Sala de Prensa

Prensa ¿libre?

06-08-2014 | Vozpopuli

Si queremos sanear nuestra democracia, debemos ser conscientes que un periodista no puede ser un funcionario, que su nómina no debe depender de los periódicos que se compran con dinero público

"Mira hacia atrás y recuerda que sólo eres un hombre”. Ésa era la frase que le susurraba al general victorioso de turno un siervo situado detrás suyo, cuando entraba triunfante en Roma, capital del Imperio. Así, intentaban que el general fuera plenamente consciente de que no era un dios ni un ser omnipotente, sólo un hombre al que la aclamación y los vítores de la muchedumbre no debían hacer perder la cabeza, ni la perspectiva de sus limitaciones, o de a quien se debía.

La confesión del ya no Muy Honorable Presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acerca de sus décadas de evasión fiscal, y el sórdido entramado familiar que se está investigando, han puesto de manifiesto una de las grandes carencias de nuestra democracia, la falta de una prensa libre e independiente, que en Cataluña, salvo alguna honrosa excepción, brilla por su ausencia.

En estos días produce vergüenza ajena observar el mísero espectáculo de como, una vez más, se pliegan a las imposiciones del poder aquellos que durante tantos años hicieron de Jordi Pujol un ser cuasi divino, intocable y por supuesto ajeno a toda crítica.

Ahora, la consigna es aparentar un gran escándalo, un terrible dolor, un poquito de compasión, y mientras, mover todos los resortes necesarios para salvar los muebles del partido, del gobierno, de las instituciones... En definitiva, para que todo siga igual de remansado en el oasis.

Mezcla de subvención, publicidad institucional, compra de ejemplares, colocación de afines...

Esto es posible porque en Cataluña, la prensa ejerce la portavocía del poder. Da igual que sea la Generalitat, Diputación, los ayuntamientos... La mezcla de subvención, publicidad institucional, compra de ejemplares y colocación de afines, junto con la descarada y sistemática purga de las voces disidentes, consigue que se mire hacia otro lado cuando asoman los pecadillos de los poderosos.

Treinta y cuatro años, veinte de ellos como Presidente, son muchos años para estar evadiendo impuestos y que no salte la liebre. Pero no es el único caso. Imaginen que el líder demócrata le espetara al líder de los republicanos en el congreso norteamericano "Ustedes tienen un problema y se llama tres por ciento"... ¿Cuál creen que hubiera sido la reacción de la prensa? ¿Pasar página con un par de titulares o lanzarse como lobos a investigar lo que se oculta tras esas palabras? Aquí ya sabemos lo que pasó... O mejor dicho, lo que no pasó. Nada.

Un periodista no puede ser un funcionario

Y al cabo de un tiempo, otro suceso inimaginable en otras latitudes, el editorial conjunto tras la sentencia del Estatut. Todos los periódicos catalanes, todos, publicaron el mismo editorial. Y aquí ya no gobernaba CiU, gobernaba el tripartito, PSC, ERC e ICV, con José Montilla como MHP. Distintos partidos, distintas ideologías, mismos métodos, misma prensa servil.

Si queremos sanear nuestra democracia, debemos ser conscientes que un periodista no puede ser un funcionario, que su nómina no debe depender de la cantidad de ejemplares de su periódico que se compran con dinero público, que sus anunciantes no pueden ser las instituciones de turno, que, en definitiva, la viabilidad del medio en el que trabaja no debe depender de lo complaciente que sea con el político o con el poder...

Transmisión del potito propagandístico que se cocina en los despachos institucionales

Si la prensa no ejerce su función informativa, investigadora y hasta fiscalizadora de los manejos de aquellos que ostentan el poder, si no es capaz de hacer otra cosa más que transmitir el potito propagandístico que se cocina en los despachos institucionales, no seremos capaces de aspirar a una regeneración de nuestra vida pública, ni a lograr la imprescindible transparencia que requiere una democracia de calidad.

Es hora de que el poder no dicte los editoriales

Es hora de que cambien las tornas, es hora de que el poder no dicte los editoriales a los medios de comunicación y es hora de que sean éstos quienes susurren o griten, mira hacia atrás, recuerda que sólo eres un hombre y ten en cuenta a quien te debes... y a quién no.

 

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