En este documento planteamos las líneas estratégicas que marcarán la acción política del partido en los próximos cuatro años y hasta la celebración de la próxima Asamblea General. Desde la anterior, en 2017, el partido ha evolucionado y crecido mucho. Ciudadanos se ha convertido en un partido de gobierno. Ahora gobernamos en cuatro Comunidades Autónomas para casi 20 millones de españoles y en muchas grandes ciudades, incluida Madrid. Sin variar nuestros valores, la estrategia política se debe adaptar a una situación que es diferente a la de entonces.
Hoy, cuando la política española vive en la polarización creciente, cuando hay una influencia determinante del nacionalismo y del populismo en el gobierno de España, Ciudadanos es más necesario que nunca. Las ideas que hemos defendido siempre, plasmadas en el manifiesto ideológico del 1 de marzo del 2006, mantienen su vigencia y su actualidad. Decíamos entonces que “muchos ciudadanos están cansados de prestar su voto a unos partidos que dicen no ser nacionalistas, pero que se suman con entusiasmo a la tarea de ‘construir una nación’ con tal de alcanzar el poder”. Ciudadanos nació precisamente para plantar cara al nacionalismo y evitar que las continuas cesiones del bipartidismo profundizaran en la desigualdad entre los españoles.
Hoy, tras las elecciones de noviembre de 2019, nos encontramos precisamente con un gobierno de España que, como advertíamos en 2006, se ha sumado con gusto al nacionalismo y al populismo para alcanzar el poder. Un gobierno que busca dividir a los españoles y que se apoya en el populismo más caduco para gobernar. También es preocupante el auge de otras opciones populistas que niegan la diversidad y pluralidad de la sociedad española, recelan de las sociedades abiertas y atacan abiertamente el proyecto europeo. Para combatir los populismos y sectarismos de ambos lados del espectro político, es necesaria, más que nunca, una opción política constitucional, aglutinadora, centrada, moderada y sensata como la nuestra, con posiciones que buscan unir en vez de dividir y que persiguen la igualdad entre españoles en vez de privilegios de unos sobre otros.
También afrontamos en 2020 un momento clave de transición para Ciudadanos, con la primera renovación de liderazgo de nuestra historia. Esto sucede, además, tras un año en el que experimentamos los mejores resultados hasta la fecha en unas elecciones generales, en abril de 2019, pero en el que poco después, sin variar ni equipo ni programa, sufrimos un fuerte retroceso. Es el momento de renovar nuestro impulso y nuestra energía, analizar la situación, y dar un claro paso adelante en nuestra estrategia política.
Es el momento de Ciudadanos. Debemos continuar desarrollando un papel central en la política española, en un espacio político que quiere aglutinar a los ciudadanos que optan por posiciones sensatas y moderadas, con un proyecto alternativo de gobierno para toda España, buscando acuerdos entre constitucionalistas y tendiendo puentes siempre en beneficio de la ciudadanía. A la vez, debemos continuar siendo un dique frente al nacionalismo identitario y al populismo que busca dividirnos y enfrentarnos.
Frente al desafío nacionalista, el concepto de ciudadanía es más importante que nunca. De nuevo cabe recordar, en los mismos términos, lo que decíamos en nuestro documento fundacional de marzo de 2006: “Los territorios carecen de derechos. Sólo tienen derechos las personas”. Ciudadanos, desde entonces no ha cesado en defender un proyecto basado en los derechos y libertades de las personas, en el nexo de unión que suponen los principios y valores recogidos en el pacto constitucional, y no en base a identidades de las personas.
Desde Ciudadanos estamos firmemente comprometidos con los derechos y libertades por encima de las identidades excluyentes, apostamos firmemente por la convivencia entre diferentes, con el fortalecimiento del estado del bienestar y con el modelo constitucional vigente, por ello reivindicamos más que nunca nuestro espacio político:el centro liberal progresista.
Frente al auge de los populismos de izquierda y derecha que quieren enfrentarnos y dividirnos, defendemos la democracia liberal y las sociedades abiertas y plurales, con menos barreras y más derechos y libertades. Defendemos la igualdad de oportunidades, el fortalecimiento del Estado del Bienestar, la regeneración democrática, la libertad económica, la lucha contra el fraude y contra la corrupción. Queremos una España moderna, abierta, europeísta.
Luchamos por una política útil, aquella que hace avanzar a la sociedad desde las instituciones y que resuelve problemas reales de los ciudadanos, en vez de crear nuevos problemas como hacen los nacionalismos y los populismos. Creemos en la evaluación de las políticas públicas, la transparencia y la rendición de cuentas de los gestores públicos. Aspiramos a ser un partido que ofrezca alternativas novedosas para hacer frente a los problemas a los que las viejas recetas del bipartidismo que no han sido capaces de dar solución, como la precariedad laboralo el fracaso y abandono escolar.
Buscamos ser ejemplares a la hora de encarnar los valores de la sociedad que intentamos construir. Ejemplares en la firmeza de nuestras convicciones, en lo moderado de nuestras formas, en el respeto a nuestras instituciones, en la calidad de nuestras propuestas, en el trato que dispensamos a nuestros adversarios, en la manera en que nos enfrentamos a la corrupción, al fraude y a las malas prácticas, en la defensa de la meritocracia y la apertura al talento que exigimos en nuestra organización y en las instituciones en las que participamos.
De hecho, la consecuencia de la expansión y consolidación de Ciudadanos como partido de gobierno se nota ya en todas las instituciones de España y especialmente en las cuatro Comunidades Autónomas en las que gobernamos, con proyectos liberales, moderados, sensatos y regeneradores. Hemos aportado estabilidad y gobernabilidad. Ciudadanos ha llegado a las instituciones y es decisivo para empezar a cambiar las cosas.
