Notas de Prensa

Del balón a la nación

10-09-2013 | El Diario Montañés

Los aprendices de brujo de Convergencia y Unión no dan puntada sin hilo y quieren la conexión de la consulta escocesa con su calculada acción

Ya Ortega y Gasset lo dijo 

hace de años un montón: 

en el tiempo de las masas 

nos cayó la maldición 

de que las modas y juegos, 

lo irracional, la pasión, 

tienen mayor influencia 

que la quieta reflexión. 

Ya no son los militares 

el brazo de la nación, 

pues los han sustituido 

los que chutan el balón: 

recuerden de Maradona 

la manual intervención 

considerada venganza 

contra la pérfida Albión. 

De aquí viene la insistencia 

de Artur Mas y su facción 

por tener independencia 

también en la selección. 

No es capricho ni bobada, 

sino calculada acción 

para tener en el mundo 

digna representación 

que declare la existencia 

de su artificial nación 

ante un planeta ignorante 

de su falsificación. 

También José Ángel Iríbar, 

el cancerbero vascón, 

ya dijo que era importante 

una legitimación 

deportiva que apoyara 

la nacional construcción. 

Ahora están los escoceses, 

y su jefe Alex Salmón, 

pensando en 2014 

hacer una votación 

que coincida, por motivos 

de patriótica pasión, 

con los juegos deportivos 

que tendrán a la sazón 

escoceses contra ingleses, 

¡pintiparada ocasión! 

Los aprendices de brujo 

de Convergencia y Unión 

no dan puntada sin hilo 

y quieren la conexión 

de la consulta escocesa 

con su calculada acción: 

primero, porque ese año, 

según dice su ficción, 

es el tercer centenario 

de la española invasión 

en la sucesoria guerra 

que pintan de secesión; 

y además porque se apuntan 

al eco y la difusión 

que tendrá por todo el mundo 

la escocesa decisión. 

Pero al mismo tiempo temen, 

y miden con precaución, 

que las británicas urnas 

plasmen una negación 

y la cosa se contagie 

y cause una deserción 

en las almas catalanas 

tan enfermas de emoción, 

de rencores y de odios 

frutos de la educación 

maliciosa contra España 

y la eterna agitación. 

Pero si esto de inventarse 

la catalana nación 

necesita, como admiten, 

tanta manipulación, 

¿no será que no es muy digna 

de crédito y atención 

de las masas agitadas 

la envenenada opinión? 

Pero aquí este juntaletras 

concluye su reflexión, 

pues se huele la condena 

de la Santa Inquisición. 

 

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