Cuando lo habitual (o lo que debería ser habitual) se convierte en noticia, significa que algo no está funcionando bien. Cuando lo ordinario (o lo que debería ser ordinario) se convierte en extraordinario, debemos parar y reflexionar. Pero cuando esto sucede con asuntos que afectan a la esencia de la democracia y de nuestro Estado de Derecho, se deberían encender las alarmas.
Que se reúna la Comisión de seguimiento del Pacto Antitransfuguismo no debería ser un hecho noticioso ni una efeméride, pero se convierte en noticia cuando han transcurrido más de diez años sin que se convoque esta comisión. Diez años, que se dice pronto. Durante diez años, las distintas fuerzas políticas han ido haciendo la vista gorda cada vez que un concejal, parlamentario o diputada ha mercadeado con su cargo como si le perteneciera a él, dejando en agua de borrajas el acuerdo en materia contra el transfuguismo.
Cuando se han cambiado mayorías, gobiernos y consistorios de espaldas a las urnas y a los votantes se incurre en una práctica antidemocrática que quiebra, en última instancia, la voluntad de los ciudadanos. Esto merece una respuesta contundente por parte de las fuerzas políticas que en su día se comprometieron con un acuerdo hoy obsoleto. Y en diez años nadie ha alzado la voz.
Por eso en Ciudadanos pedimos a PSOE y PP, ambas fuerzas participantes en el anterior acuerdo contra el transfuguismo y con quienes compartimos acuerdos de gobierno, que se sentaran en una mesa juntos para renovar de una vez por todas este acuerdo y hacerlo verdaderamente eficaz: no puede ser que las fuerzas políticas toleren, sin más, que un representante pueda abandonar una lista por cuyas siglas fue elegido a cambio de prebendas, sueldos o puestos a dedo.
A día de hoy, los partidos siguen permitiendo esta situación, siendo siempre cooperadores necesarios en esta práctica: se aceptan votos de personas capaces de mercadear con la voluntad de los ciudadanos y se premian las actitudes que buscan quebrar las mayorías configuradas democráticamente. Por eso, creemos que es necesario un compromiso amplio para que, si existe el corrupto, no existan corruptores dispuestos a premiarlos. Porque el transfuguismo es una forma de corrupción. Y como tal, solo tiene una forma de atajarse: con un consenso amplio entre partidos políticos.
En Ciudadanos creemos que tenemos la oportunidad de demostrar, desde la política, nuestro compromiso con la calidad democrática de nuestras instituciones y con la voluntad de los ciudadanos. Por eso, nos congratulamos de que PSOE y PP asumieran nuestra propuesta y accedieran a sumarse, abandonando, aunque sea por un momento, la vieja política de trincheras.
Además, en este asunto es imprescindible el consenso porque lamentablemente ningún partido está libre de encontrarse con un tránsfuga entre sus filas. En nuestra propia formación hemos tenido casos que nos han defraudado profundamente y ante los que no hemos mirado hacia otro lado. En Málaga, Juan Cassá nos ha defraudado incurriendo en esta práctica. Que Cassá haya defraudado a Cs es sin lugar a dudas secundario, porque lo principal es que ha defraudado a los malagueños que le confiaron su voto en unas listas con unas siglas concretas.
Cassá asumió un compromiso por escrito: si abandonaba el partido, por cualquier causa, dejaría también el acta que le otorgaba ser elegido por la ciudadanía como miembro de un partido político. ¿Cómo va a tener cabida en cualquier proyecto político una persona que incumple sus compromisos con los ciudadanos? Y hay más. ¿Cómo es posible que se ofrezcan nuevos cargos y responsabilidades a una persona que ha demostrado no estar a la altura?
En Ciudadanos llevamos en nuestro ADN la lucha contra la corrupción y por eso estas prácticas no caben en nuestro partido ni entendemos que puedan tenerlo en las instituciones. Y eso es responsabilidad del conjunto de partidos políticos. Por eso es tan importante que se reúna el Pacto Antitransfuguismo y tome medidas. Es imprescindible salir de las trincheras para hacer política útil en aras de erradicar esta práctica.
La reunión de hoy es una oportunidad para fijar un plan de trabajo que nos permita acabar, de una vez por todas, con el transfuguismo. La reunión de hoy es una oportunidad para que todos demos una respuesta común a un problema que, aunque es minoritario, se ha extendido por diferentes instituciones.
Nadie debería usar los votos para obtener beneficios personales. Ningún partido debería aprovecharse de que alguien falte a su palabra y a sus compromisos para alterar las mayorías que forman los ciudadanos en las elecciones. Ninguna institución debería permitir que servidores públicos den la espalda a las urnas y, de manera oscura, se aseguren un sueldo al margen de los procesos democráticos.
En Cs damos por hecho que el resto de partidos políticos están de acuerdo con esta reflexión y rechazan estas prácticas, así que confiamos en que el consenso. Trabajemos todos juntos para lograrlo y aportemos soluciones y coherencia a los ciudadanos.
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