El mundo vive un momento muy complejo, con el auge de los movimientos populistas y nacionalistas. España también sufre el auge de las políticas de la identidad, de la polarización política y de la reivindicación de la tribu frente al ideal de ciudadanía liberal. Nuestra convivencia y concordia están en peligro, como ya ocurre en otros lugares del mundo. Estos problemas tienen raíces diversas y son herederos de la crisis económica y financiera que empezó en 2008. Parte de las causas que originan el auge del populismo y de las tendencias iliberales tienen raíces económicas, pero también son culturales, sociales y migratorias.
La inseguridad de las clases medias trabajadoras es evidente. El cambio tecnológico, la globalización y la crisis económica, que no termina de resolverse, ponen en jaque los cimientos sociales sobre los que los que habíamos construido nuestras vidas.
En toda Europa crece la sensación de pesimismo, ansiedad y frustración cuando se piensa en el futuro. Muchos jóvenes asumen que quizá vivan peor que sus padres y ven que la emancipación se plantea como un lujo inalcanzable. En ese contexto surgen algunas respuestas políticas que reivindican como propios los tiempos pasados gloriosos, los ecos de viejos imperios o la grandeza nacional perdida frente al mundo global.
También cambia la naturaleza del empleo; es mucho más inestable que antes y está sujeto a cambios tecnológicos que abren grandes oportunidades, pero que a la vez exigen rápidas adaptaciones. En ausencia de las reformas necesarias, a menudo termina por afectar a los más vulnerables. Las clases medias trabajadoras europeas, así como las españolas, también sufren las consecuencias de una globalización que ha llevado prosperidad a enormes segmentos de población en Asia, África o América, pero que ha empobrecido o amenaza las expectativas de vida que ellos mismos tenían no hace tanto tiempo.
En resumen, la incertidumbre, la sensación de pérdida de control sobre el futuro y la inestabilidad propicia la aparición de fuerzas extremistas que ponen en jaque los cimientos del orden liberal y democrático que ha llevado a Europa a sus más altas cotas de paz y prosperidad de su historia. El sentimiento de pertenencia a una comunidad, la exaltación de los elementos identitarios y el nacionalismo funcionan, en ocasiones, como pegamento para sociedades con miedo. La respuesta populista es siempre la misma: ofrecer soluciones fáciles a los complejos problemas de nuestra sociedad. Soluciones que siempre pasan por frenar el progreso y que acaban generando frustración en la ciudadanía al no ver realizadas las promesas.
La alternativa liberal de progreso no sólo es deseable, constructiva o mejor que la que plantea el populismo; es, además, necesaria y urgente. La concepción liberal del orden internacional y de la economía global, la que representa Ciudadanos, es la que puede y debe ofrecer las respuestas que las clases medias trabajadoras demandan: seguridad, certidumbre, prosperidad, convivencia, concordia y paz.
Finalmente, nuestro planeta se enfrenta a una amenaza global: el cambio climático. La evidencia científica de que nuestro planeta se enfrenta a un peligroso aumento de las temperaturas es incontrovertible, y es tan rotunda que la percibimos directamente en nuestras vidas. De acuerdo con la NASA, los cinco años más calientes de la historia han tenido lugar desde 2010. Ocho de los meses más calientes de la historia se produjeron en 2016. El nivel del mar está subiendo y la velocidad de esta subida está aumentando. Las consecuencias no son solo a largo plazo, sino que ya experimentamos un aumento del número tormentas, de días de temperaturas extremos, de días con peligros de graves incendios como los que recientemente han asolado Australia. Es prioritario para todos plantear respuestas responsables a esta amenaza.
La situación global se ve agravada en España por algunos problemas propios. Los prioritarios son el crecimiento del separatismo y el populismo, la falta de reformas claves para nuestra economía y sociedad, el fraude y la corrupción, la baja natalidad, las desigualdades, y el impacto del cambio climático.
Cataluña ha sufrido una profunda crisis institucional sin precedentes en nuestra historia democrática. Los políticos separatistas se han creído por encima del ordenamiento jurídico y han pisoteado los derechos de la mayoría de los catalanes. El 6 y 7 de septiembre de 2017 frente a la ruptura, Ciudadanos defendió la convivencia y la unión y fue la voz de la mayoría de catalanes que quieren seguir siendo catalanes, españoles y europeos y funcionó como un dique frente al nacionalismo.
El separatismo sigue siendo una amenaza real no sólo para la unión, sino sobre todo para igualdad de los españoles, la estabilidad de nuestro país, la imagen de España y la economía.
La deslealtad con la que actúan todos los gobiernos autonómicos en manos de nacionalistas -la Generalitat de Cataluña, pero también otros como el del País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana o Baleares- se ha visto agravada a lo largo de los años por las cesiones del bipartidismo que no ha dudado en pactar con ellos siempre que le ha interesado. La complicidad y la permisividad de los sucesivos gobiernos españoles, al no querer advertir lo que allí estaba sucediendo, nos han traído hasta donde nos encontramos hoy.
Si queremos lo mejor para nuestro país tenemos que trabajar por lo que nos une. Hay una alternativa constitucionalista, y no nos cansaremos de repetirlo: España no puede depender de los partidos que quieren destruirla.
También es preocupante el auge en España de opciones populistas que niegan la diversidad y la pluralidad de la sociedad española, renegando de las sociedades abiertas y del proyecto europeo. Debemos luchar con firmeza contra los populismos de izquierdas y derechas.
