En el discurso, propugna “un cambio de mentalidad del país”. Ya empezamos mal, Sr. Mas. Usted no representa nada más que la continuidad de lo que nos está llevando a la ruina. Afirma que suprimirá el impuesto de sucesiones y donaciones y que reducirá un 20-25% la estructura de la administración, así como que diseñarán un marco fiscal favorable para incentivar la inversión de las empresas. Como decíamos, planteamientos evidentes con una pizca de electoralismo populista. Después de afirmar esto, comenzó su discurso nacionalista, el mismo que nos está llevando a perder los inversores que tanto reclama. Algunas de las florituras que espetó en este sentido fueron que “la España de hoy no es atractiva y no cumple sus compromisos”. No se da cuenta, la España que tenemos hoy es fruto precisamente de la dependencia que ha tenido la Moncloa con las fuerzas nacionalistas para tenerlos contentos a base de cheques en blanco. El próximo episodio en este sentido lo tendremos en el apoyo del PNV a los discutidos PGE del PSOE. Son los nacionalistas que por mirarse sólo el ombligo provocan que la sociedad y la economía no avancen. Su érroneo análisis continuó abordando el tema del paro. La solución al mismo que propone es “incrementar el valor de la empresa y su función social (...), sin esto es imposible recuperarnos del 18% de paro, que es del 40% entre los jóvenes”. Craso error, Sr. Mas. El motivo principal de que en Catalunya tengamos el crecimiento de paro más fuerte entre los jóvenes es debido a las políticas nacionalistas. ¿Cómo van a contratar las empresas a personal que apenas sabe expresarse en Castellano? ¿Cómo van a incorporar personal que al escribir en Castellano hacen faltas de ortografía que lesionan la vista? De lo que no habla Artur Mas es de un cambio en la educación y desde C's vemos que este y no otro debe ser el pilar para hacer una Catalunya bilingüe y competitiva. Pero no terminó aquí su discurso anclado en el pasado, el mismo que el de hace 30 años. El mismo que ha hecho que Catalunya ya no sea la que era. Afirmó que “los grandes poderes del Estado han cerrado la puerta”, lo que obliga a hacer una transición hacia “otro rumbo” porque “Catalunya no puede renunciar a su progreso como país, como sociedad y como nación” ya que “España no respeta el voto del pueblo de Catalunya”.Aquí vemos al auténtico Sr. Mas: el nacionalista, el excluyente y el que tira la piedra y esconde la mano. Cuando se refiere a que los grandes poderes del Estado le han cerrado la puerta, se refiere al Tribunal Constitucional, el mismo que hace posible que vivamos en un país libre y democrático. Cuando afirma que no se respeta el voto del pueblo de Catalunya, se refiere al mismo Estatut que no votó ni el 50% del electorado Catalán. Cuando se refiere a que va a hacer una transición hacia otro rumbo, no sabemos exactamente cuál es, pero esperamos que no sea rumbo a la deriva. Todo ello sin olvidarnos que a día de hoy, su partido y la Generalitat se saltan a la torera la sentencia del TC .