Sala de premsa

Jiménez de Parga: ' El Presidencialismo encubierto o la transformación de un Régimen Político'

06-07-2008 | Sectorial Jurídica de C's

Resumen y video de la conferencia que D. Manuel Jiménez de Parga impartió el pasado 2-julio-08 en el ICAB.

 

Puedes ver aquí el video resumen editado por la Agrupación Digital.

El pasado día 2 de julio, pudimos asistir a la conferencia de Don Manuel Jiménez de Parga, promovida por la Sección de Derecho Constitucional de la Comisión de Cultura del Colegio de Abogados de Barcelona, que preside el letrado Don Ignacio Joaniquet Sirvent, el cual abrió el acto. En su organización, han participado también muy activamente dos letrados y miembros de dicha Comisión del ICAB, y a la sazón miembros de la Agrupación de C’s en Sarria-Sant Gervasi, Antonio Pavón y Manuel Piñol.

El conferenciante ha sido presentado en su calidad de abogado y jurista de larga trayectoria, que además de Catedratico de Derecho Político en la Universidad de Barcelona y primer Decano democrático de la institución, fue Ministro de Trabajo con Adolfo Suárez, Magistrado en el Tribunal Constitucional a instancia del grupo socialista, y Presidente del mismo, habiendo sido recientemente vetado por el PP para Defensor del Pueblo.

El presentador de la conferencia, para definir la actividad jurídica y política del conferenciante, lo ha definido como “jurista de Oposición y que hacía oposición como jurista”.

A la conferencia ha asistido un numeroso grupo de miembros de Ciudadanos, como Albert Rivera,  Jose Manuel Villegas y Carlos Carrizosa, del C. Ejecutivo, destacados miembros del Consejo General, y numerosos afiliados.

La conferencia tenía por titulo << El Presidencialismo encubierto o la transformación de un Régimen Político>>

Ha iniciado la conferencia recordando su actuación pasada como abogado y su intervención en el Colegio de Abogados, en la epoca del Decano Ignacio de Gispert, en la que se le invitaba a participar, y en sede colegial se tomaban la libertad de decir ciertas cosas de las que no se podía hablar en otras instancias.

Ha recordado la definición que él explicaba en sus clases de lo que significa Régimen Político como el ‘resultado de la concurrencia de las normas legales con las fuerzas políticas imperantes en cada momento’.

En  este sentido, puede ocurrir como es el caso analizado, que bajo un aparente Régimen Parlamentario se encubra un verdadero Régimen Presidencial.

En la transición española, se definió un sistema parlamentario y así se estableció en la Constitución de 1978. Hay muchos preceptos que así lo establecen, empezando por el Art. 1.3, que define el sistema como "Monarquía Parlamentaria", o el Art. 66 que regula el control por el Parlamento de la acción del Gobierno, o el Art. 101.1 que prevée el cese del Gobierno por la pérdida de confianza, etc.

Pues bien, en la práctica no es así, y lo ha sido desde el principio de la transición, lo que demuestran hechos como que es el Presidente quien nombra al Gobierno, o que nunca ha habido una moción de censura que pudiera inquietar al Gobierno, resultando que es el Ejecutivo quien se impone al Parlamento. Lo que estaba en crisis desde el principio era el Régimen Parlamentario previsto constitucionalmente, que ha sido sustituido por un Presidencialismo real.

Un adecuado análisis supone reconocer que esto no es un fenómeno exclusivamente español, poniéndose los ejemplos de Alemania y Gran Bretaña, y reconociendo que en el Siglo XX y prncipios del XXI, se ha visto generalizado por la propia acción de los partidos políticos, especialmente en Europa.

Estos han sido estudiados hasta la saciedad, hay más de 11.500 estudios de todo tipo y profundidad. Un repaso histórico supone analizar cómo los partidos se fueron transformando de partidos de ‘notables’ a partidos de masas, cuando se generalizó el sufragio, a partidos de sectores o 'lobbys' de presión, o atrapa-votos, y por último a partidos dominados por oligarquias internas, basados en la disciplina interna.

Los partidos actuales se han convertido en partidos de "empleados", que hacen carrera en su interior, careciendo de biografía profesional previa, en una situación completamente distinta a la Transición.

El profesor ha recordado que en sus primeros años de ejercicio de la abogacía en Barcelona, a finales de los años 50, le llamaba la atención la forma en que se catalogaba a la gente: aquellos que se "ganaban la vida" y los que no. Hoy en día los políticos, antes de dedicarse a la política, no se "ganan la vida". Esto es grave, y no favorece el Régimen Parlamentario, pues los políticos se deben a su partido, lo cual incide en su déficit, al dejar en inexistente o nulo el "mandato imperativo" que ostentan los parlamentarios, por estar sometidos a la disciplina de partido, y carecer los partidos de una verdadera democracia interna.

Además, el Presidente del Gobierno, que es el Jefe del Partido mayoritario, es el que decide a través del partido, lo que hace inútiles los medios de control del Parlamento al Ejecutivo. Favorecer por tanto la preeminencia del Jefe del Partido, que lo es a su vez del Ejecutivo, supone en definitiva que el Poder Ejecutivo se imponga en la práctica sobre el Parlamento.