Todavía no estamos plenamente recuperados de las consecuencias de la crisis económica y ya nos llegan señales de una nueva desaceleración. Si no somos capaces de evitarlo a través de reformas y buenas políticas públicas, existe el riesgo de que se ralentice el ritmo de crecimiento del empleo, aumente la precariedad en el mercado de trabajo, avance la economía sumergida, crezca la desconfianza empresarial y disminuyan las tasas de inversión.
El gobierno de coalición resultante de las elecciones de noviembre de 2019, con miembros abiertamente contrarios a nuestro modelo económico y que llegan a declararse como comunistas, no contribuye a generar ni mucho menos a alimentar un clima de confianza empresarial y tranquilidad en los mercados que facilite la inversión y permita generar actividad económica y empleo. Sus tesis en muchos casos son abiertamente contrarias a los principios liberales y de progreso que defendemos desde Ciudadanos, y sus propuestas miran más hacia el pasado que hacia las reformas pendientes que se necesitan para modernizar España.
El paro ha sido nuestro gran fracaso social a lo largo de 40 años de bipartidismo. Nunca ninguno de los gobiernos anteriores fue capaz de situarnos en tasas de desempleo que estuvieran en la media de la Unión Europea. Además del paro, España tampoco ha conseguido nunca resolver los desequilibrios de nuestro sistema de pensiones, ni el enorme problema de la precariedad laboral y mantiene millones de trabajadores pobres, que, pese a recibir un salario, no llegan a final de mes. Somos el país de Europa con más temporalidad; eso genera trabajadores de primera y de segunda, y Ciudadanos es el único partido con propuestas innovadoras para conseguir una solución.
Sin embargo, no basta con arreglar nuestro mercado laboral actual. Necesitamos pensar también en los trabajadores del futuro: la economía española, hoy, no se está preparando para competir con los mejores en el contexto de la IV Revolución Industrial. La digitalización presenta grandes retos para España. Llevamos demasiado tiempo dejando de lado la inversión en innovación, y aún así, muchas de nuestras grandes empresas son una referencia global de la digitalización, y demuestran que España tiene talento y es perfectamente capaz de liderar la transformación digital. La innovación es y será una pieza clave para el modelo de sociedad y futuro que aspiramos. Desde el centro liberal proponemos situarla en el centro de las políticas, defiendo la necesidad de apostar por el talento y por la capacidad innovadora de nuestro país. La mejor manera de luchar contra los retos que estamos afrontando, es mediante la innovación y la competitividad. Tenemos que seguir luchando cada día por modernizar España y lograr un futuro competitivo para nuestros hijos. La capacidad de adaptación es crucial, y además debe ser rápida.
La educación, en este sentido, es la gran revolución pendiente y es la mejor inversión de futuro; pero educación de calidad basada en la excelencia, que promueva el talento, que no discrimine ni deje a nadie atrás, que fomente la convivencia y el respeto a la diversidad, que no sea utilizada para la imposición ideológica ni para la construcción identitaria nacionalista. Sólo con una educación de calidad, puede garantizarse la igualdad de oportunidades. Nuestros hijos son nuestro futuro y nuestro mejor activo tiene que ser el capital humano.
Los mercados, para funcionar, requieren de unas reglas de juego iguales para todos y que eviten que los grandes abusen de su dominio para perjuicio de los consumidores. Por eso lucharemos por unos reguladores potentes e independientes.
Una reforma que permita evitar la dualidad del mercado laboral, una apuesta por la innovación y la digitalización, un gran Pacto de Estado por la educación que evite que siga el juego de reformas y contrarreformas educativas, y unos reguladores realmente independientes, son reformas que llevan años en el cajón y que ya no pueden esperar si queremos hacer frente a los grandes retos que tenemos por delante. Es necesario apoyar a los autónomos, emprendedores, las pequeñas y medianas empresas y luchar por un marco jurídico estable y seguro. Es la única manera de asegurar un crecimiento económico sostenible a largo plazo que asegure la competitividad global de nuestra economía y el bienestar de los ciudadanos.
La corrupción sigue siendo una gran preocupación de los españoles, solo por detrás del paro. Ciudadanos ha estado comprometido desde su nacimiento con la lucha contra la corrupción, proteger a los denunciantes, acabar con los privilegios de los políticos y ha planteado siempre condiciones por la regeneración y la transparencia allí donde ha sido decisivo. Siempre hemos trabajado de manera incansable para acabar con los enchufes e implementar reformas para fortalecer nuestras instituciones. Además, cuando muchos partidos siguen queriendo repartirse los jueces como cromos y desde el gobierno son capaces de nombrar a una ex ministra como Fiscal General del Estado , es urgente implementar desde ya un modelo de justicia independiente, ágil, moderno y eficaz: otra de las principales reformas institucionales pendientes tras 40 años de bipartidismo.
El fraude, en sentido amplio (desde el fiscal o el laboral, hasta el comercio ilícito) constituye otra de las grandes preocupaciones de los ciudadanos. Además del elevado nivel de recursos que quedan fuera del sistema, la economía sumergida produce efectos negativos en la igualdad de oportunidades de nuestras empresas.
El apoyo a las familias es clave para nuestro futuro. Defendemos todos los tipos de familias; la sociedad ha evolucionado y las políticas han de adaptarse a las realidades de nuestra sociedad, para que ningún tipo de familia se sienta excluida. Defendemos que las familias son tan diversas como personas existen en el mundo, por esto hay que buscar respuestas y políticas para todas, sin sesgos ni diferenciaciones.
