Noticias

Jordi Cañas: "Feijóo ya ha traicionado a sus votantes del 12-M en solo tres semanas"

05-06-2024 | El Mundo

Cañas cree que el espacio político de centro liberal es tan necesario en la Eurocámara como en España, donde "las mayorías no las pueden determinar los independentistas o Vox"

Jordi Cañas (Barcelona, 1969) lidera un partido cuyo futuro depende del resultado del 9-J. Tras desaparecer de las Cortes Generales y de todos los Parlamentos autonómicos, Ciudadanos aspira a conservar, al menos, un representante en Europa, donde logró siete escaños en las elecciones de 2019 como tercera fuerza con 2,7 millones de votos.

 

¿Seguir en la Eurocámara es la única vía para que Cs pueda rearmarse como proyecto nacional?

Nos planteamos el 9-J como unas elecciones europeas, esto no va de Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo como quieren hacernos creer el PSOE y el PP. Pero es cierto que seguir en el Parlamento Europeo puede ser un mensaje de que Ciudadanos vuelve a la política nacional. Es un buen momento para poner en valor el extraordinario trabajo que hemos hecho en Europa desde 2014 y también desde nuestra fundación en 2006.

Ese inicio fue en Cataluña, donde en menos de siete años han pasado de ganar unas elecciones con más de un millón de votos a conseguir únicamente 22.000 y quedar fuera del Parlament el 12-M. ¿A qué lo atribuye?

A un cúmulo de factores. En 2017, fuimos el gran depositante de la confianza en el momento más oscuro de la política catalana y diría incluso que de la española en democracia. Éramos el lugar de refugio de quienes tenían miedo de lo que estaba pasando en Cataluña y de lo que podía pasar. Pero, paradójicamente, somos a la vez el recuerdo de eso. La actitud de muchos partidos de intentar pasar página y decir que aquello no sucedió provoca que la sociedad tienda a olvidar, como lo hacen las personas cuando tienen una experiencia traumática.

Tras las europeas de 2019, el PP, especialmente, ha ido absorbiendo el espacio electoral de Cs y las encuestas pronostican que es lo que puede pasar el domingo.

En la campaña de las catalanas, dijimos que Feijóo volvería a traicionar a sus votantes, muchos de los cuales venían de Ciudadanos, y no ha tardado ni tres semanas en hacerlo. Creo que el tiempo volverá a darnos la razón y que se nos reconozca como un partido que no defrauda ni renuncia a lo que es por alcanzar el poder.

Usted ha batallado en Bruselas y Estrasburgo contra una amnistía que dice que acabará beneficiando al PP.

Sí, el PP grita mucho con la boca pequeña porque le interesa poder contar con Junts en una geometría variable para llegar al Gobierno. Pero es una historia que ya la hemos vivido más de una vez. Al PP y al PSOE lo único que les importa es acceder a La Moncloa y han hecho y harán todo lo que esté en sus manos para lograrlo, como pactar con golpistas.

¿Cree que lo único que podría impedir esa tendencia es la consolidación de un partido bisagra?

Al igual que en Europa, en España es necesaria una fuerza de centro liberal como Ciudadanos, porque las mayorías no pueden estar determinadas por aquellos que quieren romper España. Y tampoco por quienes quieren codificar la realidad nacional y los valores de la libertad para convertir a muchos ciudadanos en no normativos y dejarlos fuera, como hace Vox, que tiene un planteamiento casi preconciliar que lo diferencia mucho de la ultraderecha europea y nos retrotrae a hace tres o cuatro siglos. El laicismo de Marine Le Pen choca contra el meapilismo de Vox. Desde los extremos no puede haber un proyecto de futuro y por eso es necesario un partido liberal progresista, que ocupe un espacio limitado, sin ambicionar ser una fuerza de mayorías y que ponga el país por encima de sus expectativas electorales.

¿Por qué ese espacio político parece maldito en España?

