Notas de Prensa

Europa, nuestro futuro

05-05-2014 | C's

El 25 de mayo nos jugamos el futuro de un proyecto que nació para unir a los ciudadanos de Europa

En apenas medio siglo, la globalización ha traído consigo cambios extraordinariamente importantes en la manera de concebir nuestras vidas y nuestras relaciones con los demás. La tecnología y el libre acceso a la información han terminado por derrumbar las barreras que todavía podían existir entre las personas de uno u otro lugar del planeta y han dado paso a una sociedad más interconectada, informada y plural. 

Hoy, podemos hablar con familiares que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, viajar a lo largo y ancho del mundo o conocer opiniones muy diversas sobre cualquier tema que nos interese. Los muros que un día se interponían entre distintas ideologías, razas o religiones han dado paso a un escenario en el que sólo la colaboración y el entendimiento garantizan el éxito como sociedad. Lo contrario está ineludiblemente abocado al fracaso.

Altiero Spinelli, Paul-Henri Spaak o Robert Shuman entre otros, pusieron la primera piedra de un entendimiento y una colaboración europea basados en criterios estrictamente económicos, lo que dio lugar al Tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE) y a otros muchos que se han ido sucediendo a lo largo de los años. De esta forma, Europa ha conseguido situarse como un espacio privilegiado de paz, libertad y progreso.

Sin embargo, la compleja arquitectura institucional de la Unión Europea así como las tentaciones nacionalistas de los Estados y regiones que la conforman, dificultan que la voz del Viejo Continente sea escuchada, respetada y tenida en cuenta en el concierto internacional.

Los ciudadanos ven en la Unión Europea una estructura lejana que únicamente se ocupa del funcionamiento de los mercados, de la Banca o de los lobbies. La desconfianza y el euroescepticismo han comenzado a extenderse rápidamente, incluso en los países de tradición más europeísta.

La burocracia, el déficit democrático, la complejidad normativa o la distancia entre las instituciones comunitarias y el ciudadano son algunos de los problemas que Europa tiene que solucionar en los próximos años. Sin embargo, la solución a este fenómeno no pasa únicamente por destacar las bondades de la Unión Europea como espacio de paz, democracia y libertad. Resulta imprescindible adoptar una postura crítica que sea capaz de poner coto a las causas de dicha desafección. 

Las próximas elecciones al Parlamento Europeo serán determinantes para 500 millones de ciudadanos. El 25 de mayo nos jugamos el futuro de un proyecto que nació para unir a los ciudadanos de Europa, pero que corre el riesgo de convertirse en un ente sin alma plagado de ricos burócratas alejados de los problemas reales de la gente.

No somos súbditos, somos ciudadanos. Hoy, más que nunca, #JuntosPodemos

 

Volver