terminar el fatigado y oneroso espectáculo del nacimiento más distinguido de nuestra civilización, he recordado aquellos años en los que un grupo de gamberros aquejados de ideas grandemente progresistas íbamos por las calles del pueblo cantando a voz en grito un célebre villancico cuyo estribillo decía: "A la mierda los pastores, se acabó la Navidad".

Creo que era invención poética del llorado Carlos Trías, uno de los hombres mejores que ha dado la ciudad de Barcelona, tan parca en los últimos decenios. Aquella canción, violenta, sí, pero algo menos radical que el himno nacional catalán con sus hoces sobre las gargantas españolas, quería manifestar una viva simpatía hacia el niño Jesús, y un feroz odio a la venta del evento y la enajenación de la clientela.

Pasados los años, la izquierda catalana ha recuperado incluso Els pastorets, la comedia pía más amada durante el franquismo, y cualquier rechazo de la Navidad, o incluso de Santa Claus, ese juguete chino, es altamente impopular.

Las radios, las televisiones, los diarios, no digamos las revistas, sacan humo para complacer a los mercaderes que Jesús expulsó del templo, como explica con admirable erudición el último libro de Antonio Escohotado, cuyo título lo dice todo: Los enemigos del comercio (Espasa).

Se ha producido una transformación admirable y magnífica. Quienes ahora atacan los fastos navideños no son ilustrados izquierdistas, laicos luminosos que también exigen eliminar los crucifijos de las escuelas, sino hatillos de marginales que ponen en riesgo la ganancia y con ello los puestos de trabajo que genera el espectáculo sacrificial. Son hostiles al gasto chiflado y por tanto asociales. Son enemigos, no de la explotación mercantil, sino del capitalismo tout court. Son antisistema.

Magnífico retorno del cristianismo al paganismo que aplaudimos todos los que, con nuestro presidente, consideramos antipatriotas a cuantos afirmen que hay crisis económica o que la Navidad es un peñazo. ¡Otro triunfo del absolutismo de la bondad ecuménica!
 

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