Notas de Prensa

Nico Ortiz: 'La Plaza 'Dones del 36' y la guerra de banderas... ilegales'

22-08-2009 | Federación de C's en Barcelona ciudad

Crónica del acto de inauguración de la plaza 'Dones del 36' en el distrito barcelonés de Gracia. Acto que se convierte en una recreación histórica del 36, que es de lo que va el acto. A palo limpio.

 

Martes 18 de agosto. Con un calor insoportable en Barcelona y en plena Fiesta Mayor de Gracia, en el barrio se disponen a inaugurar una nueva plaza, insulsa y fea como la mayoría. No sé si tan insulsa e inexpresiva como el nombre que endosan, “Dones del 36”. Supongo que ya estarán buscando emplazamiento para otra plaza fea e insulsa con el nombre de “Homes del 36”. ¿No habíamos quedado que éramos todos iguales y sin discriminaciones? Por lo visto, ya incluso se discrimina entre las mujeres, porque evidentemente aquí no se rinde homenaje a todas las mujeres del 36.

Hasta ahora todo sigue el guión del catalanismo político autodenominado de izquierdas, de elogiar un tiempo pasado que acabó siendo nefasto para el país. Niños disfrazados de no sé qué por aquí, protestas de no sé quién por allá, pero lo importante pasará en el estrado. Un estrado para los oradores y, para presidir el acto, simbólicamente, una bandera catalana y una republicana, ésta última la única enseña nacional española que está permitido poner en estos lares. Hasta que llega el presidente del Distrito de Gracia y (con un par) piensa que hasta aquí hemos llegado y que ni republicana ni leches y coloca encima una “estelada”; que la bandera republicana es también española y eso es inadmisible en Gracia. La calle es mía, Gracia es mía. Para eso soy el presidente (no piensa ni por un segundo que el cargo que ostenta tan patéticamente como puede y le dejan es sólo honorífico y sin tarea ejecutiva alguna.

Pero en el acto entra en acción un concejal de IC-V, por lo visto el único republicano con mando en plaza, y quita la “estelada” que tapaba la tricolor y se arma una trifulca. Ahora que parecía que las fiestas estaban siendo más pacíficas de lo habitual, toman el relevo desde el Ayuntamiento y montan la tangana unos cargos electos. Desprecios, amagos y actores secundarios separando a los contrincantes. No se dan cuenta, pero están a punto de hacer una recreación histórica del 36, que es de lo que va el acto. A palo limpio. Pero como casi nunca llega la sangre al río, por arte del entente la inauguración acaba con tres banderas colgadas, a saber: la “estelada”, la tricolor de la República Española y la de Cataluña... que pasaba por allí.

Conclusión: de todas las banderas oficiales del Distrito, que son cuatro (España, Cataluña, Barcelona, Gracia), aquí solo hay una, pasándose por el arco del triunfo las otras tres y colándose en el esperpento oficial dos de las tres que sólo sirven para manifestaciones o para salir en TV3.

El personaje en cuestión de toda esta farsa es un tal Ricard Martínez, concejal presidente del Distrito de Gracia y uno de los hispanofóbicos más conocidos del Ayuntamiento. Es el mismo que con inusual desparpajo tanto llama a la Guardia Civil fuerzas de ocupación extranjeras en Cataluña como se niega a colocar la bandera española de la sede del Distrito. Por lo visto, por allí por donde él pasa, la bandera constitucional de España desaparece. La obligatoriedad legal de que esa bandere ondee en los edificios oficiales la conoce sobradamente, pero ¿sabrá también que, según las encuestas, que ellos mismos realizan, solo el 12% de los barceloneses dice no sentirse español? Tiene impunidad política para saltarse las leyes.

La pregunta que nos deberíamos hacer es a qué se debe que en el distrito barcelonés de Gracia, un personaje como éste llegue a tales cotas de poder cuando su partido, ERC, en las últimas elecciones municipales de 2007, fue solo la cuarta fuerza más votada (y superando en apenas 100 votos al Partido Popular).

La única respuesta la debemos buscar donde siempre, que es en el PSC y su absoluta falta de compromiso con las leyes y sus ciudadanos. Tolera la intolerancia y discrimina todo aquello que no le comporte la continuidad en el 2011. Administra el apaciguamiento para tener la fiesta en paz sin ser capaz de imponer las normas que democráticamente nos hemos impuesto y decirle al señor Martínez que ya está bien la broma y que se vaya a su casa. No se ve en el PSC la misma voluntad de los socialistas vascos que, además de no demonizar al PP, han comenzado a desalojar de la vía pública y de las instituciones a los intolerantes que no acaten las leyes.

Nico Ortiz, miembro del Area de Política Municipal de la Federación de Barcelona (ciudad).

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