La baja natalidad de España es uno de los grandes retos que tenemos como país, y muchos hombres y mujeres renuncian a formar una familia por las dificultades que se encuentran. Sólo si conseguimos que las familias sean capaces de conciliar su vida laboral y profesional podrán tener cuantos hijos quieran.
El aumento de la natalidad y la implantación de las reformas necesarias para luchar contra el paro y la precariedad conforman la principal receta para conseguir una buena salud del sistema de pensiones. El envejecimiento demográfico es otro gran reto social, la atención a nuestros mayores, a menudo solos y vulnerables, requerirá de propuestas de actuación decididas e innovadoras en el ámbito del cuidado de personas mayores y atención a la dependencia en esta etapa de la vida. De la misma manera que no podemos olvidar la importancia de las políticas de vivienda que mejoren el acceso a la emancipación de los jóvenes.
La despoblación, a su vez, está condenando a determinados territorios españoles al abandono social y económico. Varias provincias españolas tienen una densidad de población inferior a 7 habitantes por kilómetro cuadrado. Por eso propusimos ya desde Ciudadanos un Pacto de Estado para combatir la despoblación, para no dejar a nadie atrás y que todo el mundo tenga las mismas oportunidades viva donde viva. Debemos intentar frenar la despoblación garantizando la oferta de servicios básicos de salud, educación o sanidad, ofreciendo buenas conexiones e incentivos fiscales para fomentar el emprendimiento, la implantación industrial y la generación de empleo. La agricultura, la ganadería y la pesca, junto con otras actividades como la silvicultura, la apicultura y la caza, son pilares básicos que sostienen las zonas rurales, pero para afrontar los retos futuros serán claves las políticas de modernización y el aumento de la competitividad del sector agroalimentario español, la garantía del relevo generacional y su defensa en el escenario internacional.
Ahora más que nunca es necesario luchar por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Desde Ciudadanos defendemos un feminismo liberal, plural y abierto a todas las mujeres y hombres para no excluir a nadie en una lucha que nos afecta a todos. La igualdad real entre hombres y mujeres se logra con políticas públicas que corrijan los problemas estructurales que causan la desigualdad y favoreciendo la conciliación y la corresponsabilidad, por esto reiteramos nuestro compromiso en igualar los permisos de maternidad y paternidad, además de defender la necesidad de un marco regulatorio nacional que entienda la custodia compartida como opción preferente, haciendo prevalecer siempre el bien superior de menor. La defensa de los Derechos Humanos y la lucha por la igualdad contra todo tipo de discriminación debe seguir muy presente hasta conseguir que ninguna persona LGTB+ se sienta excluida o con menos oportunidades debido a su género, condición, orientación sexual o identidad de género. Se ha avanzado mucho, pero todavía queda trabajo pendiente por ejemplo en los entornos rurales, en los que el aislamiento aumenta la presión social y donde pertenecer a este colectivo se hace aún más difícil que en las grandes ciudades. Y por supuesto no podemos olvidar la lucha contra la lacra de la violencia de género en la que el Pacto de Estado fue un gran logro que marca el camino.
Un partido que defiende la igualdad es también el mejor instrumento desde el que defender la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad, garantizar el pleno ejercicio de sus derechos en libertad, fomentar su participación y trabajar por una sociedad más accesible e inclusiva.
El espacio de centro liberal y de progreso es, un espacio preocupado por el futuro, por los retos que estamos afrontando y comprometido con las generaciones venideras y el legado que dejamos. Estamos comprometidos con la protección del medio ambiente, de nuestro patrimonio natural y la conciencia de la importancia de nuestro entorno, no en vano, solo tenemos uno. Estamos comprometidos con la lucha contra el cambio climático, con la necesidad de un cambio de modelo energético más sostenible y de futuro, que responda a las realidades y preocupaciones sociales, además de estar convencidos de que se debe afrontar como una oportunidad para aprender del pasado y mirar hacia el futuro con responsabilidad. España posee un grave problema de estrés hídrico y hay que proteger los ríos y los acuíferos y garantizar el abastecimiento y el uso eficiente del agua mediante la modernización de las infraestructuras y la apuesta por nuevas tecnologías. Este compromiso se ha de basar en el consenso social, político, empresarial; solo de esta manera podremos asegurar que la lucha contra el cambio climático irá de la mano de un nuevo modelo de desarrollo económico, que afrontará los retos con decisión y los transformará en una oportunidad para la sociedad y el futuro de nuestro de país.
Hay, por último, muchos otros retos globales que afectarán de manera directa a nuestro futuro más inmediato: brexit, populismos de izquierda y de derecha, nacionalismos, guerra comercial o la creciente inestabilidad en Oriente Próximo.
Ante esta creciente polarización de las posiciones políticas Ciudadanos reivindica el espacio de centro liberal progresista, no sectario y comprometido con la regeneración política y democrática. Ha sido un espacio huérfano hasta la llegada de Ciudadanos, pero es un espacio de consenso en el que caben amplias mayorías. En Europa pertenecemos a la gran familia liberal-demócrata ALDE que aglutina partidos liberales y centristas muy diversos.
Somos un partido abiertamente reformista y con vocación para tender puentes y llegar a amplios acuerdos, teniendo siempre presentes los siguientes ejes:
La acción política en los próximos años tiene que venir marcada por el trabajo ejemplar y ejemplarizante que llevaremos a cabo en las instituciones en las que tenemos responsabilidades de gobierno. Será un reflejo de nuestros valores y nuestro ideario político, igual que la labor de oposición allá donde no formemos parte de los gobiernos. Desde la oposición, trabajaremos en la estrategia de tender puentes y buscar acuerdos útiles y positivos para los ciudadanos.