Otro factor distorsionador del Régimen Parlamentario Constitucional es el sistema electoral vigente, que se aprobó por Decreto de 18/03/1977, regulado incluso antes que la Constitución, para resolver la entonces llamada "sopa de letras" de partidos. Dicha ley tenía una vocación de provisionalidad, tal y como consta en su Preámbulo, sólo para las primeras elecciones, y sin embargo permanece intacta, tal como ha sucedido a menudo en la tradición española, convirtiéndose lo provisional en definitivo. Nadie hasta la fecha se ha atrevido a acometer la reforma electoral pendiente. El sistema de listas cerradas y bloqueadas traslada el mismo efecto de imposición de la voluntad del Partido sobre la voluntad de los ciudadanos políticos, favorece la fuerza del partido, debilitando al ciudadano con vocación política. Y en definitiva, esto no es bueno para el parlamentarismo.

Sin embargo hay que reconocer que allí dónde se utilizan, las listas abiertas no han mejorado mucho el estado de la cuestión, ni el resultado apetecido, por culpa de las inercias, que hacen que se sigan votando las listas propuestas por los partidos. Se puso el ejemplo del propio Colegio de Abogados que, efectuándose las elecciones por listas abiertas, siempre gana y suelen salir las listas que encabeza el Decano, y si eso ocurre con profesionales ilustrados, lo mismo ocurre para elecciones de ámbito estatal. Además, suelen facilitar las pugnas internas y las corruptelas de compra de votos en el seno de los partidos, difuminando la personalidad de los candidatos.

Ante esta tesitura, el Dr. J. de Parga  se pregunta: ¿qué hacemos entonces?

En nuestro entorno, existen varias opciones: se comenta el sistema alemán de dos votos por elector, en el que por uno de ellos se eliges un candidato por la circunscripción o distrito, y otro por las listas propuestas por los partidos, consiguiendo un razonable equilibrio en los Parlamentos, lo que viene funcionando a su juicio satisfactoriamente..

Por otro lado, se comenta que otro de los factores distorsionadores del sistema parlamentario son los gastos electorales excesivos.

Pese a su crítica desde los inicios de la transición en 1977, no se ha atendido a estas, organizándose las elecciones como un espectáculo a la americana, con un gran despliegue de medios de comunicación, y con mailings personalizados costosísimos.

Habría que limitar los gastos, especialmente porque quien paga la factura, acaba cobrándola. Ello también incide en la anulación del Régimen Parlamentario, al ser el Ejecutivo deudor de quienes han financiado las campañas, que resultan ser las grandes empresas o grandes grupos de poder económico.

A pesar de todo ello, los partidos políticos son necesarios, ya que la acción política para ser eficaz en ningún caso puede ser individual, pues se necesita la cobertura del grupo político que potencia la acción, pero debería evolucionar hacia otro modelo de partido. De ahí que en la Dictadura, Franco tuviese muy claro la prohibición de los partidos, para evitar la influencia de los grupos económicos de presión a través de estos.  Por tanto, considera el ponente que es preciso modificar el sistema electoral, reducir el gasto de las contiendas electorales, y democratizar los partidos.

Quizá se debería aprovechar con una eventual modificación de la Constitución Española para adaptarse a los nuevos tiempos, ya que la sociedad ha cambiado mucho en estos 30 años. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría hace 20 años hablar de la LIBERTAD informática, que hoy es básica; la utilización de medios virtuales que están movilizando a la gente, las nuevas formas de comunicarse; en definitiva, la universalización de la comunicación. Todo ello supone comprender que hoy estamos ante un mundo distinto, que se ha ido transformando paulatinamente, con una presencia extraordinaria de los medios de comunicación, especialmente la TV. Hoy el poder, cualquier poder, se potencia y se formaliza a través de la TV. Cita el caso de la victoria en la Eurocopa de la Selección Española de Fútbol, con su extraordinaria repercusión en todas las calles y lugares de España.

Finalmente, y pese a las trabas comentadas, cree por su experiencia personal, y en su optimismo, que hay esperanza de evolucionar positivamente. Se están produciendo muchos cambios, que facilitarán la convivencia y un mejor conocimiento entre las gentes de unas y otras zonas del planeta, eliminándose paulatinamente los obstáculos debidos a la ignorancia. El ponente afirma que se empiezan a solucionar los problemas cuando hay constancia de que las cosas no funcionan bien. Y ahora, se está produciendo dicha constatación. Las deficiencias que presenta en la actualidad el estado de las autonomías son producto del desconocimiento de entonces. Al día de hoy, opina que esta larga etapa de falta de conocimiento entre españoles se va resolviendo poco a poco.

En esta línea, comenta que la creación de nuevos partidos como Ciudadanos, al que tiene estima por sus hijas, afiliadas al mismo, son reflejo de que la sociedad va por el buen camino.

Torneu