Notas de Prensa

Artur Mas en TV3: una entrevista surrealista

18-12-2013 | La Voz Libre

¿A quién se le ocurriría prescindir de un brazo mediático que no es más que una extensión de su ideología?

“Los catalanes fabricamos muchos calzoncillos pero no tenemos tantos culos”, dijo Josep Pla haciendo un guiño a la importancia del resto de España para el buen funcionamiento de la económica catalana. Fue en una entrañable entrevista del desaparecido maestro, catalán de adopción, Soler Serrano, que muchos recordarán. Pla ha sido uno de los grandes olvidados y al que el nacionalismo catalán ha destinado muchos esfuerzos en borrarlo de la memoria histórica de aquellas generaciones que nos hemos educado en Cataluña. En cualquier caso, las entrevistas de antes eran distintas, cierto, se bebía, se fumaba e incluso, se decían verdades.La que vivimos el pasado lunes en TV3, no sólo fue un atropello al género periodístico, sino un pulso al sentido común de los que nos consideramos demócratas, entre otras cosas, porque algunos sólo hemos vivido en democracia.

 
Ya intuí pocos minutos antes de que comenzara, como muchos otros, que habiendo escogido previamente las temáticas, los periodistas, la cadena e incluso el lugar, no iba a ser una noche de sorpresas incómodas, sino más bien un mitin político acompasado por frases entre signos de interrogación. No podía ser de otra forma. En Cataluña hace tiempo que el editorial conjunto se ha apoderado de los que atesoran la capacidad de contar las cosas. Como si de una pandemia se tratase, la uniformidad ha infectado y destruido la única arma de la que dispone esta profesión, la crítica. Cuando un presidente de un gobierno se siente cómodo en una entrevista, la propaganda gana y el periodismo pierde por goleada.
 
“Yo no cerraré TV3”, dejó claro Artur Mas cuando le preguntaron por los vecinos valencianos. Creo que nadie esperaba una respuesta diferente. ¿Dónde podría hacer, sino, sus entrevistas a medida? ¿A quién se le ocurriría prescindir de un brazo mediático que no es más que una extensión de su ideología? Y es que en el oasis mediático catalán es común la inversión del orden de los factores y son los políticos los que deciden las 5W famosas del periodismo, esto es: el ‘qué’, el ‘cuándo’, el ‘cómo’, el ‘dónde’ y por supuesto, el ‘quién’. Por cierto, Oriol Junqueras se ha quejado horas después invocando el ‘yo también quiero’. No se preocupe, estoy convencido que le harán un hueco.
 
Pronto llegaron las lecciones de democracia. Curioso que el inventor del ‘derecho a decidir’ tache de antidemócratas a los que respetamos las reglas del juego que decidimos entre todos. Pero así fue, de la mano del: ‘No nos dejan votar’, como si la democracia fuese que cada uno decida sobre todo, o sobre nada. Hasta el más enemigo del sistema democrático, sabe que éste se debe a un ordenamiento jurídico, que, por cierto, contiene sus propios mecanismos para modificarse. Sin embargo, al President no le interesa que sus diputados en las Cortes -que pagamos todos y que, a diferencia de otros países, se permite su presencia pese a ser independentistas- debatan la cuestión en clave democrática y negocien modificar la Constitución. Si Mas y los suyos quisieran realmente un proceso viable, la pregunta hubiese sido otra, por lo que empiezo a sospechar que lo que verdaderamente se persigue no es la celebración de una consulta legal, sino la ruptura de la sociedad y una negativa que echaría más leña al fuego al victivismo separatista.
 
“En Madrid el Gobierno no nos deja”. Como si la Constitución dependiese de la política o de las tierras, el nacionalismo ha tratado de relacionar la negativa a la consulta con un territorio -Madrid- o con un gobierno -PP-. Sin embargo, la realidad es que el único opositor que existe,no es ni una meseta, ni un partido político que se ha dedicadoeternamente a pactar con los nacionalistas para asegurarse sus mayorías,sino la Constitución española, aquella que los mismos que hoy pretenden destruirla aceptaron en su día con el 90,46% de votos a favor. ¿Habrá elecciones anticipadas? Tiene toda la pinta. “No quiero contestar porque sería mostrar mis cartas” contestó Mas siguiendo a pies juntillas los pasos del ‘Plan Ibarretxe’ que supuso la tumba política de su artífice.
 
Llegó el turno de Europa y el President se encargó de reconocer los grandes valores de democracia, tolerancia y diálogo que han caracterizado al continente y a sus instituciones. Se olvidó, sin embargo, del valor más importante que da incluso nombre al organismo, ya saben, la unión. Ese concepto que rige también en las constituciones más importantes del mundo como la americana y la alemana y que el nacionalismo catalán considera como enemigo de la democracia. Llegaba la entrevista a su fin y se empezó a hablar de los ‘problemas residuales’ de Cataluña: el paro, la economía, la sanidad y las prestaciones sociales. Se hizo el silencio. “Dedico el 90% de mi agenda a la economía”, aclaró el President. Ni siquiera la compañera de TV3 pudo morderse la lengua y en un ataque de desobediencia le espetó: “No se nota mucho”. El President continuó con su porcentaje e incluyó sus viajes de ’20.000 leguas independentistas’ como desplazamientos en aras de la economía catalana. Me entró la risa floja. “¿Y de la corrupción, se habló?”, me preguntaban los que no la vieron. Sí, se habló, prácticamente no llegó a los 60 segundos y la conclusión fue que: “Somos el gobierno más transparente”. Con diputados de su partido implicados en tramas y con su propia sede embargada por el 'caso Palau' el surrealismo alcanzó su máximo clímax.
 
Como decía al principio, las entrevistas ya no son como las del maestro Joaquín Soler Serrano. Ni siquiera cuando entrevistó al genio de Figueres, Salvador Dalí, se había visto tanto surrealismo en televisión.

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