Nuestra acción política estará basada, en primer lugar, en la consideración del ciudadano como el auténtico sujeto de la política, y no de los territorios o los sentimientos identitarios. Fruto de ello, desde el principio una de las fortalezas de Ciudadanos ha sido la de poder mantener el mismo discurso coherente en toda España, siempre teniendo en cuenta el interés general. En segundo lugar, en el convencimiento de que los poderes públicos deben garantizar la libertad y la igualdad de derechos y oportunidades en todo el territorio nacional, salvaguardando nuestro modelo constitucional de estado democrático, social y de derecho.
Nos interesa el presente y el futuro de los españoles por encima de las siglas y por eso debemos ser capaces de llegar a acuerdos con aquellos partidos que, desde posiciones sensatas y moderadas, respeten nuestros valores constitucionales.
Estamos demostrando, allí donde tenemos responsabilidades de gobierno, que se pueden gestionar eficazmente los recursos públicos sin necesidad de malgastar, endeudarse o subir impuestos. Estamos demostrando que se puede gobernar desde la transparencia, la eficacia y la lucha contra la corrupción. Debe ser prioritario para Ciudadanos establecer las vías de coordinación necesarias entre gobiernos para comunicar, consolidar y compartir una forma de gobernar, que sea congruente y permita aprovechar sinergias que revertirán en el interés y la igualdad de los ciudadanos. Igualmente, la coordinación y colaboración se deberá hacer extensiva a todos los ámbitos de representación institucional, como los grupos parlamentarios autonómicos o locales.
Desde nuestros inicios, Ciudadanos ha sido capaz de identificar lo que sucedía en la sociedad civil y llevarlo al plano político. Debemos continuar y reforzar la idea de escucha de la sociedad, de los problemas y las preocupaciones reales que tienen nuestros ciudadanos y establecer los mecanismos necesarios para que desde la vida política se puedan resolver y de manera eficaz.
Necesitamos avanzar en el fortalecimiento de nuestra estructura territorial para que Ciudadanos tenga presencia física en todos los municipios de España, sin olvidar los más de 2 millones y medio de españoles en el exterior. También debemos avanzar en la implantación sectorial. Ciudadanos es un partido abierto al talento y por tanto seguiremos trabajando para crecer en afiliados, simpatizantes, y personas de la sociedad civil que nos aporten conocimiento, inteligencia y energía para transmitir nuestras ideas, nuestros valores y nuestros principios. Con la finalidad de motivar y aprovechar el talento para hacer más eficaz la acción política de Ciudadanos, el partido promoverá la creación de una red de talento a través del establecimiento de grupos de trabajo sectoriales donde afiliados y simpatizantes tengan ocasión de, a raíz de su experiencia y conocimientos técnicos, contribuir en el desarrollo de políticas públicas por parte del partido. Los grupos de trabajo son una oportunidad para atraer el talento de la sociedad civil, permitiendo al partido enriquecerse del conocimiento proporcionado por expertos y profesionales en diferentes materias y de aportar valor añadido a nuestras medidas programáticas y a la sociedad española. Para los participantes, sería darles la oportunidad de tomar parte de manera activa en el desarrollo del proyecto de Ciudadanos.
Las personas encuentran apoyo en todo tipo de asociaciones y organizaciones que cohesionan la sociedad la dotan de sentido, y a la vez, contribuyen a resolver los problemas que nos atenazan. Por ello tienen que jugar un papel importante en nuestra labor de escucha y participación. Asimismo, Ciudadanos tiene que ser garantía de servicio neutral y objetivo a los intereses generales con su presencia en los organismos y entidades públicas que le corresponda.
Ciudadanos debe apostar también por la formación, el estudio y la difusión de los valores de la libertad y la democracia que propugna.A lo largo de los últimos años, Ciudadanos ha acumulado un acervo de conocimiento y mejores prácticas de parlamentarismo y gobierno. Los principios esenciales de nuestra actuación en estos ámbitos son la transparencia, la eficacia en la gestión y la evaluación de políticas públicas. Estos estándares deben analizarse, evaluarse y sistematizarse para extenderse a cualquier actuación de Ciudadanos. Sistematizar nuestras mejores prácticas y forma de hacer facilitará que una ciudadanía crítica pueda apreciar el valor de nuestra propuesta liberal reformista.
Ciudadanos afronta este proyecto con un liderazgo nuevo, y lo hará desde la unión, con una fuerte implantación, centrado en las necesidades de la ciudadanía, y con las mismas ideas transformadoras que hemos estado defendiendo hasta ahora y que necesita nuestro país.
El importante esfuerzo organizativo realizado previamente permitió que Ciudadanos llegase a la IV asamblea siendo la tercera fuerza municipalista de España, con más de 1.500 concejales y presencia en más de 700 municipios. Ciudadanos fue decisivo para la formación de gobiernos, y lo hizo a cambio de medidas de interés para la ciudadanía. Principalmente desde la oposición, la pasada legislatura se trabajó de forma responsable, señalando ineficiencias y proponiendo mejoras.
La buena labor realizada desde entonces por los Grupos Municipales y por las Agrupaciones ha permitido que en las elecciones municipales de 2019 nuestra representación prácticamente se doblara, llegando a los 2.790 concejales presentes en 1.398 municipios. Ellos son los representantes de nuestra vocación municipalista, y son las personas que, con su ejemplo y su coherencia, tienen que fortalecer a las instituciones más cercanas a los ciudadanos.
