20-06-2014 | La Voz Libre

No hay nada más importante que una idea a la que le ha llegado su tiempo, y hoy es el tiempo de Movimiento Ciudadano, de los Ciudadanos

 El 26 de octubre de 2013, un joven político español llamado Albert Rivera decidió poner en marcha el plan urdido días atrás con el objetivo de salvar a su país y rescatarlo de las garras de una especie de casta que lo tenía secuestrado. Un país confinado más allá del territorio que bordea la desilusión y custodiado por fieros orcos con pieles de cordero.

 

Llegó el día de la presentación del compromiso de Movimiento Ciudadano y, con él, la primera sorpresa. A su convocatoria aparecieron más de mil setecientas almas dispuestas a sumarse a la acción, comprometidas con el #Muévete al que les retaba el presentador. Despertando a cada intervención, asintiendo a las muestras de sensatez de cada discurso, vibrando cuando Albert Rivera decidió venirse arriba definitivamente conminando a los presentes a participar juntos de la "Esto es la conjura del Goya. No me sigáis, acompañadme", les ánimo después. La complicidad ya estaba creada y todos juntos aprobaron tácitamente con sus aplausos el camino. Yo también era uno de ellos.

 

Rivera esbozó un diagnóstico sobre los males estructurales que nos atenazaban como sociedad. Una sociedad a la que el sistema electoral la condena a soportar a los partidos clásicos, antiguos, incapaces de cambiar, que ven consumida su credibilidad por la falta de democracia en sus filas, por estar infectados de corrupción y clientelismo. Rehenes del sistema financiero al que le deben cerca de doscientos millones de euros entre los tres de siempre. Partidos clásicos que un día decidieron conquistar espacios propios de otros poderes o de la sociedad civil. Partidos clásicos, antiguos, incapaces de controlar el crecimiento de las administraciones que gestionaban. Malos gestores de lo público, tirando muchas veces con pólvora del Rey, lo que no les preocupaba dado que nunca han asumido la responsabilidad de tener rendir cuentas. Partidos antiguos cuyos líderes prefieren pelearse entre ellos antes que ocuparse de los ciudadanos, quienes "hartos" del famosos "y tu más..." contemplan siempre atónitos como después de cada nueva marrullería e insulto proferido sus autores les miran con cara de "que buenos somos, que bien lo hacemos". El cambio urgía y Albert Rivera, decidido a vencer la guerra y consciente de que en el camino se perderán batallas, habló con otro pequeño grupo de audaces y les invitó a sumarse como caballeros a su proyecto. Y no le costó mucho trabajo convencernos porque en nuestro día a día ya demostrábamos estarlo. Fue fácil al compartir los mismos ideales y la misma determinación de que debíamos hacer algo.

 

Y así fue como se constituyó el Grupo Impulsor de Movimiento Ciudadano. Nuestra razón el sentido común, nuestra única arma la fuerza de los discursos, nuestra principal motivación resolver el futuro de nuestro país y de sus hijos. Nuestro referente ese joven formado y preparado para acometer las mayores empresas. Como por ejemplo, presidir un país. Porque con este joven catalán de madre malagueña sucede lo mismo que en su día con Públio Cornelio Escipión "Escipión el africano", cuando reunido con los senadores que dudaban sobre si tenía la edad suficiente para tamaña empresa, dado que no cumplía ni la mínima para ser General, les dijo "que culpa tengo yo de no haber nacido antes...". Poco después fue el único general romano que venció a los cartagineses de Aníbal.

 

Y con Albert Rivera sucede parecido... Dado que huye de populismos provistos de la Fortuna que definía Maquiavelo como "rápida, caprichosa, azarosa, que igual que viene se va", prefiriendo usar la Virtud que como también definía el autor de "El Príncipe" "es más lenta, pero mucho más firme y sin marcha atrás"

 

Barcelona, Valencia, Sevilla, Coruña, Málaga... También fueron siendo conquistadas por la ilusión desbordada en todos los actos que pusieron el cartel de completo a su aforo. La plataforma civil crecía día a día. Había llegado el momento de concretar nuestras propuestas, de hacerlo entre todos, y por eso se nombraron a cinco personas encargadas de coordinar el borrador de cada uno de los documentos. La reforma de la Ley Electoral, la transformación de los partidos para convertirlos de nuevo en herramientas útiles para la sociedad, revivir a Montesquieu para garantizar la división de poderes, reformar la administración para hacer envidiable y viable el estado de bienestar, fomentar un pacto por la educación capaz de servir a varias generaciones sin el vaivén de cada nueva legislatura. Cinco grandes reformas, cambios estructurales imprescindibles, para que nuestro país pueda dar el salto definitivo de calidad social y democrática. Y en eso estamos, y no hemos descansado siquiera en el tiempo en el que quinientos mil españoles nos otorgaron su confianza y decidieron que Javier Nart y Juan Carlos Girauta debían defender también estos principios en el Parlamento Europeo. Hoy con la alegría del respaldo recibido, con el ánimo redoblado, llegamos al momento culminante, que no es otro que el de abrir a la participación los documentos elaborados para que los casi setenta mil firmantes del manifiesto de Movimiento Ciudadano puedan realizar sus aportaciones.

 

Por eso tu no puedes faltar a la cita de este sábado 21 a las 11 de la mañana en el Teatro Compac en Gran Vía 66, en Madrid. Aquí presentaremos el borrador de nuestras propuestas, elaboradas también desde las aportaciones de muchas personas que han querido contribuir, ahora es tu turno para la acción en la confección de nuestra propuesta definitiva. Y estamos seguros de que puedes ayudar a enriquecer con tu granito de arena la propuesta colectiva.

 

Y utilizando una de las frases que Albert ha puesto de moda, diré, que no hay nada más importante que una idea a la que le ha llegado su tiempo, y hoy es el tiempo de Movimiento Ciudadano, de los Ciudadanos, así que #Muévete y #Participa con tus aportaciones, para conseguir todos juntos, que tengamos una España mejor, una ciudadanía feliz.