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19-03-2012 | E-Notícies

Una Constitución con influencia catalana

Este 19 de marzo se conmemora el bicentenario de la primera Constitución Española. Tal día como hoy se producía uno de los cambios en el status social de los españoles más significativos de su historia: los españoles pasaban a ser ciudadanos y dejaban de ser súbditos.
Una Constitución moderna que dio libertad de imprenta (algo que hoy sería impensable en nuestra democracia el hecho de no tenerla), que fomentó la idea de una escuela en cada pueblo para ir abandonando el analfabetismo, que dio carta de ciudadanía, que abolió la Inquisición o que instauró la separación de poderes...aspectos que hoy nos parecen esenciales pero que en aquel tiempo fueron conceptos casi revolucionarios por lo novedoso de su planteamiento.
Por consiguiente, creo que es un día para recordar y conmemorar. Y recordar también en Cataluña donde 17 diputados catalanes aportaron su granito de arena para elaborar lo que en su día fue una Constitución y la tercera tras la de Estados Unidos y Francia.
Hoy seguramente en Cataluña las corrientes oficialistas silenciarán que en Cádiz se promulgó una Constitución que aunaba bajo un mismo marco legar a todos los territorios de España fueran peninsulares o de ultramar.
En aquellos días, casi 100 años después del final de la Guerra de Sucesión, uno de los capítulos más manipulados en el imaginario nacionalista catalán; la inmensa mayoría de la población no hablaba de ocupación ilegal, de abolición de derechos históricos, de invasión de competencias. No se hablaba espolio fiscal, de España nos roba, de independentismo...bueno de independentismo sí...del de España en respecto a Francia. Es curioso ver como la historiografía nacionalista pasa de puntillas desde 1714 a hasta casi finales del siglo XIX cuando empieza a surgir el germen del nacionalismo catalán tal y como hoy lo conocemos. Es de suponer que esa historia no merece ser divulgada so pena de mandar al garete todo el entramado histórico de la "transició nacional". En otros lugares del planeta se conmemoran con orgullo actos como el que supuso la Constitución de 1812. Aquí preferimos conmemorar tergiversaciones históricas dándoles el grado de gran agravio contra el pueblo.
Pero la realidad fue tozuda y aquellos diputados catalanes no fueron a Cádiz a pedir un pacto fiscal. Fueron a aunar esfuerzos con el resto de territorios españoles para dar libertades a un pueblo sediento de ella. La aportación de los diputados catalanes, como en otros momentos de la historia del constitucionalismo español, fue notable. De aquellos 17 fuera bueno destacar las figuras de Ramon Llàtzer de Dou i de Bassols, que fue primer Presidente de las Cortes, o de Josep Espiga i Gadea. Se quiera o no había en todos los territorios peninsulares y sobre todo a raíz de la invasión napoleónica un sentimiento de pertenencia a España, no a Castilla, al Reino de Valencia, al Principado de Cataluña... como así lo atestiguan las fuentes de la época.
La Constitución apenas estuvo vigente como es bien sabido. Quizás uno de los monarcas, a mi entender, más infames de la historia de España como fue Fernando VII, unido a las presiones que en aquel tiempo la Iglesia ejerció la finiquitaron. Pero aquella Constitución sirvió de base para muchas que luego se promulgaron en las colonias americanas que alcanzaron su independencia en el siglo XIX y sin duda ha sido la base de las Constituciones españolas posteriores como la que nos rige hoy en día. Episodios de ansiada búsqueda de libertad e igualdad entre todos los ciudadanos que en España nos costó tanto conseguir le dan para mí un gran valor a esta Constitución.
De todos los artículos me quedo con uno que suena a un poco a utopía pero seguramente nació del más hondo sentir de los ponentes en su anhelo de libertad tras años de absolutismo. Hablo del artículo 13: "El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen". Yo lo habría insertado en nuestra actual Constitución también.
Por todo ello, recordando el inicio constitucional español que nos unía por igual a todos los habitantes amparados bajo su jurisdicción yo también grito hoy "Viva la Pepa i Visca la Pepa".

Ángel Guillén, portavoz de C’s en La Garriga
 

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