Porque tenemos una ley electoral que no tiene ningún sentido en 2024, más que maximizar los resultados de las dos primeras fuerzas y de quienes quieren romper España. Penaliza a aquellos partidos que están por debajo del 10% de los votos, sobre todo en torno al 6 o al 7%, que se quedan fuera en muchas provincias y es cuando empieza el mantra del voto útil. Este pensamiento se ha instalado incluso en unas elecciones como las europeas, de circunscripción única. Pero, entre votar a Ciudadanos y que no obtenga representación y hacerlo por el PP y que te mienta, yo votaría millones de veces a Cs.

Siempre han presumido de haber forzado la expulsión del PDeCAT del grupo liberal ALDE de la Eurocámara.

Sí, sacamos a patadas a Convergència por corruptos. Entre todos los motivos por los que merece la pena volver a conseguir representación en Europa también está el de mantener fuera de este espacio al partido de Carles Puigdemont.

Volviendo a la amnistía, es posible que su aplicación acabe en instancias judiciales europeas. ¿Qué recorrido cree que puede haber con temas como la malversación?

El recorrido político es evidente, ya que atenta contra principios y valores europeos. En Europa es inconcebible que unos delincuentes diseñen una autoamnistía como condición para la investidura de un presidente y lo consigan con siete votos. Es una auténtica aberración. Además, hay temas que son derechos europeos, como la malversación vinculada a fondos comunitarios y un probable delito de alta traición por la injerencia rusa en el proceso independentista. Esperamos que la Comisión siga pidiendo información al Gobierno de España y después el Tribunal de Justicia de la UE deberá determinar si se está vulnerando el marco comunitario, que estoy convencido de que es así. Aunque ahora deberíamos estar confiando en el TC, que tendría que ser el garante de que nadie viole el orden constitucional, pese a que parezca que Cándido Conde-Pumpido actúa al dictado de Sánchez. Si hasta el propio ex ministro socialista de Justicia [Juan Carlos Campo] dijo por escrito que era inconstitucional...

El PP acaba de proponer que se cree un delito europeo de traición. ¿Qué opina?

Hay que distinguir entre propuestas y ocurrencias. Y esto es una ocurrencia después de una metedura de pata de Feijóo, que es como Sísifo, que todo lo que sube lo pierde. Es demasiado burdo como para tomárselo en serio.

Junts y el Govern de ERC descalificaron el lunes el informe que hizo la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo sobre la inmersión lingüística en las escuelas catalanas, contra la que ustedes hace años que luchan.

Y seguiremos haciéndolo porque es un modelo que cercena derechos fundamentales de los menores y sus familias. Pueden decir misa, a nadie le gusta que le vean las vergüenzas y eso es lo que ha pasado con el informe. Los eurodiputados de la misión de observación que vino a conocer este sistema monolingüe, cuyo único objetivo es la expulsión de un idioma oficial, salieron escandalizados.

¿Cómo valora la solicitud del Gobierno de que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas oficiales en las instituciones europeas?

Esos que están tan preocupados por la oficialidad del catalán que empiecen por garantizar la oficialidad del español en las aulas y entonces ya veremos.

Usted llevó al Parlamento Europeo y a la Comisión el 'Delcygate', episodio que afecta al ex ministro José Luis Ábalos por su encuentro en Barajas con la vicepresidenta de Venezuela vetada por la UE y que vuelve a ser actualidad a raíz del 'caso Koldo'.

Esperamos acontecimientos judiciales porque España mintió a los Estados miembros. El ministro Fernando Grande-Marlaska dijo que Delcy Rodríguez no había pisado el espacio Schengen y no solo lo pisó, sino que fue recibida por Ábalos de una forma muy amistosa, como la que profesa José Luis Rodríguez Zapatero a un dictador asesino confeso como Nicolás Maduro.

 

Lee la entrevista completa en El Mundo

Volver