Los Grupos Municipales y las Agrupaciones trabajaron durante el periodo 2015-2019 con el objetivo, planteado en la anterior Asamblea General, de construir proyectos políticos que pudieran ser una alternativa de gobierno sugestiva para la ciudadanía. El trabajo ha dado sus frutos y ha permitido cumplir el objetivo: hoy tenemos más de 200 alcaldes y formamos parte de casi 400 gobiernos municipales entre los que se encuentra la capital de España, Madrid, y otras 17 capitales de provincia: Albacete, Alicante, Ávila, Badajoz, Ciudad Real, Córdoba, Granada, Guadalajara, Jaén, Málaga, Murcia, Oviedo, Palencia, Salamanca, Santander, Teruel, Zaragoza.
Nuestro trabajo en los Ayuntamientos se guía por hacer de la transparencia, la austeridad, la eficiencia en la gestión y la rendición de cuentas nuestros ejes fundamentales, y así debe seguir siendo.Necesitamos ayuntamientos que ejerzan correctamente sus competencias, que sean financieramente sostenibles, que no hagan del endeudamiento y las subidas generalizadas de impuestos el eje de su gestión económica. Si el dinero público tiene cara y ojos cuando se recauda tiene que verse con esta misma cara y ojos cuando se gasta; solo así se podrá hacer una gestión eficiente de los recursos públicos.
Los Ayuntamientos no deben concebirse como administraciones al servicio de los partidos cuando se gobierna, sino que deben ser la Administración centrada en el interés de los ciudadanos. Comprometidos como estamos con nuestro modelo de estado de bienestar,nuestros representantes en los Ayuntamientos primaran siempre las políticas sociales para mejorar la vida de la ciudadanía.
Reforzar nuestra presencia en los Ayuntamientos es esencial para cimentar una alternativa de gobierno en el conjunto de España. Por ello, debe ser nuestro objetivo continuar nuestra expansión territorial con la aspiración de poder tener implantación allí donde hoy no llegamos y presentar candidaturas en un mayor número de municipios.
Nuestras Agrupaciones son la conexión más directa del partido con la ciudadanía y de los afiliados entre sí. El papel de las agrupaciones es clave en la pretensión de facilitar la escucha de la sociedad civil y responder de manera más certera y veloz a sus necesidades. Todas las voces que nos ayuden a escuchar mejor a nuestros ciudadanos serán necesarias para acabar consiguiendo una buena representación y acción de gobierno.
En el tiempo transcurrido desde la IV Asamblea General la representación autonómica de Ciudadanos ha dado un salto importante: de 93 diputados en 12 grupos se ha pasado a 164 diputados en 15 grupos parlamentarios autonómicos. En el documento de Estrategia de aquella Asamblea se estableció que el siguiente paso sería la consolidación, prepararse para asumir nuevas responsabilidades y pasar a ser un partido de gobierno. Un gran reto que se ha hecho realidad durante este periodo en el que se ha conseguido que Ciudadanos gobierne hoy en cuatro Comunidades Autónomas para casi 20 millones de españoles.
El mismo año en el que celebramos la anterior Asamblea General, 2017, se produjeron en Cataluña acontecimientos dramáticos: el golpe a la legalidad institucional en Cataluña en otoño de 2017, que culminó con la aplicación del artículo 155 y la convocatoria de unas elecciones autonómicas. Ciudadanos ganó esas elecciones con más de 1.100.000 votos y 36 escaños, Ciudadanos demostró ser ser la voz del Constitucionalismo en Cataluña, funcionó como un dique para el nacionalismo y consiguió una victoria histórica en la comunidad en la que había nacido 11 años atrás. Por primera vez, un partido constitucionalista ganaba unas elecciones en Cataluña en votos y en escaños, consiguiendo hacer más visible la pluralidad de Cataluña en un momento en que resultaba crítico.
Un año después, se consiguió otro resultado crucial, esta vez en Andalucía. A pesar de que ninguna encuesta lo predecía, el buen resultado de Ciudadanos en las elecciones autonómicas permitió desbancar al Partido Socialista en esta comunidad. Tras 40 años monocolor, Ciudadanos, que más que dobló su representación en el parlamento andaluz (pasando de 9 a 21 diputados, con más de 659.000 votos), fue decisivo para el ansiado cambio y, por primera vez, asumió la responsabilidad de en entrar en gobierno.
En las elecciones autonómicas de mayo de 2019 Ciudadanos volvió a crecer en toda España. El apoyo recibido le permitió gobernar en Castilla y León, Murcia y Madrid, lo que en la práctica significa desde entonces la oportunidad de llevar a cabo nuestras políticas –y nuestra forma de hacer política- para cerca de 20 millones de españoles.
Los gobiernos autonómicos suponen una gran responsabilidad y una oportunidad de demostrar la utilidad de Ciudadanos para impulsar reformas y dar estabilidad con gobiernos moderados. Los gobiernos de Ciudadanos tienen que defender de forma ejemplar nuestros valores de libertad, solidaridad y unión, y reivindicar la igualdad de los españoles frente a las cesiones al nacionalismo, así como hacer de contrapeso frente a las políticas populistas que puedan llegar del gobierno de España. La fortaleza que nos da la unidad del discurso tiene que verse reflejada en nuestra acción de gobierno en las distintas Comunidades Autónomas, que deben trabajar coordinadamente para conseguir que los ciudadanos puedan tener las mismas oportunidades vivan donde vivan.
