07-07-2009 | Terrassa.net

La tentación de seguir en el poder hace que el PSC siga invirtiendo en cuestiones esencialistas tal y como lo hacen los nacionalismos, mientras el PSOE mira para otro lado.

Entre otras cosas, no menos importantes, la LEC va de imposición lingüística. El PSOE mira para otro lado ante la aprobación de una Ley de Educación catalana que mantiene una discriminación positiva hacia el catalán en la enseñanza que Ciutadans sigue denunciando porque impide la libertad de elección. No responde a un clamor popular, es la imposición de unas élites catalanistas que hacen de su capa un sayo mientras la ciudadanía sigue sin percibir la cuestión como un problema de futuro.

En Galicia y en el País Vasco los modelos de inmersión obligatoria se han acabado (en sintonía con las recomendaciones del Parlamento Europeo, y del sentido común), el PSOE parece que no tiene nada que decir al respecto mientras sus compañeros del PSC dan otro pasito en términos de construcción nacional como un partido soberanista más (independentista). A simple vista pareciera que el PSOE navega entre contradicciones, pero la vista engaña, lo que une esas posiciones es un genuino ejercicio de democracia, y eso es algo que debemos compartir todos pensemos como pensemos. Pero claro, resulta que ese ejercicio democrático en Cataluña va por la vía de hacer de esta comunidad autónoma un país y eso, en términos ecológicos, es insostenible. A medio y largo plazo chocará con la Constitución tarde o temprano, y antes o después de que esa gran mayoría que se siente tan española como catalana sea “agredida” en su ámbito identitario de una forma más severa.

La tentación de seguir en el poder hace que el PSC siga invirtiendo en cuestiones esencialistas tal y como lo hacen los nacionalismos, el PSOE mira para otro lado porque no le interesa tocar lo que parece que no funciona mal, pero, como ocurre con la contaminación y la naturaleza, el legado que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos estará envenenado.

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