Opinión

Los árboles no dejan ver el bosque

29-07-2015 | ABC

El desafío al ordenamiento democrático que mantiene el separatismo impide su tradicional papel de muleta para la gobernabilidad

Con la celebración de las elecciones europeas en mayo de 2014 se inició una nueva era en el desarrollo de nuestra democracia. Los dos partidos hegemónicos en España se resintieron y apenas alcanzaron la mitad del voto válido emitido. Las sucesivas contiendas electorales han afianzado esa situación y, tras los últimos comicios municipales y autonómicos, lo que parecía una anécdota ha ido cogiendo cuerpo de categoría. El nuevo panorama político español parece ser cosa de cuatro.

El desafío al ordenamiento democrático que mantiene el separatismo impide su tradicional papel de muleta para la gobernabilidad. Pensar en un gobierno del PP o del PSOE apoyado en su socio preferente catalán es ya una utopía. Como es utópico pensar en un futuro gobierno de la Nación que no apoye su acción política en la negociación y un mínimo consenso. La época de las mayorías absolutas ha llegado a su fin y el parlamentarismo, en su sentido más amplio, debe cobrar protagonismo. Un nuevo escenario en el que los actores deberán leer con atención el resultado e interpretar su papel con fidelidad al texto dictado por los electores. Hemos asistido a preestrenos, en Andalucía, Madrid, Navarra, Comunidad Valenciana. Y no todos los actores han sido fieles al papel encomendado. El electorado ejercerá de crítico y valorará la solidez de cada interpretación.

Este otoño nos plantea dos nuevas citas en las que hará falta altura de miras y huir del regate corto. El primer envite puede ser crucial. En septiembre hay que dejar de lado el populismo y propiciar un cambio profundo en Cataluña. En todo caso, los nuevos retos que enfrentaremos en el último trimestre no admiten planteamientos de vieja política.

Los actores principales deberán estar a la altura de las expectativas. Es momento de anteponer el interés general al partidista y centrarse en el objetivo principal: fortalecer nuestra democracia y nuestro proyecto común. Habrá que hacer política huyendo del politiqueo porque, de lo contrario, los árboles no dejan ver el bosque.

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