Albert Rivera dedicó el premio a todos los ciudadanos de Cataluña que a pesar de no ser taurinos están en contra de las prohibiciones, y especialmente a aquellos afiliados de Ciutadans que incluso siendo pro derechos de los animles habían entendido que este era un debate identitario.
Para Albert Rivera, el debate sobre las corridas de toros no debe pasar por una prohibición del gobierno de Cataluña, sino por una sencilla elección personal: “Quien quiera ir a los toros que vaya, y quien no quiera que no vaya. “En C's tuvimos un intenso debate interno sobre este tema, pero ante la duda siempre es preferible escoger la libertad”.
Rivera en sus palabras de agradecimiento aseguro que el debate se había politizado y no era un debate sobre el trato a los animales sino identitario: “es un debate hipócrita y una muestra de oportunismo político que demuestra el nacionalismo catalán, que pretende prohibir los toros por su carácter de fiesta española, y sin embargo quiere declarar a los correbous fiesta nacional de Cataluña”.