Notas de Prensa

Política y Alquimia

19-10-2011 | La Voz de Barcelona

Hay indicios de que puede producirse el enésimo mensaje por parte de la banda en los próximos días con la pretensión de volver a engañar al conjunto de los españoles

‘El entramado pro etarra ha renacido tras el impulso dado por el Tribunal Constitucional a sus candidaturas en las pasadas elecciones municipales. Esta mal llamada conferencia de paz tiene como fin último asegurar que la historia se repita en estas próximas generales, culminando así el infame proceso de abuso de las instituciones democráticas por quienes obtienen el éxito electoral amparados en el miedo y la coacción’.

En un par de semanas estaremos en plena vorágine de campaña electoral para la renovación de las Cortes Generales y, cabe esperar, del Gobierno de España empezando por su presidente. Habrán sido dos (demasiado) largas legislaturas que se iniciaron cruelmente marcadas por el terrorismo, tras el ominoso atentado en el corredor ferroviario del sureste de Madrid.
Transcurridos siete largos años de gobierno socialista parece que el relevo es inevitable, además de necesario. Las encuestas lo vienen anunciando insistentemente. La práctica totalidad inciden en que la mayoría absoluta está al alcance del PP por lo que el candidato Rajoy será, muy probablemente, el futuro presidente del Gobierno de España. Personalmente, a lo largo de este año, he podido constatar que en determinados ámbitos de la izquierda crítica, que no ha renegado ni reniega de sus raíces socialdemócratas, la mayoría absoluta del PP es un deseo expresado con absoluta vehemencia: “¡Ojalá el PP saque mayoría absoluta!”, me han espetado en diversas ocasiones algunos de los viejos luchadores por las libertades que siguen aferrados a su ideología y que se han liberado de las siglas del que fuera su partido, el PSC-PSOE.
Entretanto, en esta precampaña ampliada, en el País Vasco se vuelven a escuchar los cantos de sirena del entorno que apoya y sustenta a la banda terrorista ETA, innecesariamente amplificados por dos de los principales partidos, PNV y PSE. En una región que durante más de cuarenta años ha sido sacudida sistemáticamente por el terrorismo y en la que impera todavía la coacción mafiosa de los que lo sustentan, se habla de paz y se pone en igualdad a víctimas y verdugos. El entramado pro etarra ha renacido tras el impulso dado por el Tribunal Constitucional a sus candidaturas en las pasadas elecciones municipales. Esta mal llamada conferencia de paz tiene como fin último asegurar que la historia se repita en estas próximas generales, culminando así el infame proceso de abuso de las instituciones democráticas por quienes obtienen el éxito electoral amparados en el miedo y la coacción. Como era de esperar, no ha existido una oposición firme por parte del Gobierno saliente. Antes al contrario, en las filas del propio Gobierno de España y, por supuesto, en las del compendio de partidos que constituyen hoy el PSOE de Rodríguez Zapatero, se han escuchado voces inequívocas de apoyo al esperpento. Algunas han hablado hasta de empujar, como si de un parto se tratara.
Tal parece que el partido socialista ve en una “solución” al seudoconflicto vasco la última baza que puede evitar la estrepitosa -de récord- derrota que le espera. Hay indicios de que puede producirse el enésimo mensaje por parte de la banda en los próximos días o semanas, con la pretensión de volver a engañar al conjunto de los españoles y afianzarse en las instituciones democráticas manteniendo la mayor, sin renunciar ni un ápice a sus pretensiones.
En este escenario, el presumible fin del actual Gobierno socialista estará marcado también por el terrorismo, pese a su estado latente en apariencia. Hemos de estar atentos, porque es posible que nos presenten la “solución” como el remedio definitivo para acabar con el horror, la coacción y el dolor de las víctimas, sin reparar en costes y sin preservar la imprescindible justicia. Y podemos temerlo porque en ocasiones parece que algunos de nuestros gobernantes, cual alquimistas, han estado buscando su particular piedra filosofal. El intento puede ser loable, siempre que se evite el tradicional hermetismo de la alquimia y que el final del terrorismo etarra en el País Vasco y, por extensión, en toda España, contenga en su fórmula las necesarias dosis de memoria, dignidad y justicia.
 

Matías Alonso es secretario general de Ciudadanos

 

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