Nuestros gobiernos son claves para impulsar reformas y defender nuestros valores, e igualmente lo es defender nuestras posiciones y hacer oposición útil y responsable donde no gobernamos. Hemos demostrado ser capaces de hacer un trabajo de oposición, vigilante y constructiva, mucho más activo que el de los viejos partidos, y debemos seguir haciéndolo. Tenemos que demostrar que somos una alternativa fuerte con un proyecto alternativo capaz de impulsar cambios y reformas que mejoran la vida de la ciudadanía, lo que sin duda nos permitirá seguir mejorando los resultados en las siguientes elecciones.
Durante los próximos años, Ciudadanos debe ser capaz de entrar en nuevos gobiernos, y ampliar su presencia institucional y social. Es previsible que el primer reto se va a presentar con las elecciones vascas y gallegas de 2020. Se trata de dos territorios donde el partido no obtuvo representación en 2016. Los casos y la situación de ambas son diferentes, pero en las dos es necesario seguir trabajando con especial dedicación para completar la representación de Ciudadanos en los parlamentos autonómicos en los que aún no está. Los planes estratégicos específicos deben permitirnos obtener representación y conseguir un buen resultado para que el centro liberal tenga voz y para poder defender en estos territorios la igualdad, la solidaridad, la libertad y la unión. Para ello Ciudadanos debe debe ser percibido como una alternativa constitucionalista, reformista, implantada en las realidades (políticas, sociales, culturales) propias de cada territorio y con un objetivo claro: ilusionar y apoyar a las personas.
Un reto con rasgos muy específicos es el que presenta Cataluña, con un horizonte electoral aún por determinar. Ciudadanos afronta este proyecto también con un liderazgo nuevo, pero con una fuerte implantación y siendo la voz más autorizada en la defensa de la mayoría que quiere seguir siendo catalana, española y europea. Tenemos el enorme reto de seguir siendo la voz del constitucionalismo y la libertad en Cataluña. Es más necesario que nunca por la sensación de abandono tras la materialización de los acuerdos con los nacionalistas en el gobierno de España, y el riesgo de la reproducción de los mismos en el Parlamento de Cataluña. En los años duros que se prevén para los constitucionalistas en Cataluña, Ciudadanos debe seguir siendo el dique de contención frente al separatismo y la férrea oposición a cualquier planteamiento de ruptura, mientras continúa poniendo sobre la mesa una alternativa democrática de unión que ofrezca soluciones a los problemas reales de los catalanes. Sólo con un Ciudadanos fuerte será posible formar un gobierno constitucionalista en Cataluña.
Desde la IVAsamblea General hemos experimentado los mejores resultados hasta la fecha en unas elecciones generales: 57 diputados en abril de 2019. Sin embargo, en la repetición electoral que se produjo unos meses después, con el mismo líder, el mismo equipo y el mismo programa, sufrió un gran retroceso hasta los 10 diputados. La V Asamblea debe servir para renovar nuestro impulso y dar un claro paso adelante en nuestra estrategia política.
Ante una legislatura como la que arranca en 2020 de polarización y extremos, en el Congreso y el Senado seremos la voz de todos aquellos que quieran una alternativa de centro, moderada, constructiva, respetuosa con las instituciones y firme contra el nacionalismo y los populismos. Ciudadanos es la casa grande del constitucionalismo y no dejará de tender puentes y apelar a los grandes acuerdos entre constitucionalistas para no tener que depender de populistas ni nacionalistas. Debe seguir presentando iniciativas y plantear reformas capaces de aglutinar consensos con el objeto de mejorar la vida y el futuro de los ciudadanos.
Ciudadanos, siempre que ha sido decisivo en las instituciones, ha sido la garantía de la libertad y la igualdad de los españoles y deberá seguir ejerciendo una oposición firme y útil frente a los abusos cuando desde el gobierno se traspasen las las líneas rojas que para nosotros delimitan los derechos y libertades, el estado de bienestar y el marco constitucional. Nos opondremos a las cesiones a los independentistas, al reparto obsceno de cuotas del poder entre los partidos en las instituciones obviando los principios de mérito y capacidad, la politización de la justicia y del sector público empresarial. Nos opondremos también a aquellos nombramientos que tienen como objetivo menoscabar la independencia en aquellos organismos e instituciones que tienen precisamente en la propia independencia una garantía para el estado de derecho. Reivindicaremos la España diversa y pondremos en valor la diversidad como una riqueza en una España de ciudadanos libres e iguales.
Seguiremos reivindicando que el progresismo es la antítesis de lo que algunos partidos que enarbolan su bandera no dudan en defender. Promover los privilegios de unos territorios frente a otros, no es progresista, ni mucho menos permitir que los políticos se crean por encima de la ley. Tampoco es progresista defender las identidades excluyentes frente a una ciudadanía de derechos y libertades. No es nada progresista colonizar las instituciones en lugar de poner en marcha las reformas necesarias, ni aferrarse a debates del pasado en lugar de afrontar los retos del futuro.
Ninguno de los retos a los que nos enfrentamos como país se resolverá desde el enfrentamiento, la ruptura o la polarización política. Frente a la ruptura, nosotros preferimos construir; frente a la división, nosotros preferimos la unión; frente a la imposición, nosotros preferimos la libertad; frente a la revolución, Ciudadanos siempre estará en la reforma sensata.
Tenderemos puentes entre constitucionalistas para avanzar en los grandes acuerdos que España necesita: un Pacto Nacional por la educación que dure toda una generación, reformas en el empleo, en innovación, en competitividad económica, fomentar la natalidad, garantizar las pensiones de hoy y del futuro, dotar de sostenibilidad nuestro modelo de estado de bienestar. España no se puede permitir otra década perdida en términos de reformas, modernización y prosperidad de las clases medias trabajadoras. Ciudadanos es necesario y debe continuar desarrollando un papel central en la política española, en un espacio político que quiere aglutinar a los ciudadanos que optan por posiciones sensatas, reformistas y moderadas, con un proyecto alternativo de gobierno para toda España. Solo con un Ciudadanos fuerte, con una alternativa potente desde el centro liberal y de progreso, se podrá asegurar que el sentido común y las políticas públicas van acorde al signo de los tiempos y que no perdemos el tren del progreso.
