Notas de Prensa

Ha llegado el momento de romper el silencio

30-10-2012 | e-notícies

Buena parte de la población catalana que no ha comulgado con el nacionalismo y su visión monocolor de la sociedad catalana pero que se ha mantenido en silencio

A los 3 minutos y 2 segundos del vídeo realizado para la campaña electoral del 25-N por parte de Ciutadans (el cual fue presentado en primicia ante 700 asistentes en el teatro Condal de Barcelona), Juan Carlos Girauta dice una frase en catalán que es toda una declaración de intenciones: "ha arribat el moment de trencar el silenci. Ha arribat el moment de parlar. Ha arribat el moment de dir la nostra opinió en tots els fòrums i en totes les situacions de la vida social quotidiana, a la feina a casa...s'ha acabat el silenci".

Efectivamente, buena parte de la población catalana que no ha comulgado con el nacionalismo y su visión monocolor de la sociedad catalana pero que se ha mantenido en silencio, viviendo su día a día en la Cataluña real ha comenzado a hablar. Lo dije en un artículo anterior con motivo de la concentración en Plaza Cataluña convocada por plataformas civiles ajenas a los partidos políticos: "no es tan importante el número de asistentes a la manifestación como el hecho que por primera vez, gente normal, la "Common people" que diría aquel grupo británico llamado Pulp, gentes totalmente democráticas que hasta ahora nunca habían tenido que salir a la calle para decir que el principio de unanimidad, por el cual el nacionalismo y sus altavoces mediáticos hablan de que Cataluña es un clamor independentista, no es cierto." La concentración del 12 de octubre como inicio de rotura del silencio...y del complejo.

No es fácil la tarea. Treinta y dos años de gobiernos nacionalistas intentando controlar cada uno de los aspectos de nuestra vida cotidiana: programas escolares, medios de comunicación, estructuras empresariales...en fin, poco menos que la moralidad de los ciudadanos catalanes con un profundo efecto narcótico, no se puede deshacer en un mes. Esto que digo no es baladí ni casual, es fruto de un profundo trabajo de largo recorrido que nace hace ya unos años. Es curioso comprobar como las hemerotecas pueden resultar demoledoras a la hora de entender unos hechos. El azar, la casualidad, lo paradójico es que justamente el hoy director del diario catalán que recibe cuantiosas subvenciones por parte del gobierno CIU para que luego se repartan esos mismos diarios gratuitamente en cercanías Renfe; el director del diario que anteayer, día 28 de octubre de 2012, publicó un editorial de claro pago de protección feudal del Conde al Señor que le protege con las contrapartidas económicas a costa del erario público; escribía en El País un artículo hace también ayer justo 22 años en el cual denunciaba un informe que manejaba el gobierno Pujol para poco a poco ir infiltrando el nacionalismo en todos los ámbitos sociales de modo que sembrando correctamente se cogerían buenos frutos a la larga. Bien podría decirse como decía aquella canción "como hemos cambiado" o el título de la película bien podría ser "Por un puñado de subvenciones".

Romper el silencio y el complejo al que me refería requiere de la intervención de esa gran parte de indecisos que seguramente son los que no votan en las Elecciones Autonómicas pero que sí lo hacen en las Generales. Lo que teme CIU y su aparato propagandístico es que la participación sea alta pues una participación alta históricamente ha movilizado al voto que el nacionalismo y acólitos llaman "unionista" y, en consecuencia, ha provocado siempre mayorías "unionistas" relegando a los nacionalistas. La manifestación del 12-0 pero en especial la que en las redes sociales se empieza a cocer para el 6 de diciembre, día de la Constitución, puede que actúe de acicate para reafirmar una vez más que se ha acabado el silencio.

Pero hasta en esto los tiempos han cambiado. En este momento se antoja difícil que uno de los partidos que se encuadraba en el unionismo se sume al él. Parece que cada vez es más difícil que el histórico votante que en Elecciones Generales votaba PSOE sea capaz de hacerlo en masa por el PSC en las próximas autonómicas. Llevo mucho tiempo advirtiendo que el PSC está condenado a desaparecer fruto de su complejo de Dr Jekyll y Mr Hyde. Nunca hemos estado tan cerca. Basta haber asistido al espectáculo dado por Bono y Rubalcaba y la respuesta de Daniel Fernández en el día de ayer. Jordi Cañas, diputado en la pasada legislatura por Ciutadans y nº 2 por Barcelona para las elecciones 25 de noviembre decía, y creo que acertadamente: "el PSOE debería romper relaciones con el PSC". Antes que esto suceda, tengan a buen seguro que el PSC invocará a su "Espíritu Juanito" particular, ese que le ayudaba a llenar el Palau Sant Jordi años atrás (hoy sería imposible). Invocará a Felipe González y a alguno más de la época dorada del socialismo a que venga a hacerse la foto a Barcelona. Sucederá como le sucede al Real Madrid cada vez que invoca el espíritu de aquel magnífico jugador que de tanto usar ese comodín acaba ya por no tener efecto. Lo que no ganas en el campo no esperes que te lo resuelvan los espíritus.

Es por ello que estoy convencido que la sorpresa de estas elecciones para muchos será Ciutadans. Pese a contar con uno de los presupuestos más austeros de cara a la próxima campaña electoral va encuesta tras encuesta al alza. Las encuestas son solo encuestas, generadoras de tendencia o incluso de opinión como decía Miquel Iceta y que tanto gusta repetir a Xavier Rius pero nos dejan entrever cosas. Las alarmas se encienden en CIU que no parece alcanzar la mayoría absoluta. Unos ven la botella medio llena: el voto soberanista es mayoritario. Otros vemos la botella medio vacía: queda mucho partido que jugar, no queríamos jugarlo pero nos obligan y si nos obligan lo jugaremos dentro de las reglas de juego que marca la democracia y nuestra Constitución y estamos dispuestos a ganarlo.

Los soberanistas van venciendo....solo de momento. No tenemos espíritu Juanito pero si un motivo para ser optimistas: no votan espíritus, votan personas las cuales piensan que se ha acabado el silencio.

 

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