En las últimas elecciones europeas, Ciudadanos consiguió ser la tercera fuerza española más importante en el Parlamento Europeo. Desde esa posición, se trabajó por agrandar nuestro grupo político (la Alianza de Liberales y Demócratas de Europa, ALDE) para incluir en nuestro grupo político a la coalición liderada por el partido del Presidente francés Enmanuel Macron (Renaissance) y a una alianza liberal del ex primer ministro de Rumanía Dacian Ciolos. Así, Ciudadanos empezó la legislatura dentro de “Renovar Europa”, el tercer grupo del Parlamento Europeo con 109 escaños de los 751 totales. Tras el Brexit, Ciudadanos es la segunda mayor fuerza dentro de ese grupo.
Desde esa posición de fuerza en el grupo parlamentario europeo de Ciudadanos tiene que trabajar, como ya lo está haciendo, para lograr nuestras prioridades en ese ámbito, que son tres principalmente:
Además de hacer estas políticas, debemos comunicarlas. La Unión Europea es, para muchos ciudadanos, una gran desconocida. Debemos hacer un esfuerzo constante para explicarles nuestro trabajo, y la contribución de Europa a su prosperidad. Para ello tenemos que utilizar todos los medios disponibles, desde visitas por España de todos nuestros eurodiputados para explicar nuestro trabajo a las redes sociales o los medios de comunicación tradicionales. Nuestro compromiso debe ser el de hacer todo lo posible para reducir esa gran distancia comunicativa entre la Unión Europea y España.
La pandemia de COVID-19 se ha extendido por toda la Unión Europea y por el resto del mundo con rapidez, afectando de forma especialmente grave a nuestro país. A día 30 de abril de 2020, cuando da comienzo nuestra Asamblea General, la enfermedad se ha cobrado, según cifras oficiales, 24.543 vidas. Se estima, sin embargo, que pueden ser muchos más los españoles que han perdido la vida a causa esta pandemia. En todo este tiempo, el personal sanitario y de atención a personas vulnerables, los productores agrícolas, los empleados de las superficies de distribución, los transportistas, los integrantes de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, los empleados de los transportes públicos, y muchos otros ciudadanos han mostrado al mundo lo mejor de la sociedad española desde la primera línea de acción para controlar esta pandemia y para garantizar los servicios esenciales para todos los españoles.
En este contexto, los gobiernos nacionales de todos los países afectados han tomado medidas extraordinarias, aunque con diferente incidencia en las dinámicas cotidianas de sus sociedades. En España, el 14 de marzo de 2020 se declaró el estado de alarma, mecanismo a través del cual el Gobierno asume poderes extraordinarios para intentar contener la extensión de la pandemia por todo el territorio nacional.
Hemos visto el cierre espacios públicos, la limitación de nuestra propia libertad de movimiento y la intervención directa en la forma en la que nos relacionamos. Asimismo, se ha decretado el cierre comercial de la mayor parte de nuestro tejido productivo, lo que lógicamente ha ido acompañado de una intervención mucho mayor en la economía para garantizar las rentas de las personas y la liquidez de las empresas. El impacto que la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 está teniendo sobre la actividad de nuestras empresas, el empleo y los niveles de renta de las familias españolas ha hecho que el Estado también adquiera una nueva relevancia en el papel económico y social a la hora de reactivar nuestra economía post-COVID-19.
Los problemas estructurales que viene arrastrando nuestro país y los retos a los que nos enfrentamos - y que detallamos en el punto 3 de esta Ponencia Estratégica - no han cambiado y se verán agravados por esta crisis. Nos enfrentamos a ella con la amenaza de populismos y nacionalismos, la corrupción, la falta de coordinación entre administraciones, altas tasas de desempleo, temporalidad y precariedad y grandes retos pendientes en materia de medio ambiente, educación y digitalización.
En este contexto, los planteamientos de nuestra Ponencia Estratégica y las líneas de actuación que plantea Ciudadanos desde el centro liberal y progresista son más necesarios que nunca.
En primer lugar, pocas veces fue más necesario liderar la salvaguarda de los derechos y libertades individuales, para asegurar que los poderes extraordinarios otorgados al gobierno durante esta crisis son temporales y proporcionados a las circunstancias y no derivan en una respuesta autoritaria. Es vital persistir en la defensa de una España abierta y europeísta, ante el riesgo de que esta crisis sea aprovechada por populistas y nacionalistas para retroceder hacia el proteccionismo y la identidad. Asimismo, es imprescindible seguir planteando acuerdos rigurosos y ambiciosos para reconstruir nuestra competitividad y recuperar los empleos perdidos, protegiendo la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar. Y, por último, no debemos escatimar ni un esfuerzo en la lucha por un futuro sostenible, que utilice esta crisis no como obstáculo sino como motor de las grandes reformas que aseguren un futuro mejor, las grandes reformas educativas, institucionales o medioambientales que necesitamos.
En definitiva, el centro liberal y de progreso debe estar presente para poder escuchar a los ciudadanos en esta situación crítica y dar respuesta a sus necesidades, fortalecer la cohesión territorial, asegurar la libertad y la igualdad de todos los españoles y ser el motor de desarrollo económico y progreso social.
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